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7 de mayo de 2013

NO OBEDECERÁS AL PATRIARCA y AMARÁS A LA MADRE TIERRA SOBRE TODAS LAS COSAS.

El hombre matriarcal se caracteriza por no sentirse obligado a obedecer orden alguna de otro varón. Ésta es la parte más interesante de ser matriarcal. Matriarcado no es obediencia a la mujer, sino desobediencia al patriarca.

El patriarca por lo general es un ser que se cree superior, acostumbrado a que los demás le sirvan, le imiten, le adulen, le teman y le complazcan. El varón matriarcal no encaja en jerarquía alguna y, aleccionado por la historia, desconfía de toda autoridad masculina.

En contra de lo que podría parecer, el hombre matriarcal no obedece a ciegas cualquier deseo de mujer. Sabe qué es lo necesario, cuándo y por qué. Supedita su propio interés individual al bien común, desde la no violencia y el consenso. Empezando por el bien de su familia, subordinando el interés particular de ésta al bien de la comunidad, y así sucesivamente hasta llegar al de la biosfera, la Madre Tierra, en último término.

Tampoco reconoce la autoridad de otras personas que, sin ser varones, han vendido su libertad al patriarcado por un puñado de monedas.

Ejemplo de mujeres abducidas por el PP
(Partido Patriarcal)

En consecuencia, y para no caer en una flagrante contradicción, el hombre matriarcal es aquel que no se otorga autoridad para imponerse sobre el destino de nadie, y mucho menos sobre el de su propia pareja e hijxs.

“Si la capacidad de desobediencia constituyó el comienzo de la historia humana, la obediencia podría muy bien provocar el fin de la historia humana”

Erich Fromm, Sobre la desobediencia.

26 de marzo de 2012

Turín 2012: Ciclo de Conferencias sobre Matriarcados (1ª parte)

Paso a resumir el ciclo de conferencias organizado en Turín (Italia) los pasados días 16, 17 y 18 de marzo: Culturas indígenas de paz, Mujeres y hombres más allá del conflicto.

He podido conocer personalmente a personas a las que he citado a menudo en este blog, de quienes he obtenido inspiración e ideas. Mis más sinceros agradecimientos a Morena Luciani, presidenta de la Asociación Cultural Laima, por invitarme a estar presente en este acontecimiento único. Sus esfuerzos han sido premiados, pues según la organización (y yo puedo confirmarlo) ha sido un éxito.

PRESENTACIÓN:

El acto tuvo el patrocinio del Departamento Municipal por la Igualdad de Oportunidades. Su representante felicitó a Laima por mostrar que existen otras formas de vida en sociedad. El patriarcado no ha sido siempre la única opción, ni la más antigua. Inspirándonos en estos pueblos matriarcales, podemos transformar nuestra sociedad y nuestras familias. De ellas aprendemos que la democracia real es mucho más que asistir a votar cada cuatro años: es capacidad de escucha y consenso, practicadas ya desde el seno familiar.

Sarah Perini inició la presentación del acto con la esperanza de que mujeres y hombres cooperásemos desde la tolerancia y el respeto. Se insiste en que la presencia de hombres en el congreso es bienvenida. Y aunque de forma minoritaria, hicimos acto de presencia, destacando la presencia de un círculo de hombres de Turín.

Se trata del quinto congreso tras los anteriores en Texas, Luxemburgo, Toronto y Suíza.

Ake y Najin, las dos mujeres Mosuo,
junto a Francesca Rosati Freeman,
Federica Carmana y Morena Luciani.

Morena Luciani apuntó que este encuentro nació gracias a un grupo de mujeres interesadas en la espiritualidad femenina: escritoras, madres, terapeutas, economistas y educadoras.
El interés por los matriarcados crece a escala internacional. A la vez, es un concepto que genera aún temor e incomprensión. En multitud de ocasiones se usa la palabra "matriarcado" erróneamente para referirse a una sociedad sexista. Pero ningún matriarcado es una dictadura de mujeres. El modelo matriarcal es ante todo maternal. Su política, su espiritualidad y su economía son maternales.

