9 de abril de 2010

Violencia sexual y prácticas sociales

Tomado del blog Sexismo e Misoginia:

"Nuestra sociedad tolera la violencia sexual de formas innumerables. Como sugieren las teólogas Beverly Harrison y Carter Heyward, erotizamos la dominación. Para un hombre es sexy ser mayor, de edad avanzada, más fuerte y socialmente más poderoso que la mujer; el caso inverso decididamente no es sexy. Nuestra sociedad incorpora en la sexualidad la dominación y la sumisión de manera que se disculpa la violencia.

Hay gran cantidad de circunstancias por las que las relaciones sexuales forzadas no se consideran una violación, sino un derecho del hombre: si ella se viste provocativa, si está bajo la influencia de alcohol o las drogas, si se le invita a salir, si acepta que gastemos dinero por ella, si ella va al apartamento de él, si va a una fiesta, si él está o estuvo casado con ella,...

El treinta y nueve por ciento de los estudiantes de secundaria, informó un estudio, dijo que era apropiado forzar relaciones sexuales si la niña estaba borracha o drogada. En otro estudio, el setenta y cinco por ciento de los estudiantes universitarios dijeron que habían usado alcohol o drogas para conseguir sexo.

Los hombres parecen ser incapaces de distinguir la coerción del consentimiento. (...) La dificultad de distinguir entre el consentimiento y la coacción impide que ocho de cada nueve víctimas denunciaran que fueron violadas.

Censurar a las víctimas de violencia sexual es algo muy común, no sólo porque la sociedad ya no necesita examinar seriamente el nivel de violencia dominante, sino también porque da a las mujeres (y a niños, y a quien los ama) la ilusión de seguridad. Si las víctimas de violación, incesto o abuso físico siguen ocultando estos comportamientos, entonces las mujeres y los niños "bien educados" y sus tutores no tienen nada que temer."

Christine Gudorf: The Worst Sexual Sin: Sexual Violence and the Church. The Christian Century. Volume: 110. Issue: 1. January 6, 1993.