29 de mayo de 2010

La comunidad matriarcal y el dinero.

En un comentario al artículo "Pan, Mística y Erotismo", nuestra amiga Hiniare se preguntaba cómo sería una economía y una comunidad "matriarcal", lo que me ha inspirado para este artículo. Gracias Hiniare por lanzar una pregunta tan arriesgada. Seguro que mi respuesta es muy discutible, pero es lo que hay. Siempre estoy dispuesto a modificarla si alguien ofrece alternativas mejores.

Este blog no cree que imaginar la utopía sea perder el tiempo. Vamos a soñar un poco y adentrarnos en ella por unos instantes, para estudiar qué condiciones la harían posible. Si tenéis alergia a las utopías, sugiero que no sigáis leyendo.


El fracaso del comunismo.

Básicamente ha fracasado por un exceso de testosterona aliñada con alcohol y una pizca de mesianismo. Si los líderes comunistas se hubieran molestado en profundizar en la teoría marxista sobre la familia desarrollada por Engels, hubieran descubierto una defensa de lo matriarcal como posibilitador de la paz social, en oposición al estado policial que ellos crearon para encumbramiento de sí mismos y de sus imperios militaristas.

Si los regímenes llamados socialistas o comunistas fueran auténticamente "democráticos", entregarían la soberanía a las madres y sus hijxs. Curiosamente, el maoísmo chino, al descubrir la pacífica etnia Mosuo en los años 60, no vió nada de sí mismo reflejado en esa sociedad matriarcal, sino que encima trataron de imponerles el modelo de familia patriarcal monógama tradicional, con tanta o más devoción que cualquier iglesia misionera proselitista ¡Menuda incongruencia!
Es así, el comunismo ha sido (y seguirá siendo) tan patriarcal como cualquier otro régimen estatista-nacionalista. De ahí su fracaso, intento tras intento.

Los líderes comunistas suelen vivir ensimismados en su palabrería y en la comodidad de su poltrona. Me avergüenza decirlo, pero son tan predecibles como los varones capitalistas. Todxs ellxs comparten el haber olvidado su condición de hijxs, creyéndose los "padres" y mesías salvadores de su pueblo... y todos ellos varones, casualmente. El comunismo administrado por seres hipertestosteronados y alcoholizados es como un rebaño protegido por lobos. Lo mismo es aplicable al neoliberalismo.


Nuestro querido capitalismo:

Fukuyama y los neoliberales han absolutizado el sistema económico capitalista como el mejor de todos los posibles. En efecto, el patriarcado (imperialista, individualista y territorialista) no puede ofrecer nada mejor que el neoliberalismo en materia económica, porque éste es el mejor sistema para administrar el egoísmo congénito a toda sociedad patriarcal... Lo cual me hace pensar que el género humano está algo enfermo, y esa enfermedad es de tipo mental. No por tener mayor masa cerebral que otros seres somos "mejores". De hecho, damos cierta vergüenza, muy especialmente los varones, en los tiempos que corren.

Por eso, para superar el capitalismo, hay que ir más allá del patriarcado, destruyendo su herramienta y creación más representativa: el dinero.


¿Es posible vivir sin dinero?

Sí. Los animales lo hacen, billones de organismos vivos pueblan la Tierra y no necesitan del dinero para sobrevivir. Lo hace Heidemarie Schwermer. Nosotros, en cambio, dependemos del dinero de manera exagerada. Somos casi drogodependientes del dinero, ¡gracias al capitalismo!

¿El mundo podría funcionar eficientemente sin dinero? ¿Hemos pensado en tiendas en las que no fuera necesario pagar? ¿Podría construirse un acelerador de partículas sin dinero? ¿O un satélite?
Ni se nos pasa por la cabeza, ¿verdad? A medida que avanza la edad se hace más difícil deshacerse del egoísmo (si no ved este vídeo y artículo).

¿Y prestar un servicio sin cobrar, confiando que otros harán lo mismo por nosotros? ¿Trabajar sin cobrar a cambio? Es posible. Si no, preguntádselo a millones de madres y mujeres que lo han venido haciendo durante siglos, por amor a sus hijxs. Con todo el empeño que las mujeres han puesto en el cuidado de la otra mitad de la humanidad, sin cobrar en metálico, se podían haber construído ya mil aceleradores de partículas.
Por un momento, imaginemos un mundo así... sin dinero.

La ausencia de dinero tiene sus ventajas: allí donde no hay dinero, no hay corrupción. Ni estafadores, ni atracadores, ni traficantes, ni proxenetas, ni prostitución, ni braguetazos, ni banqueros, ni bolsa, ni especulación, ni sobornos, ni compañías de seguros, ni hacienda, ni impuestos, ni paraísos fiscales, ni mafias, ni publicidad, ni competencia desleal, ni todo-por-la-audiencia, ni todo-por-la-pasta, ni vendedores de humo, ni explotación laboral, ni sindicatos, ni sindicalistas, ni partidos políticos, ni lameculos, ni máquinas tragaperras, ni casinos en el desierto, ni ludópatas, ni usureros, ni recortes de sueldo, ni herencias, ni inflación, ni crisis económica, ni bancarrotas, ni paro, ni mendicidad...
Suena bien, ¿verdad? ¡Y todo gracias a la desaparición del dinero!

