22 de abril de 2010

Matriarcado: una perspectiva contemporánea.

Revisando nuestra comprensión de lo matriarcal:



"El feminismo no quiere imponer un matriarcado basado en la violencia contra el hombre, como ha sido el patriarcado hasta ahora. No desea dejarlos sin voto, ni violarlos en las guerras, ni mutilar sus genitales en pro de una tradición cultural, ni confinarlos en el ámbito doméstico, ni quiere matarlos por adulterio. El feminismo no pretende que los hombres sean propiedad de sus madres y luego de sus mujeres, ni desea que los hombres cobren salarios más reducidos, ni tampoco querría desterrarlos de las cúpulas de poder mediático, empresarial y político. No quiere traficar con cuerpos masculinos para el disfrute de los femeninos, ni desea que los niños varones estén desnutridos o abandonados en orfanatos, ni, por supuesto, promovería su marginación social o económica. Tampoco vetaría que los niños varones pudiesen ir a la escuela, ni les prohibirían el acceso a la sanidad y la Universidad. Comprendan que eso es una locura que no promueve el feminismo."

Coral Herrera Gómez



A pesar de que los antropólogos califican a las pocas sociedades matriarcales (matrilineales, matrísticas, matrilocales, gilánicas,...) como las más pacíficas e inofensivas del planeta, el término matriarcado sigue generando rechazo y confusión entre gran número de personas. Injustamente.
He intentado enumerar aquí algunas de falacias que se han construído alrededor de dicho término. Analizaré uno a uno los principales malentendidos que han contribuido a juzgar tan negativamente el concepto de "matriarcado":

Un matriarcado no equivale a una ginecocracia (gobierno de las mujeres). De hecho, una dictadura de mujeres seguiría siendo "patriarcal", por basarse en la dominación de unas pocas personas sobre muchos. En un matriarcado los varones no son excluídos de puestos de responsabilidad y liderazgo por el hecho de ser hombres. Con la dualidad patriarcal/matriarcal no estamos haciendo referencia a qué sexo detenta el poder, sino a cómo se administra el poder, y en base a qué valores y prioridades se distribuyen los bienes materiales y organizan los recursos humanos.

¿Qué "valor" ha priorizado cada cosmovisión?
A grandes rasgos...
El patriarcado ha venido reconociendo el egoísmo y la mercantilización de todo lo existente (entre otros) como algo natural y bien último, siendo la figura paterna la encargada de velar por el patrimonio de la familia, y situando un sexo en posición de ventaja respecto al otro. La jerarquización de todo lo real es inherente al pensamiento patriarcal.

Los matriarcados sitúan como valor principal a las personas, incluyendo a la infancia en este grupo, haciendo especial énfasis en la relación materno-filial como una relación central de iguales. Se sustituye la voluntad de poder por la compasión y la fraternidad. La paternidad es servicio, no control.

Valores patriarcales (imperialistas, capitalistas, fundamentalistas, etc...): dominación, desigualdad, violencia, individualismo, competitividad, jerarquía...

Valores matriarcales (matrísticos, feministas, humanistas, etc...): amor, igualdad, consenso, comunión, cooperación, austeridad, altruísmo, comunidad...

Un matriarcado no es necesariamente el mandato de las mujeres sobre los varones. Es absurdo seguir pensando así. Nada impide que se le reconozca a un varón la autoridad política o social: la principal diferencia respecto al orden patriarcal es que, en el matriarcado, la autoridad de alguien nace del reconocimiento de sus actos en pro de la comunidad, y eso será así tanto para varones como para mujeres. La comunidad otorga la autoridad a aquellxs que más y mejor trabajan por el bien común, sin importar su sexo. Es una concepción dinámica de la autoridad, en oposición a la concepción estática de autoridad propia del patriarcado. La política no se basa tampoco tanto en la retórica y en la apariencia como en la donación y el servicio (algo difícil de hallar en nuestros líderes actuales).

- Chozas, superstición y primitivismo: algunos, incluso afines al feminismo, argumentan que un matriarcado conllevaría una involución cultural, dejando paso a la superstición, el tarot, la economía de subsistencia e incluso... ¡la desaparición de la ciencia!
Decir que las etnias indígenas matrilineales, por ejemplo, no han aportado ni pueden aportar nada a la humanidad, es un grave insulto contra ellas y su cultura.
Retrotraer siempre lo matriarcal a épocas primitivas y, por asociación, vincularlo con imágenes irreales de orgías y demás fantasías falocéntricas, es otra asociación arbitraria que limita sus posibilidades de futuro.
Sorprende la facilidad con la que algunos olvidan que el fundamentalismo patriarcal ha sido el mayor freno al avance científico en la historia. Ningún matriarcado, que yo sepa, ha quemado bibliotecas y monasterios, amenazado a científicos, o recluído a las mujeres lejos de las academias. Basta ver el filme de Hipatia para comprenderlo.