29 de septiembre de 2011

Sobre la enseñanza de la filosofía.

Que nuestro sistema educativo todavía no incluya ni la más mínima crítica al concepto de patriarcado me resulta preocupante.

Hablando con una amiga, profesora de filosofía en ESO y Bachillerato, se confirmaban mis sospechas: nuestro sistema educativo todavía no presenta una crítica al patriarcado en las aulas. De eso no se habla.

Sí se critican sus síntomas: la violencia, el abuso de poder, el autoritarismo, el terrorismo, el fundamentalismo,... y ya es mucho. Pero en la raíz de esos problemas puede que exista una causa común más profunda: la absolutización de la autoridad jerárquica en la familia, con el padre en la cúspide, y todo lo que ello conlleva para el inconsciente colectivo.

En mi opinión, la mayoría de neurosis presentes en nuestras familias hunden sus raíces en las acciones u omisiones de algún patriarca, una o más generaciones atrás. No es algo lejano, el patriarcado es algo que todos sufrimos en mayor o menor medida, si no en nuestras casas, sí en otros ámbitos extrafamiliares, académicos, económicos y culturales.

No me extraña que nuestros adolescentes encuentren la filosofía aburrida: no les aporta una explicación práctica sobre la mayoría de sus problemas cotidianos.

Mareando la perdiz, se enseña lógica, Kant, racionalismo, idealismo transcendental, positivismo... pero no se explica que los últimos 5.000 años han significado la progresiva universalización de la jerarquización de la unidad política básica, la familia, en base a la sacralización del poder del padre; que el derecho romano ha otorgado potestad total al pater familias durante más de dos mil años; que desde entonces la matrilinealidad nunca ha sido una opción libre para las familias; que el colonialismo ha sido el arma de exterminio cultural de pueblos matriarcales que sí practicaban la equidad y el consenso; que las iglesias y sus apóstoles han ocultado que Jesús era una excepción profética antipatriarcal; que se ha actuado negando la plena humanidad de la mujer hasta bien entrado el siglo XX (en occidente); y que se ha favorecido la aniquilación de cualquier atisbo de cultura y organización matriarcales, asociándolo a los estadios "primitivos", "bárbaros" y "poligámicos" de la humanidad.

Ninguno de los filósofos que entran en los planes de estudio lo ha tenido en cuenta... ¿Qué tipo de filosofía es ésa? ¿Acaso los varones más inteligentes de la historia occidental están ciegos ante lo evidente?

Todo ello me hace sospechar que en nuestras sociedades libres y democráticas todavía queda mucho por hacer. Puede que sobren barbas y bigotes en la enseñanza de la filosofía. O puede que la asignatura de filosofía, tal y como se presenta, todavía más centrada en la memorística que en la crítica, sobre de por sí. Como licenciado en filosofía, me apena decirlo.

17 de mayo de 2011

Erich Fromm, reflexiones en torno al matriarcado.


Citas tomadas de El arte de amar:

El amor de la madre es incondicional, y también es omniprotector y envolvente; como es incondicional, tampoco puede controlarse o adquirirse. Su presencia da a la persona amada una sensación de dicha; su ausencia produce un sentimiento de abandono y profunda desesperación. Puesto que la madre ama a sus hijos porque son sus hijos, y no porque sean «buenos», obedientes, o cumplan sus deseos y órdenes, el amor materno se basa en la igualdad. Todos los hombres son iguales, porque son todos hijos de una madre, porque todos son hijos de la Madre Tierra.

9 de mayo de 2011

Cultura patriarcal y cultura matrística

Escrito por Humberto Maturana.

Tomado del blog librepensador MALPENSADOS.