Pero para que ello fuera posible, debería desaparecer el EGOÍSMO de la faz de la Tierra y deberíamos organizarnos mínimamente, lo cual exige usar el cerebro, normalmente obsesionado por el miedo a quedarnos sin dinero... un círculo vicioso.

¿Y la ciencia? ¿Desaparecería la ciencia? ¡Por supuesto que no! Es la típica amenaza con la que el sistema nos asusta: volveréis a la edad de piedraaaa, si tenéis comodidades es gracias al libre mercadoooo, buuuu...

Sí haría falta entonces crear una red de comunicación que localizase necesidades y los respectivos  talentos para cubrirlas, logrando un intercambio eficiente de favores. Un simple programa de inteligencia artificial puede hacer eso, sin necesidad de hordas de políticos y funcionarios. La informática ya está preparada para algo así. Pero comprendo que para muchos parezca ciencia ficción...

La eficiencia de un mundo sin dinero depende directamente de su grado de empatía global y organización social inteligente, tema que paso a tratar a continuación.


La comunidad autosuficiente:

Imaginemos una comunidad autosuficiente, ecológica e igualitaria, en su unidad más básica y elemental.

De ahora en adelante, a esta comunidad ideal la voy a llamar comunidad matriarcal autosuficiente (distinta de la comunidad matriarcal nuclear, formada por cada madre y sus hijxs), porque si algo tengo claro es que en ella todos sus individuos reconocen ser hijos de madre (entendido en el sentido que ya he explicado en otras reflexiones) y la voluntad de no repetir los errores del patriarcado.

Es en torno al hecho de ser todxs hermanxs, hijxs de una misma Madre, como se construye la idea de fraternidad. Ninguna otra idea (nación, lengua, cultura, Estado, religión, etc...) puede unir la humanidad en la fraternidad universal, si no es compartiendo todos una misma Madre.

Sí, sí, es utópico, pero un mundo sin utopía es una caca, al menos para mí.


Primera posibilidad: la comunidad matriarcal como una creación liminal.

Algunas comunidades utópicas nacen espontáneamente en la liminalidad, es decir, en la marginalidad social, con voluntad de liberarse de las estructuras hegemónicas, para interpelarlas y experimentar nuevas formas de vida social. Para más información sobre la función de los grupos liminales, leer la obra del antropólogo Victor W.Turner, The ritual process.

En toda sociedad humana encontramos grupos de personas que comparten un mismo ideal y viven en común, de forma "distinta" a la gran mayoría. La vida monástica es un claro ejemplo, que a mí siempre me ha atraído. Prescindiendo de sus muchas desviaciones teológicas patriarcalizantes, encuentro en los monasterios y cenobios un ejemplo claro de comunidad autosuficiente basada en la puesta en común de bienes, ideales y trabajo.

El futuro, pienso yo, está en la creación de comunidades no patriarcales que le demuestren al mundo que:
a) es posible dejar a un lado nuestras diferencias culturales y de género,
b) es posible un orden social inteligente sin necesidad de dinero,
c) es posible un modelo de convivencia que supere al patriarcal,
d) la autoridad "matriarcal" no se fundamenta en la dominación, sino en el servicio,
e) la fraternidad universal es posible.

El día que budistas, cristianos, paganos, hindúes, musulmanes, ateos, agnósticos,... hombres y mujeres de todo el planeta, podamos separarnos del engranaje capitalista y demostrar al mundo que el Amor no entiende de ideologías, sexos o creencias, el capitalismo patriarcal podrá temblar.

Ya se están dando pasos, como la creación de comunidades interreligiosas. El diálogo interreligioso también incluye a los movimientos paganos, por supuesto, y en mi opinión deberían incluir al ateísmo, porque éste se trata de una toma de posición tan "espiritual" como las otras, aunque no lo parezca.

Para que eso ocurra, algo muy poderoso debe unir a las personas, una idea fuerte. En mi humilde opinión, la voluntad de fraternidad y superación del patriarcado es algo que puede unir a muchxs, por muy dispares que sean nuestros orígenes y culturas.
Que yo sepa, aún no existen comunidades de este tipo en nuestro país, aunque se ha debatido el tema en diversos foros.

