¡El cristianismo fundamentalista incluso teme a los dibujantes de cómic!
Terry Moore, guionista y dibujante, lo sabe muy bien, sobre todo desde que no le permitieron volver a pisar su iglesia por el simple hecho de mostrarse comprensivo con el lesbianismo y criticar el machismo imperante en la sociedad.
Con un dibujo genial, un entintado inmejorable, y un guión que engancha, fue premiado, entre otros galardones, con el Will Eisner Award en 1996 por Strangers in Paradise.
Basado en una sincera reflexión personal sobre la aparente dualidad de los sexos, y convencido de que el amor y la amistad están por encima del género, decidió autopublicar su propia novela gráfica, tras haber sido rechazada por las grandes editoriales del cómic por colocar la homosexualidad femenina en el centro de su línea argumental.
He leído la novela gráfica entera durante esta Semana Santa (las lecturas piadosas ya las tengo atragantadas), y no puedo sino reconocer en ella una obra maestra del cómic.
Por cierto, los hombres no salimos muy bien parados del análisis que Terry Moore hace de nuestra "masculinidad".
Aunque tampoco faltan las mujeres malvadas... mejor leedlo vosotrxs mismxs.
El final de la saga... ¡supermatriarcal!... pero no lo voy a desvelar.
Aunque tampoco faltan las mujeres malvadas... mejor leedlo vosotrxs mismxs.
El final de la saga... ¡supermatriarcal!... pero no lo voy a desvelar.