Consideraré ahora dos casos particulares: uno, la cultura básica en la cual los seres humanos modernos occidentales estamos inmersos, la cultura patriarcal europea, el otro, la cultura que sabemos ahora (Gimbutas, 1982 y 1991) la precedió en Europa, y que vamos a llamar cultura matrística. Como tales, estas dos culturas constituyen dos modos diferentes de vivir las relaciones humanas, y, según lo dicho antes, las redes de conversaciones que las caracterizan realizan dos configuraciones de coordinaciones de acciones y emociones distintas que abarcan todas las dimensiones de ese vivir.
  
Caracterizemos ahora a la cultura patriarcal y a la cultura matrística en términos de las conversaciones básicas que las constituyen a partir de cómo éstas aparecen en lo que hacemos en nuestra vida cotidiana.


Cultura patriarcal:

Los aspectos puramente patriarcales de la manera de vivir de la cultura patriarcal europea a la cual pertenece gran parte de la humanidad moderna, y que de aquí en adelante llamaré cultura patriarcal, constituyen una red cerrada de conversaciones caracterizada por las coordinaciones de acciones y emociones que hacen de nuestra vida cotidiana un modo de coexistencia que valora la guerra, la competencia, la lucha, las jerarquías, la autoridad, el poder, la procreación, el crecimiento, la apropiación de los recursos, y la justificación racional del control y de la dominación de los otros a través de la apropiación de la verdad.

31 de marzo de 2011

Sara Ruddick, filosofía de la razón maternal.

Artículo del New York Times traducido por Matriarcal.

Sara Ruddick, cuyo libro de 1989 "Pensamiento maternal: Hacia una política de la Paz" sentó las bases para un acercamiento feminista a la comprensión y análisis de las prácticas y disciplinas intelectuales involucradas en la crianza de lxs niñxs, murió este domingo en su casa de Manhattan a la edad de 76 años. La causa, según su marido, William Ruddick, complicaciones en la fibrosis pulmonar.


La Sra.Ruddick, profesora de filosofía y estudios feministas durante casi 40 años en la New School for Social Research, desarrolló su aporte a la educación infantil centrando su interés en la maternidad, entendida no como una institución social o imperativo biológico, sino como el conjunto de actividades del día a día orientadas a educar y apoyar a la infancia. La maternidad, según ella, formaba a la madre tanto como al niño, sacando a la luz valores y capacidades cognitivas (cualidades del intelecto y del alma). El hacer forma el pensar, en otras palabras.

G.Vaughan: la economía de la donación.

Traducción del italiano de artículo escrito por Morena Luciani, quien preside la Asociación Cultural Laima.

Está de moda hablar sobre el liderazgo femenino. El mundo necesita un cambio importante, y quizá esta crisis global marca el final de esa calle de sentido único que la humanidad comenzó hace cinco mil años. En primer lugar, se desprende de la valiosa labor de los estudiosos y académicos como Marjia Gimbutas, Riane Eisler, Robert Graves y James Mellaart, sin olvidar a las italianas Momolina Marconi y Luciana Percovich, que ciertas sociedades funcionan de manera diferente, en un sistema pacífico e igualitario.

Se ha hablado de una era matriarcal, porque la arqueología y el análisis de los mitos contienen una presencia femenina fuerte, tanto en arte como en lo religioso y lo político. No hay pruebas de jerarquías entre los sexos, ni entre las clases sociales.

La principal característica de la sociedad neolítica es el papel central de la madre en las estructuras sociales y la religión, y esta centralidad del principio de la madre parece tener el secreto del espíritu de afirmación de la vida y la ausencia de la destructividad. Ya Erich Fromm en Anatomía de la destructividad humana había argumentado que las sociedades matrilineales y matricéntricas se caracterizan por niveles muy bajos de agresión.

23 de julio de 2010

El pensamiento binario patriarcal.

Recientemente la teoría contemporánea ha explorado el concepto del pensamiento binario, el predilecto en nuestra cultura para construir un mundo en términos dualistas: buenos/malos, individual/social, saber/ignorancia, ...

