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5 de junio de 2014

Mujeres bereber y sus cuentos curativos.


"En los umbrales de los tiempos, sólo existía el día y era cuando las hijas de Lilith eran iguales a los hijos de Adán.
No existía la noche ni su oscuridad. El tiempo nunca se apagaba y el placer de vivir jamás dormía.
Un día, los hijos de Adán quisieron ir lejos, a buscar lo desconocido. Caminaron durante días. Agotados, cerraron sus ojos y conocieron la noche, con sus pesadillas. Desde entonces, los hijos de Adán no tienen luz necesaria en sus ojos para ver nítidamente a las hijas de Lilith.
Si el cansancio no fuera mayor que la ilusión por la vida, tal vez las noches dejarían de llorar estrellas para iluminar la ceguera y, tal vez, los hijos de Adán sabrían descubrir nuevamente el placer de la vida, acompañados con las hijas de Lilith." Hammu Mohamed, antropólogo bereber cuentacuentos.

"Durante siglos, las mujeres bereberes suelen encontrarse todas las noches de luna mora para contarse historias transmitidas de generaciones a generaciones y, siempre, secretamente hacia los hombres. Nunca inician sus narraciones sin haber creado el ambiente adecuado para iniciar la suavidad de las emociones que se disponen a exteriorizar. El honor principal de iniciar estas veladas suelen dárselo a la anciana mayor e iniciado el acto, entran en un trance deseado, en un mundo mágico donde todo es posible."  nos cuenta Hammú Mahomed.

El nombre de la cultura es conocida en Occidente como Bereber, pero a ellos no les gusta ese término, ya que fue un nombre acuñado por Roma, cuando todos aquellos pueblos que no eran romanos eran designados como salvajes, bárbaros, y eso es lo que significa bereber. Pero es el pueblo de Imazighen, y la lengua es la Zamazight, una lengua tan antigua que ni siquiera se puede datar.

El cuenta cuentos Hammú sabía que en su pueblo se difundía su cultura a través de cuentos contados por mujeres. El problema era acercarse a ellas con aparatos de grabación, además en un mundo donde un hombre sólo puede acercarse a una mujer que ya haya perdido la menstruación, porque se cree esas mujeres ya han perdido el apetito sexual. Las ancianas no querían hablar delante de todos esos aparatos, porque el que escucha debe apropiarse no sólo de las historias sino de una cierta energía, reconstruir la historia, tocar las manos del cuenta cuentos y permanecer fijo con su mirada. Contar cuentos no es cualquier cosa, supone una preparación de todo un día, acudir descargadas de cualquier problema que pudiera distraerles para estar sumidas en una constante escucha y asimilación de algo grande, la Palabra. Estos cuentos tienen una propiedad terapéutica y curativa.

El día de la semana en que se produce este acontecimiento es un día muy especial. El cuento lo cuenta siempre la mujer más mayor del poblado, quien para poder estar totalmente vacía y poder ser mediadora y bálsamo de las demás mujeres, durante la mañana no hace ninguna labor, ni siquiera peinarse. Las demás mujeres son las que tienen que peinarle y lavarle. Después de hacer todas las tareas, esperan pacientes en las puertas hasta el atardecer, que es cuando la anfitriona de la casa abre las puertas y da acceso al ritual.

Cada vez se cambian a una casa diferente. La casa elegida tiene que estar limpia, perfumada, purificada, y sin falta de comida y bebida. A este espacio tienen que entrar despojadas de todo aquello que les amarre o agobie, desconectadas del exterior. Lo primero que se les ofrece es lavarse, para estar limpias por dentro y fuera. En la antesala del patio se despojan de sus ropas y materiales para despojarse también de su clase social y ser dignificadas como iguales. Se recibe a la anfitriona con un abrazo grande e íntimo y toman té dulce, de hierbabuena, para borrar cualquier atisbo de amargura. Todas se sientan en el suelo, ninguna tiene una tribuna especial. Se agarran de las manos y se inicia el primer relato, cerrando los ojos, a excepción de la anfitriona.