- La reflexión matriarcal no es propiedad intelectual de ningún grupo o ideología. Ni la filosofía pagana, ni la cristiana, ni la taoísta, ni la atea, ni la wicca, ni ningún movimiento cultural o espiritual, ni este blog, ni incluso los movimientos feministas, son propietarios del paradigma antropológico matriarcal. Lo matriarcal es transversal, una cosmovisión universal, defensora del amor no egoísta, opuesta al dominio violento y la explotación irresponsable de los bienes naturales.
No permitamos que el historicismo impregne la reflexión matriarcal, porque terminará en el más absoluto fracaso. La pugna por ver quién es más antipatriarcal favorece al patriarcado.

Desde la óptica cristiana, algunos nos atrevemos a pensar que incluso un personaje como Jesús de Nazaret, comprometido políticamente con la igualdad y crítico con los valores patriarcales, es un buen ejemplo de varón matriarcal. Este blog alaba la labor de las teólogas feministas, de la misma forma que alaba cualquier otro esfuerzo de empoderar a la mujer desde otras perspectivas.
Desde un blog pagano se me criticó que propusiera que el núcleo inicial del cristianismo era matriarcal. Indirectamente, está haciéndole un flaco favor al ideal matriarcal y un gran favor a los censores eclesiásticos. Ni todo cristiano es patriarcal, ni todo el paganismo fue matriarcal. Por razones históricas, los cristianos patriarcales e inquisidores purgaron de la iglesia primitiva y la teología cristiana todo intento de desarrollo de una línea de pensamiento feminista.
El cristianismo podía haber gestado, desde el movimiento gnóstico, una interpretación del ser humano y la divinidad tanto o más antipatriarcal que las sostenidas por cualquier otra cultura politeísta de la época. Pero no pudo ser, los teólogos al servicio del Imperio Romano terminaron imponiendo sus tesis teológicas patriarcales.

El matriarcado Mosuo nos alecciona: no es patrimonio ni de cristianos ni de paganos, sino de una rama sincretista del budismo.

Lo matriarcal puede hacerse presente en todas las culturas, porque el amor incondicional es una fuerza transhistórica.
Sean cuales sean los matices culturales bajo los que se nos aparezca, la fe en el orden matriarcal es fe en la trascendencia del amor.

En un matriarcado, la mujer no goza de privilegios por el hecho de ser mujer. Uno de los principales argumentos que suelen escucharse contra el matriarcado es creer que se trata de un 'gobierno de las mujeres' a todos los niveles. La antropología reconoce que existen sociedades matriarcales (en mayor o menor grado), por lo que es posible dirigirnos directamente a los hombres y mujeres que las integran. Lxs antropólogxs realizan tal valiosísima labor. Es muy típico de la mentalidad patriarcal la incapacidad para la escucha y el diálogo. Cuando las mismas etnias que se autodefinen como matriarcales explican que en sus sociedades no existe la discriminación por género, y hay una mayor igualdad entre las personas, no se las escucha y se las sigue prejuzgando en base a nuestra precomprensión de un mundo exclusivamente basado en la competencia y la dominación.
Incluso en etnias que reconocen la "superioridad" de la mujer, ésta se refiere a la respetabilidad compartida hacia la figura materna, y no es nunca una "superioridad" que se manifieste de forma opresiva o violenta. Se trata simplemente de reconocer la responsabilidad de la mujer para ejercer el liderazgo en las relaciones humanas desde el seno de la familia. No creo que sea algo que deba asustarnos ni debamos por ello decir que los varones se sienten oprimidos. Yo, particularmente, acepto que mi pareja es en último término quien decide sobre su maternidad y sexualidad. Sólo las mujeres pueden ser "fundadoras de familias".

- No debe avergonzarnos usar la palabra "matriarcado". Yo, personalmente, me siento orgulloso de pronunciar en voz alta que soy matriarcal, y que sirvo a mi pequeña comunidad familiar en actitud de servicio (no obediencia ciega) a la madre. Si me agrada dicho término es porque, para mí, no tiene connotaciones negativas. Me he sentido atraído por él tras estudiar las peculiaridades de los pueblos que se autodenominan matriarcales, y ver los valores sobre los que se basan: fraternidad, ausencia de violencia, cooperación y respeto. El hecho de que la palabra "matriarcado" incomode tanto a los patriarcas también es otra prueba de la validez del término.
Aún se sigue prefiriendo eludir el término, suele usarse la palabra matrística, matrifocal, matrilineal... Yo, personalmente, me declaro matriarcal porque expresamente he desplazado mi autoridad hacia la madre de nuestros hijos para que ellos tengan un referente claro. Nuestra familia no es bicéfala, no hay dos cabezas de familia que puedan contradecirse y crear confusión.