Como escribe Helene Cixous, "el pensamiento siempre ha trabajado por oposición". Cómo se construyen tales oposiciones, lo que muestran y esconden, cómo y por qué se forman, son cuestiones importantes. En los círculos literarios, la discusión sobre el canon literario versus los textos no canónicos, alta cultura frente a cultura popular, lo imaginario contra lo teórico... son ejemplos de debates propios del pensamiento binario.

29 de mayo de 2010

La comunidad matriarcal y el dinero.

En un comentario al artículo "Pan, Mística y Erotismo", nuestra amiga Hiniare se preguntaba cómo sería una economía y una comunidad "matriarcal", lo que me ha inspirado para este artículo. Gracias Hiniare por lanzar una pregunta tan arriesgada. Seguro que mi respuesta es muy discutible, pero es lo que hay. Siempre estoy dispuesto a modificarla si alguien ofrece alternativas mejores.

Este blog no cree que imaginar la utopía sea perder el tiempo. Vamos a soñar un poco y adentrarnos en ella por unos instantes, para estudiar qué condiciones la harían posible. Si tenéis alergia a las utopías, sugiero que no sigáis leyendo.

12 de mayo de 2010

La erudición no hace al sabio.

En círculos académicos y filosóficos, la voz de Aristóteles fue durante siglos tomada por palabra de dios. Su asombrosa erudición, su inmensa cantidad de conocimientos y escritos, su sistematización primera de todo el saber, lo convirtieron en uno de los padres de la filosofía occidental. Pero también en uno de los cómplices de la perpetuación del patriarcado, por la vía "racional", la más elitista y perniciosa.

No nos dejemos deslumbrar por discursos bañados por la solemnidad y bendecidos por la cultura. El erudito no siempre sirve a la Sabiduría, aunque se sirva del lenguaje de los sabios. A pesar de que el intelectual moderno se pavonee de largas horas de lectura, estudio y experiencias bohemias de todo tipo, deberá estar siempre bajo sospecha mientras siga defendiendo sus propios intereses de clase y condición, o los de aquellos que le dan de comer. Y aunque yo no sea un erudito, académico o intelectual, no está de más que desconfiéis también de mis propias palabras.

Para mostrar de nuevo que Aristóteles tenía poco de crítico, mucho de erudito, y más de patriarcal, he seleccionado de su Política estas citas propatriarcales, detestables para mi gusto:

"...al parecer, las criaturas se aprovechan de la que los lleva igual que las plantas de la tierra."
Aristóteles, Política, 1335b.

"También hay que habituarlos enseguida al frío desde muy niños; pues esto es muy provechoso para su salud y para las campañas militares."
Aristóteles, Política, 1336a.

"Los animales domesticables son mejores que los salvajes, y para todos ellos es mejor estar sometidos al hombre, ya que así obtienen su seguridad. También en la relación del macho con la hembra, por naturaleza, el uno es superior; la otra, inferior; por consiguiente, el uno domina; la otra es dominada."
Aristóteles, Política, 1254a-b

"Pues también hay que gobernar a la mujer y a los hijos, como a libres en uno y otro caso, pero no con el mismo tipo de gobierno, sino que manda sobre la esposa políticamente, y sobre los hijos monárquicamente. En efecto, el macho es por naturaleza más apto para la dirección que la hembra, siempre que no se establezca una situación antinatural (...). La superioridad del varón frente a la hembra mantiene siempre este carácter. La potestad tiene este carácter. La potestad sobre los hijos es regia. Porque el que los ha engendrado ejerce su mando por su afecto y por su mayor edad; eso que es precisamente lo específico del poder real."
Aristóteles, Política, 1259b

"Aquellas deben casarse hacia la edad de los dieciocho años, y éstos a los treinta y siete o aproximadamente; pues en tal edad la unión se realizará con los cuerpos en su plenitud, y con vistas al final de la procreación irán perfectamente de acuerdo con las edades. Además, la sucesión de los hijos tendrá lugar al comienzo de su madurez (...) y si algunos, por mantener relaciones más allá de estos límites, tienen hijos, antes de que surjan los sentidos y la vida, se ha de provocar el aborto."
Aristóteles, Política, 1335a

24 de febrero de 2010

Raimon Panikkar, la sabiduría del diálogo.

