
La Resurrección de Cristo: otro mito antipatriarcal manipulado.
Curiosamente, los manuales de mitología no recogen entre sus relatos el de la Resurrección de Cristo, como si de un relato mitológico no se tratara. Nadie niega que el Prometeo sea un mito, pero ¿el relato de la resurrección? La Biblia mezcla historia con mitología, fantasía con realidad, por eso es un documento problemático.
La filología ya se ha ocupado de cuestiones similares a lo largo de la historia. Muchas tradiciones orales son una expresión de la "cultura silenciada", mayoritariamente femenina (ejemplos de ello en la cultura hispana son las jarchas, los villancicos, las cantigas de amigo, etc.). Nunca olvidemos que los relatos de la Biblia son, ante todo, literatura basada en la tradición oral. Desde la muerte de Jesús hasta la redacción de los evangelios transcurren entre 35 y 70 años aproximadamente, tiempo suficiente para que la información histórica y la fantasía se mezclen, más aún en una época donde los sueños eran entendidos a modo de revelaciones divinas, plasmándose todo ello en los textos llamados "evangelios".
Mi opinión al respecto es que la Resurrección es uno de los mitos peor explicados y más manipulados de la historia, precisamente por aquellos que dicen creer en ella y la han impuesto dogmáticamente como un hecho histórico. Han ignorado por completo el cómo se explica que resucita Jesús: como andrógino. Si profundizamos en su mensaje veremos cómo esconde algo sorprendente, unos ideales que difieren del sentido que ha tomado a través de los siglos: es, con toda seguridad, un mito creado por mujeres. ¿Con qué finalidad?
La razón científica nos impide creer en la resurrección como un hecho histórico. No ocurre lo mismo con la razón poética: la humanidad ha logrado grandes proezas gracias a la pasión que le ha infundido ciertos mitos e ideales. Tener fe en la resurrección es creer en la metáfora que ese relato nos transmite, el que gracias al amor, la vida siempre termina ganando terreno a la muerte; y el destino de lo masculino y lo femenino es renacer unidos, porque en realidad son uno. Si creemos en este ideal, hemos comprendido la "resurrección".
Si, como ejemplifica el mito, es tras la muerte que se revela la auténtica naturaleza humana, ésta es andrógina.
Los mitos cristianos (resurrección, virginidad, ascensión,...)
pueden y deben comprenderse desde lo irracional, lo poético, lo analógico. Se pueden entender como un relato, pero un relato que ha transformado la historia. Con ello no ponemos en peligro el cristianismo, sino que lo liberamos de todas las interpretaciones fundamentalistas incapaces de reinterpretar la tradición a la luz del presente. Precisamente las iglesias, cuando exigen una fe ciega en la historicidad de esos mitos, están aniquilando su potencial transformador.
Mi fe en ese mito es la fe en una humanidad distinta, y remite a un grupo de mujeres reales que deseaban liberar la humanidd de toda opresión física y psicológica.
No creo en la Resurrección como un hecho histórico, sino como un mito que nos habla del renacimiento personal. Tampoco creo que tenga lugar tras la muerte física, sino que
apunta a un renacimiento espiritual en vida, aquí y ahora (Jn 11, 24-26). "Creer en la Resurrección" es dar prioridad a este mito frente a todo el resto; es creer que podemos recrearnos, renovarnos libremente, si hacemos que muera nuestro egoísmo.