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29 de abril de 2013

La química del amor materno

Publicado en La Vanguardia Magazine 28-4-2013


Un niño nace diseñado para enamorar a su madre por una cuestión de supervivencia. Llega al mundo indefenso y durante un tiempo dependerá de quien asuma la función de alimentarle, consolarle, estimularle… Suele ser la madre quien se encarga de esos cuidados durante el aterrizaje del niño en la vida. Ella no puede dejar de mirarlo, de pensar en él, de querer cuidarlo. Cuando el bebé empieza a sonreír, se activan en el cerebro de la madre regiones relacionadas con la recompensa. Así que ella se engancha a las sonrisas y las monerías de su retoño. Gracias a los avances neurocientíficos se empieza a saber mejor cómo influye el amor de madre en el cerebro del niño.

20 de mayo de 2011

La revolución de las madres.

Son tiempos revolucionarios. ¡También para las madres!
Madres que quieren ser escuchadas y tomadas en serio. Madres críticas, antipatriarcales y felices.

Capaces de engendrar una nueva humanidad gracias a una nueva maternidad.


Ellas también exigen que no se contemple a la infancia como mercancía, que no se instrumentalice su embarazo, y que cada madre pueda elegir libremente tras ser bien informada.

Ellas se han conocido a través de la red. Desde blogs y webs afines han formado una tribu de madres revolucionarias, alegres, ilusionadas con una visión común: criar seres humanos libres.

Artífices de una nueva juventud, las madres deben ser tomadas en serio por cualquier revolución que se precie. Es un honor contar con algunas de ellas como seguidoras de este blog.

¡¡Felicidades!!

4 de mayo de 2011

El cerebro masculino.



¿Qué somos los varones?

¿Somos tan "originales" como nos han dicho los patriarcas de la cultura, o somos por el contrario una simple "variación" del modelo de ser humano original, el femenino?

¿Qué implicaciones tiene que sociedades enteras estén gobernadas (religiosa, política, económica y culturalmente) por los individuos más territoriales, jerárquicos y menos empáticos, explotadores de la naturaleza femenina (y por extensión de todo lo que existe)?

¿Cómo sería una sociedad organizada por personas que no estuvieran tan condicionadas por una hormona que puede obcecarnos, esclavizarnos y volvernos contra nuestra propia naturaleza? ¿Es decir, cómo sería vivir en un mundo sin varones poderosos?

La crisis originada en la adolescencia parece terminar para nosotros los varones cuando nuestro cerebro se libera de todos los condicionamientos hormonales masculinos y los prejuicios culturales que los agravan, y vuelve a asemejarse a su estado original, el femenino, el que todos hemos compartido en las primeras ocho semanas en el útero de nuestras madres. ¿Por qué nadie nos lo dijo antes?

El patriarcado se sirve de diversas técnicas para dificultar esa recuperación del cerebro femenino en los varones adolescentes y mantenerlo siempre en un estado de alienación constante: añadiendo a esa sobredosis de testosterona otras elevadísimas dosis de ruido, prejuicios sexistas, educación para la competitividad, mentiras sobre falsas libertades y derechos, incomunicación, pornografía machista, presión psicológica, alcohol y demás sustancias adictivas...


Lejos de ayudar al adolescente a comprender los entresijos de su parte originariamente femenina y establecer relaciones sanas con las mujeres, le apartan de su alma y le enfrentan a ella. Ciertas industrias culturales y lúdicas seguirán perpetuando el patriarcado mientras no se ofrezca a los jóvenes varones diversiones y placeres alternativos imaginados exclusiva o principalmente por mujeres.

Conocernos a nosotros mismos implica conocer la naturaleza femenina, libres de prejuicios. Pero para ello, hay que empezar escuchando a las mujeres que tenemos cerca, ¡y no dejar de escucharlas porque decidan convertirse en madres!

22 de marzo de 2011

Todxs somos mujeres (II)

Reproduzco la respuesta a una consulta que formulé a una persona formada en biología (desea mantener su anonimato). Le agradezco sumamente su atención y participación. Es un material interesante para la reflexión, especialmente para nosotros los varones. ¿Por qué tan pocos varones incorporamos un análisis semejante en nuestra autocomprensión? ¿Será miedo a perder nuestra universalmente inculcada masculinidad? ¿Miedo a dejar de ser el macho seductor por excelencia? Ja, ja,... ¡no seáis cobardes, patriarcas!
...

Los seres vivos sexuados somos hembra por defecto (los asexuales lo son directamente, por supuesto). Todos los machos son hembras ontogenéticamente, es decir, son hembras que han sufrido una mutación sin formar una especie aparte.

21 de febrero de 2010

Una verdad incómoda: todos somos mujeres (I).


Resulta paradójico que sean los mismos filósofos del siglo XX quienes hayan diagnosticado la muerte de la filosofía. Es algo muy positivo, para toda la humanidad, el hecho de que la ciencia de todas las ciencias esté agonizando, y lo reconozca públicamente. Los padres del saber filosófico deben estar retorciéndose en sus tumbas. Porque su pensamiento, aparte de resultar una distracción más o menos útil, no ha servido para salvar a la humanidad de la ignorancia y la barbarie.

¿Me alegro de la decadencia de la filosofía? Sí, y mucho. Porque la filosofía ha venido siendo, hasta ahora, únicamente patriarcal (con muy pocas excepciones en el siglo XX) y ello ha provocado su ruina y la de nuestra civilización.

"Darse cuenta de que nuestro conocimiento es ignorancia, es una noble comprensión interna. Considerar nuestra ignorancia como conocimiento es una enfermedad mental. Sólo cuando nos cansamos de nuestra enfermedad, dejamos de estar enfermos." (Tao Te King, 71)

La historia de la filosofía entendida como "amor a la sabiduría" deja mucho que desear. ¿Qué es eso de la sabiduría? ¿Qué sabiduría han aportado los filósofos a la sociedad? Cada pensador ha dado su opinión al respecto, rebatiendo a los pensadores que le precedían. Algunos tildados de visionarios han osado aventurarse en la utopía. Se habrán acercado a ella en mayor o menor medida. Pero no han podido cambiar la realidad tal como desearíamos. La filosofía ha sido, más que un método eficaz para hallar la verdad, una distracción que nos ha alejado de ella.