En esta entrevista informal, Raimon Panikkar se negaba a que le etiquetaran con el calificativo de "persona espiritual". El espíritu sin la materia no existe, y la materia sin el espíritu, mata.
También se niega a que le llamen "ser humano", prefiere que le vean simplemente como un "ser". El antropocentrismo nos lleva a degradar a los demás seres de la naturaleza, a perderles el respeto.

La entrevistadora le pregunta por la dificultad de ser un "ser" durante todo el día. Todo lo contrario, afirma él, "ser" no debe preocuparnos. Tener miedo es perder la confianza en nuestro ser, y dejarnos llevar por los roles. Nos gusta jugar roles, y el miedo a no saber jugar nuestro rol correctamente, el miedo al fracaso, aparece cuando nos olvidamos de "ser". ¡No debes preocuparte por tu ser, porque tú ya eres! Eso es a lo que se refieren todas las tradiciones con la "pureza del corazón".

Para la mentalidad occidental, este tipo de razonamientos se nos hace complicado, según Panikkar, porque en occidente estamos subdesarrollados (en ese momento incómodo de la entrevista, la periodista cambia de tema).
Hemos sido invitados al banquete de la vida por un corto período de tiempo. Disfrutémoslo, pero no emborrachándonos (eso no es diversión, es evasión), sino profundizando en nuestro "ser", descubriéndonos, viviendo cada instante desde la raíz de lo que somos.




* * *

Raimon Panikkar (Barcelona, 1918)
Filósofo, científico y teólogo de renombre universal. De madre catalana y padre hindú ha dedicado su vida al estudio de las tradiciones religiosas, a fin de propiciar el diálogo y la mutua fecundación entre ellas.




¿Cuándo hablamos de problemas ecológicos o sociales, basta con el razonamiento de tipo económico?

Creo que no. Lo que nos falta a nosotros es, sobre todo, sensibilidad. Hoy mismo, sin ir más lejos, en este pueblo tan precioso, ha venido un autocar y se ha plantado en medio de la plaza. ¡Esto es falta de pudor! Nos falta sensibilidad, la hemos perdido completamente.


Por ejemplo, la fisión del átomo representa un aborto cósmico. Que a alguien le abran la barriga para sacarle un niño que quiere o no quiere, me sabe muy mal y no es nada agradable. Pero que hayamos abierto la vagina del átomo, de la materia, mater, madre, porque queremos extraer de ella la energía que necesitamos para hacer nuestras cosas, es un aborto cósmico, pero hemos perdido la sensibilidad para reconocerlo. No hablo de la bomba atómica, hablo de lo que quiere decir exclusivamente abrir el átomo; la fisión del átomo es antinatural, y eso quiere decir que todo el problema no es sólo un problema económico, es un problema de toda una concepción del mundo. Toda esta concepción del mundo desde Galileo hasta hoy está realmente equivocada. Creo que la ciencia moderna es perversa.


Usted habla a menudo de «lo Femenino». ¿Qué puede entenderse por «lo Femenino»?


Es una palabra ya muy poco femenina, porque si como hombre digo qué es "lo femenino" creerán que quiero imponerlo. Hemos perdido uno de los polos de la existencia. Puede decirse masculino-femenino, puede decirse Yin-Yang, puede hablarse de Divino-Humano, Activo o Pasivo, puede decirse de cincuenta mil formas. Pero indiscutiblemente, hemos basado toda una concepción de la vida, de la realidad, de la ciencia… en un solo polo, que es predominantemente masculino. ¿Qué nos hace falta? Nos falta todo, la pasividad, el saber recibir. Tenemos el corazón mucho menos desarrollado que la cabeza. Nos falta pues lo femenino. Lo femenino es el otro polo tan necesario, tan importante: el contrapunto. Por eso, cuando el movimiento femenino quiere solo imitar lo masculino… muy bien en cuanto a justicia de sueldo, de las firmas, de las cuentas bancarias y de los matrimonios, pero ese logro puede implicar a su vez una pérdida. Creo que la dimensión femenina está por encima de todas esas desigualdades, que urge reparar por justicia, pero que pueden ocultar dicha dimensión.