Como he dicho antes, no debe confundirse matriarcado con ginecocracia, de la misma forma que el patriarcado no es sólo el gobierno de los varones (androcracia). Aquí estamos hablando de algo más que política estatal, estamos hablando de política familiar, la más elemental de todas, y la primera que la infancia vive de cerca e interioriza.
Lo "matriarcal" suele asustar porque tiene connotaciones autoritarias, pero no es así. Un matriarcado autoritario no es matriarcado, es patriarcado. Un matriarcado es una sociedad que valora y reconoce por encima de todo la "autoridad" del amor maternal. En un matriarcado tiene autoridad aquella persona que sabe amar no egoístamente. No es lo mismo autoridad que dominio: el dominio se impone violentamente, unilateralmente. Una madre matriarcal no actúa dominantemente, pero todos le reconocen su autoridad.

- Una sociedad que no contempla la matrilinealidad como posibilidad no es plenamente matriarcal. La negación de la matrilinealidad es el indicador sociológico más visible para medir el grado de egoísmo de los varones. Visto lo visto, el grado de egoísmo masculino es altísimo, abrumador, a nivel mundial... queda mucho trabajo por hacer. Todos los matriarcados reconocen explícitamente que la madre es el origen de la vida, incluso le otorgan un carácter sagrado. Todos hemos sido unx con nuestra madre, no así con nuestro padre. Debería poder ser la madre, en primer lugar, quien decida el apellido que llevarán sus hijos, porque es ella quien toma la decisión última y consciente de ser madre. Sería una muestra de generosidad por parte de nosotros, los varones, ceder esa posibilidad a las madres. Yo ya lo he hecho.

- En el planteamiento contemporáneo del matriarcado, la mujer no está obligada a ser madre, mantiene su independencia y la libre decisión sobre su maternidad. Éste es el argumento usado por algunxs para condenar el modelo matriarcal: si todas las mujeres deben ser madres, la mujer dejará de poder ejercer una carrera profesional, o desaparecerá la ciencia, y todas las mujeres se dedicarán a las labores domésticas propias de la era patriarcal.
Las madres deberían ser mujeres que eligen libremente y conscientemente el embarazo (tristemente aún muchas no tienen la opción de elegir, a escala planetaria). Ninguna mujer puede ser obligada a ser madre o a no serlo, en contra de su voluntad.
La idea de que en un matriarcado todas las mujeres están destinadas a ser madres es FALSA. También es falso pensar que la madre tiene un status superior a las mujeres sin hijxs. De hecho, cuando la mujer elige ser madre, en un matriarcado, adquiere más responsabilidades.

- En una sociedad matriarcal la madre no está por encima de sus hijos. El modelo de madre dominadora es más propio de la mentalidad patriarcal que de la matriarcal. En un matriarcado, todos viven en pie de igualdad. Si los miembros de la comunidad familiar sirven a la madre es porque repercute positivamente en la infancia, reconocen su mayor experiencia, prudencia y sabiduría, pero conservan siempre su libertad para discrepar y aportar su punto de vista.

He escuchado de algunas personas decir que un matriarcado nunca puede ser igualitario. Deduzco que se identifica erróneamente matriarcado con la instauración del modelo de madre dominadora, lo cual es totalmente falso. Una familia sin padre donde la madre impide egoístamente la autonomía de sus hijxs sigue siendo una familia patriarcal.

Cada vez somos más los varones que nos resistimos a tener que ejercer roles tradicionalmente asociados a la "masculinidad", si ello nos aleja de una relación en pie de igualdad con nuestrxs compañerxs e hijxs. Unos pocos somos expresamente radicales, hasta el punto de convertir nuestra familia en un pequeño matriarcado, libremente.

Ya son bastantes las disciplinas que empiezan a estudiar este cambio de rumbo hacia una cosmovisión no patriarcal:

- Psicología y neurobiología. Ya son muchos los psicoterapeutas que insisten en una necesaria relación de la infancia con la madre. La relación materno-filial es la primera escuela de amor del ser humano.
- La educación en la igualdad, nuevos modelos pedagógicos.
- El arte, el cine, la literatura, el cómic... reclaman una participación más activa de la figura femenina.
- La teología y la espiritualidad se están liberando poco a poco del fundamentalismo patriarcal. El símbolo y la metáfora ocupan ahora el lugar de los dogmas.
- La antropología, acercándose al estudio de esas sociedades con rasgos matriarcales.

Para leer más sobre la relectura actual de lo matriarcal, recomiendo este artículo en inglés de Marguerite Rigoglioso, Rompiendo el tabú del matriarcado publicado en Universitá delle Done.