Las mujeres comienzan el cuento con una frase:

"Hay una historia entre vosotras, quien la busque la encontrará..."

Todas tienen el mismo turno de palabra. Se interiorizan con todos los sentidos, se produce un estado emocional de tranquilidad, paz y armonía para el espíritu. 

"Muchas mujeres entran en trance cuando escuchan estas historias. Se levantan y empiezan a agitarse, como danzando y tienen que ser sujetadas por las demás mujeres para no darse ningún golpe, y de esta manera se liberan como con una catarsis. Algunas veces lloran desmesuradamente, y otras se carcajean." cuenta Hammú.

"La palabra contada, al narrarla en vivo, activa los sentidos y aísla el dolor para dar lugar a la compañía de las presentes y empequeñece la soledad cotidiana y sus miedos." "Es una forma que tiene la mujer de mantener su espacio, ya que tienen muchos lugares prohibidos para poder acceder. Por eso, ha mantenido de manera clandestina este espacio para la palabra contada, no sólo para contar historias, sino para curarse el alma, la pena, la locura. Al igual que los cuentos de Sherezade, no son cuentos sobre el culto a la belleza, sino sobre la superviviencia. El objetivo de estas reuniones es contar algo que sirva para tener amor, para aliviar toda esa tristeza y miseria."

"La historia más valorada no es la más bella ni larga, sino la más profunda, la que emociona. Son historias contadas por milenios. Historias muy cínicas y sarcásticas, pero a la vez muy sutiles. Son mujeres catalogadas como analfabetas, pero están cargadas de sabiduría. Yo solo puedo contar las historias menos trascendentales, porque las más profundas... la sociedad no está tan evolucionada para escuchar esas historias. He tratado de contarlas en sociedades catalogadas como desarrolladas, como Noruega, y las han definido como demasiado violentas."

"Yo tengo mucho miedo a lo que llaman "lo políticamente correcto" en los cuentos, porque no lo entiendo. En África no hay edades en los cuentos, no hay cuentos para mayores o para niños. Aunque se hagan pequeños filtros para los niños, para nada se traiciona el mensaje."

"Yo sentía como que había perdido mucho tiempo. Que si me habrían enseñado antes ese espacio, me habría ayudado mucho, me habría desarrollado con más facilidad, tendría una visión sobre la humanidad muy distinta. Creo que la humanidad debería conocerlo."

 "Y me puse el calzado nuevo, y anduve de aquí para allá, y se me rompió" terminan los cuentos de las mujeres del pueblo Imazighen.


Página de Hammú: www.hammutopia.com


http://unaantropologaenlaluna.blogspot.com.es/

17 de noviembre de 2012

La Asociación de la Orquídea Dorada.

La Asociación de la Orquídea Dorada, un precedente inigualable (1644-1912) con Virginia Garzón.
(Ir a enlace original)

En una provincia del sur de China llamada Guangdong muchas mujeres se rebelaron contra el matrimonio heterosexual impuesto por la sociedad en la que vivían. Y lo hicieron creando la Asociación de la Orquídea Dorada, una interesante comunidad en la que se prometía no tener relaciones sexuales con hombres.

Aunque no está muy claro cuándo nació, sí se tiene constancia de su existencia y el gran número de seguidoras que tuvo durante toda la dinastía Qing (de 1644 a1911 D.C.). Por aquel entonces las mujeres eran tratadas como sirvientas. Las familias organizaban los matrimonios y era frecuente que las jóvenes no conocieran a sus maridos hasta el momento de la boda. Además, no podían ni heredar ni ser titulares de ninguna propiedad.