Nosotros queremos controlarlo todo, y si no tenemos el control de las cosas nos sentimos muy incómodos. Digámoslo de otra manera: queremos tener certezas. De la certeza que comienza con Descartes, a la seguridad personal, a la seguridad nacional… todo es lo mismo. Necesitamos y buscamos seguridad. Ahora España se gasta uno de los presupuestos más altos de todo el mundo en armamento para nuestra «seguridad». Que yo sepa, nadie nos ataca ni nadie nos quiere atacar. Nadie quiere «tomar» Europa; no tenemos tantas riquezas bajo el suelo ni tanto petróleo. No es rentable para una invasión militar de otros países.


Pero hay 25 millones de militares hoy en día en el mundo. Hay un soldado por cada 250 personas y en cambio sólo un médico por cada 3.500 personas (no digo que la medicina occidental sea la solución pero es un dato significativo).


Los machos no tienen, por otra parte, el monopolio de ser hombres. Hombre no es un término que en todas las lenguas sea masculino, incluso en griego puede llegar a ser femenino, el «ántropos», y en sánscrito y en latín… «Homo» quiere decir «humus», aquello que sale de la tierra y no ha llegado al cielo. Como en chino, hombre es el intermediario entre el Cielo y la Tierra; todo hombre tiene los dos reinos, la doble polaridad. En unos predomina más una cosa, en otros otra.


Además tengo la siguiente hipótesis: la guerra es un fenómeno cultural, no es un fenómeno natural. La guerra está altamente ritualizada. Los animales no hacen guerra. Y cuanto más aumenta el —digamos— grado de civilización, desde hace 6.000 años, más aumentan las guerras. Cada siglo aumentan. Actualmente hay 46 ó 47 guerras, declaradas o no declaradas. Tras la Segunda Guerra Mundial ha habido muchos más muertos que en todas las demás guerras. Mi hipótesis es que la guerra —que es fenómeno cultural— empezó, o al menos está relacionada, con el paso del matriarcado al patriarcado. Y no es que yo ahora quiera idealizar a las mujeres. Las mujeres organizarían el mundo tan mal como los hombres si quisieran hacerlo solas. Pero me parece que hay un paso del matriarcado al patriarcado… Creta, la India, todo el Mediterráneo… y en este momento también empiezan las guerras, porque las guerras comienzan con la aglomeración poco natural de la ciudades.


¿Por qué nos falta lo femenino? ¿Se produce con este paso al patriarcado la descompensación hacia el polo de lo masculino?


Esto es una hipótesis por estudiar. Lo masculino se va desarrollando poco a poco, cada vez más. Donde está representado de un modo más fuerte es con el nacimiento del racionalismo; la razón, aunque en catalán y en castellano sea una palabra femenina, es eminentemente masculina, la razón cartesiana sobre todo. Otra de mis tesis es que hoy en día utilizamos la razón como un arma. No se utiliza en toda su dimensión femenina de comprender, de dejarse fecundar por el otro, dejarse incluso convencer. No, yo utilizo la razón para tener razón, para ganarte, para demostrarte lo que quiero demostrar. No puede haber Paz si no nos desarmamos culturalmente. Es el viejo tema, la cuestión de la razón, que es el problema de la feminidad, de la utilización de las cosas para ser feliz, para ser uno mismo, para completarse. Pero eso nos da miedo. Nos da miedo porque una de las esencias de lo femenino es ser vulnerable. Y nos asusta ser vulnerables. Implica no tener control, y eso nos atemoriza —¿y quién lo controlará?— ¿Pero para qué demonios hace falta que se controle todo? ¿Quién controla el sol y las estrellas?