No puedo evitar pensar en un caso curiosísimo. Los amantes de ciertas prácticas sexuales ya llevan la ventaja, y se lo están currando por su cuenta (al menos la intención está ahí, y creo que es buena), y el mérito hay que reconocérselo, por qué no, aunque yo no practique sus juegos sexuales. Quizas sean un grupo de mujeres con látigo, látex y botas altas las primeras en destruir el capitalismo, ja, ja... En todo caso, seran mujeres seguras de sí mismas acompañadas de varones "humildes". :)

Lo que menos me atrae de la idea de fundar una comunidad autosuficiente es:
- Individuos con ansia de protagonismo.
- Intereses particulares chocan con el bien común.
- El sectarismo (nosotros los buenos, el resto los malos), las sectas han hecho mucho daño.
- La incapacidad de algunos para el diálogo y la comunicación.
- Prejuicios hacia lo diferente y lo otro.
etc...

Vivir en comunidad desde el cristianismo:

Yo he probado la vida en comunidad, en el contexto de una congregación religiosa cristiana. La vida en común puede ser una tortura si no se comparte una misma visión, pero puede ser muy liberadora si se unen las energías por una causa común y todos están motivados por el mismo espíritu.

La Iglesia, por una parte, ha permitido a las órdenes y congregaciones religiosas (ya sabéis que disponen de cierta independencia respecto a la jerarquía) poner en práctica su estilo de vida profético, según el carisma particular de cada una. Por otra, ha limitado su desarrollo, normativizando en exceso y reclamando una obediencia y fidelidad feudalista al Vaticano, deformando así lo que en un principio nació con voluntad de renovación inspirados en el evangelio.

Crear hoy una nueva congregación (inter)religiosa en el seno de la Iglesia, que encarne el espíritu matriarcal o antipatriarcal, es un suicidio, una contradicción en toda regla, porque admitámoslo: la Iglesia Católica Romana es una institución antifeminista y declaradamente patriarcal. Aunque hay quienes no desisten y lo intentan desde dentro, creo que para actuar sin obstáculos y constantes trabanquetas hay que dejarla de lado.

Tampoco confío en la fundación de nuevas religiones: no creo que sean una salida. Pongo como ejemplo el Unitarian Universalism (un caso entre miles), un grupo de cristianos procedentes de otras iglesias conservadoras que, a pesar de una muy buena voluntad, gran apertura y tolerancia, no se sabe muy bien qué les une a parte del descontento con sus anteriores iglesias conservadoras.
Las sectas y gurús han hecho mucho daño, y no negaré que el hecho de fundar una comunidad matriarcal corre el peligro de atraer todo tipo de personalidades mesiánicas con ansia de protagonismo. Mi principal esperanza es que las madres sean menos mesiánicas y más humildes que los varones cuando actúan como "líderes espirituales".


Pero puesto que mi querida matriarca no piensa fundar ninguna comunidad matriarcal autosuficiente, de momento, integrarnos en la red global de comunicación, que busca establecer vínculos fraternales a escala planetaria, ya es un gran paso. Ante esto, sólo puedo sugerir empezar siendo uno mismo su propia "comunidad matriarcal", esté allí donde esté, aunque se quede sólo al nivel "nuclear" (no autosuficiente).
Ser uno mismo un pequeño nodo en la red ya es algo. De hecho, ya es mucho.
El único inconveniente es que, al no estar integrados en una comunidad autosuficiente, mi matriarca, nuestros niños y yo, nos vemos... ¡obligados a depender, todavía, del dinero!

Pero estamos integrados en una red, lo cual (si véis el vídeo de más abajo) ya es una buena forma de cooperar con la fraternidad humana universal.

Más allá de la subsistencia: la comunidad de comunidades.

A modo introductorio, expongo lo que parece una buena manera de organizar las comunidades, tanto las nucleares como las autosuficientes, sirviéndome gráficamente de las fractales.
No soy un experto en el tema, pero las fractales muestran una organización abierta, organizada, no jerárquica, cumpliéndose las condiciones para una sociedad no patriarcal. También se habla de "matriz", de ahí el nombre de matríztica (ver artículo de Carlos Boyle en Escola de Redes).
En definitiva, son agrupaciones concéntricas hasta el infinito, sin un punto identificable como la "cima" de la organización.
Se asemeja a las ramificaciones de un árbol y los rizomas de las plantas, término adoptado por algunos filósofos para designar cualquier organización que no sea jerárquica.





Nada más por hoy, saludos. :-)

A quien le atraiga lo comunitario:
http://antiguoespiritu.wordpress.com/category/paganismo/ (Earthspirit, comunidad pagana abierta al diálogo con las religiones)
http://www.deirmarmusa.org/page/Introspa.HTM (ejemplo de monasterio cristiano-musulmán en Egipto)
http://wwwespiritualidadprogresista.blogspot.com/ (blog con muchos enlaces a temas monásticos y ecuménicos)
http://escoladeredes.ning.com/ (un blog dedicado a las nuevas formas de organización social)


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