¿Lo femenino puede equipararse a la Naturaleza?


Lo femenino es la naturaleza, es la Tierra.



21 de febrero de 2010

Una verdad incómoda: todos somos mujeres (I).


Resulta paradójico que sean los mismos filósofos del siglo XX quienes hayan diagnosticado la muerte de la filosofía. Es algo muy positivo, para toda la humanidad, el hecho de que la ciencia de todas las ciencias esté agonizando, y lo reconozca públicamente. Los padres del saber filosófico deben estar retorciéndose en sus tumbas. Porque su pensamiento, aparte de resultar una distracción más o menos útil, no ha servido para salvar a la humanidad de la ignorancia y la barbarie.

¿Me alegro de la decadencia de la filosofía? Sí, y mucho. Porque la filosofía ha venido siendo, hasta ahora, únicamente patriarcal (con muy pocas excepciones en el siglo XX) y ello ha provocado su ruina y la de nuestra civilización.

"Darse cuenta de que nuestro conocimiento es ignorancia, es una noble comprensión interna. Considerar nuestra ignorancia como conocimiento es una enfermedad mental. Sólo cuando nos cansamos de nuestra enfermedad, dejamos de estar enfermos." (Tao Te King, 71)

La historia de la filosofía entendida como "amor a la sabiduría" deja mucho que desear. ¿Qué es eso de la sabiduría? ¿Qué sabiduría han aportado los filósofos a la sociedad? Cada pensador ha dado su opinión al respecto, rebatiendo a los pensadores que le precedían. Algunos tildados de visionarios han osado aventurarse en la utopía. Se habrán acercado a ella en mayor o menor medida. Pero no han podido cambiar la realidad tal como desearíamos. La filosofía ha sido, más que un método eficaz para hallar la verdad, una distracción que nos ha alejado de ella.

1 de diciembre de 2009

Decir el mundo en femenino

Artículo escrito por PURIFICACIÓN MAYOBRE, Universidad de Vigo.
Hacer click sobre el nombre de la autora para leer más de sus interesantes artículos, además de otros materiales relacionados con estudios de género, en rigurosa clave filosófica e histórica.

Éste es uno de ellos:

DECIR EL MUNDO EN FEMENINO


Decir o nombrar el mundo en femenino implica hablar de lenguaje, pero para referirse al lenguaje hay que tratar el tema del pensamiento dada la íntima relación existente entre uno y otro, de tal modo que no se sabe quién supedita a quién, aunque probablemente el condicionamiento sea recíproco. En este caso, debido a mi propia formación, resuelvo el dilema analizando más pormenorizadamente el pensamiento y deduciendo que las cualidades inherentes a éste son consustanciales al lenguaje.

19 de noviembre de 2009

Abolir el patriarcado liberaría al hombre.



La primera ventaja de abolir el patriarcado para el varón es una mayor igualdad con el sexo femenino, liberándolo de aquellas fuerzas que sitúan al hombre en un estado constante de alienación.
En el orden patriarcal, la desigualdad es patente e innegable, siempre ligada a la violencia y a la ignorancia. Absolutizar este orden de cosas como el único posible, quedarse en la postura "realista" (descriptiva) y no dar el salto a la "utópica" (transformadora), reside en la creencia falsa de que tal estado de cosas es natural.

El varón es inferior a la mujer en el orden patriarcal, pues es esclavo de creencias como la de considerar naturales el egoísmo y la violencia, entre otras. Su dignidad ha sido vendida al mejor postor. Los varones que confían su destino a los poderes mundanos, a ideales excluyentes, a la esclavitud de la tradición, al individualismo narcisista, se convierten a sí mismos en títeres de poderes destructivos.
Sólo negando el orden patriarcal, la igualdad de derechos y la libertad real son posibles, pues patriarcado, ignorancia y violencia siempre van de la mano.

No dejaré de repetirlo hasta la saciedad: el varón es inferior a la mujer en el orden patriarcal, porque algún ser disfrazado de 'padre' le ha engañado diciéndole lo contrario.

29 de octubre de 2009

¿Política? ¡Cambiemos las reglas del juego!

La política patriarcal actual se mueve entre la demagogia de partidos y el totalitarismo tiránico, con sus muchos matices locales. Toda ella está condicionada por la economía capitalista, defensora del "derecho a la propiedad", eufemismo del "derecho a enriquecerse".

No es más libre quien más tiene. El hombre se engaña cuando confunde la libertad personal con el derecho a enriquecerse. La libertad no proviene del derecho a la propiedad privada. La administración de la propiedad privada y los intereses sociales marcan hoy la agenda política: todo se reduce a un debate absurdo entre socialismo y liberalismo, ambos igual de corruptos. Las reglas del juego son éstas, y no se ponen en duda (excepto con el comunismo, que terminó siendo igual de patriarcal) aunque no favorezcan en nada al bien de futuras generaciones.

Los filósofos varones como Locke han enaltecido el derecho a la propiedad individual. Mientras el varón tenga derecho a la propiedad privada, tendrá el "poder" de comprar a las personas, especialmente a las mujeres, para fines que todos conocemos, ya sea bajo la forma de esposa o de prostituta.

En sociedades matriarcales como los Mosuo, la matriarca del clan es quien guarda y administra los bienes para cubrir las necesidades de la familia, sin ánimo de enriquecerse. Los varones carecen de propiedades, y sus ganancias las entregan a la madre. Son felices, no existen conflictos ni envidias, y por muy extraño que pueda parecernos, no ven en ello ninguna injusticia. ¡Por no hablar de ausencia de prostitución, de machismo, de violencia y de traumas infantiles!

A parte de entregarle la propiedad al Estado o sacralizar el derecho a la propiedad privada, existe otra alternativa no patriarcal: la propiedad comunitaria de las madres. Ello implica negar la propiedad privada (capitalismo) y la estatal (comunismo). Es una vía igual de legítima, donde sólo aquella que transmite la vida, la madre, tiene el derecho a servirse de los bienes de la Naturaleza para el bien de sus hijos.

24 de septiembre de 2009

El mito de Don Juan

"En la literatura española existe una figura que es en realidad un mito, uno de los mitos españoles. Don Juan. Podría ser un mito freudiano a primera vista; es la pura masculinidad, energía sexual siempre en ejercicio. Es también nihilista. No tiene antepasados ni hijos. No respeta las leyes, no se sobrecoge ante los muertos; es el provocador universal. (...) no tiene ni siquiera madre. (...) Pero don Juan está dentro del orbe de la caridad y al fin se salva, no por amar, sino por ser amado. El amor en el mundo cristiano tiene la virtud de redimir (...). Quien vence a don Juan es una doncella nada sabia, imagen de la pureza. (...) El hombre en su pura dispersión sexual vive el instante como don Juan; gana cada uno de los momentos, pero si la pureza no viene en su auxilio, perderá toda la vida."

(María Zambrano, Hacia un saber sobre el alma)

Hermosas palabras, lástima que algunos hombres no quieran ser redimidos. Pero comparto que si un hombre no puede contemplar a una mujer sin verla como una posibilidad de placer, está perdido.

22 de septiembre de 2009

La crítica de Nietzsche al hombre moderno y su temor a la mujer.

La lectura de Nietzsche siempre me ha parecido energizante, a pesar de la dureza de sus palabras contra el cristianismo y las mujeres (¡no más duras que las dirigidas a los hombres!). Su estilo literario es incendiario y valiente. Afortunadamente, no me identifico con el tipo de cristiano al que él critica, y eso me alivia. Pero no quiero abordar aquí su crítica a la religiosidad del siglo XIX, sinó el ocultamiento en su obra de lo que significa la feminidad en el marco de su 'transvaloración'.