En el siglo XIX la industria de la seda aumentó de forma notable en Guangdong, en gran medida debido a la alta demanda extranjera de tan valorado producto. A menudo se contrataba solo a personas del sexo femenino, permitiéndoles así no sólo tener sus propios ingresos, sino también relacionarse entre ellas. A medida que empezaron a tener independencia económica, aumentó la práctica de la resistencia al matrimonio tradicional y prosperaron las socias de la Orquídea Dorada. Marjorie Topley sostiene en su obra La resistencia al matrimonio en el Guangdong rural que la oposición se limitaba a esta área geográfica bastante pequeña donde la industria de la sericicultura era prominente. Suponía mucho trabajo y por ello se necesitaba mucha mano de obra. Por esta razón, Topley señala que además de aumentar los matrimonios de mujeres en la provincia, eran poco frecuentes tanto la tradición de los pies vendados, como la del infanticidio femenino.

En esta peculiar comunidad de la Orquídea Dorada, el noviazgo y el matrimonio diferían del tradicional porque la unión era entre dos damas. No obstante, era similar en cuanto a rituales se refiere: si una deseaba casarse con otra, le ofrecía a su amada y a la familia de esta, regalos como té y pasteles de boda. Si los aceptaba, se consideraba que la pareja estaba comprometida. Como consecuencia del enlace las enamoradas cambiaban su peinado de trenza, símbolo de soltería, por un moño, distintivo de matrimonio. Durante la ceremonia la pareja se prometía fidelidad y honraba a familiares y antepasados.

31 de marzo de 2012

Turín 2012: Ciclo de Conferencias sobre Matriarcados (2ª parte)

Crónica de las conferencias del domingo 18 de marzo de 2012, Culture indigene di pace.

IOLE NATOLI

Expuso un tema que a mí me parece de sentido común: el derecho que tenemos lxs hijxs a recibir como primer apellido el de nuestras madres.

En Italia sigue existiendo sólo un apellido: el del padre. Está claro el origen de esa costumbre: la patrilinealidad romana ha excluido del linaje familiar la memoria de las madres.

En muchas escuelas a lxs niñxs se les llama, no por su nombre, sino por el apellido del padre (esto me trae recuerdos de infancia). Sólo en la mayoría de edad puede uno mismo elegir cambiar su apellido por el de la madre. Iole Natoli ha trabajado intensamente desde 1979 para que esto pueda cambiar y el apellido de la madre sea igualmente reconocido.

26 de marzo de 2012

Turín 2012: Ciclo de Conferencias sobre Matriarcados (1ª parte)

Paso a resumir el ciclo de conferencias organizado en Turín (Italia) los pasados días 16, 17 y 18 de marzo: Culturas indígenas de paz, Mujeres y hombres más allá del conflicto.

He podido conocer personalmente a personas a las que he citado a menudo en este blog, de quienes he obtenido inspiración e ideas. Mis más sinceros agradecimientos a Morena Luciani, presidenta de la Asociación Cultural Laima, por invitarme a estar presente en este acontecimiento único. Sus esfuerzos han sido premiados, pues según la organización (y yo puedo confirmarlo) ha sido un éxito.

PRESENTACIÓN:

El acto tuvo el patrocinio del Departamento Municipal por la Igualdad de Oportunidades. Su representante felicitó a Laima por mostrar que existen otras formas de vida en sociedad. El patriarcado no ha sido siempre la única opción, ni la más antigua. Inspirándonos en estos pueblos matriarcales, podemos transformar nuestra sociedad y nuestras familias. De ellas aprendemos que la democracia real es mucho más que asistir a votar cada cuatro años: es capacidad de escucha y consenso, practicadas ya desde el seno familiar.

Sarah Perini inició la presentación del acto con la esperanza de que mujeres y hombres cooperásemos desde la tolerancia y el respeto. Se insiste en que la presencia de hombres en el congreso es bienvenida. Y aunque de forma minoritaria, hicimos acto de presencia, destacando la presencia de un círculo de hombres de Turín.

Se trata del quinto congreso tras los anteriores en Texas, Luxemburgo, Toronto y Suíza.

Ake y Najin, las dos mujeres Mosuo,
junto a Francesca Rosati Freeman,
Federica Carmana y Morena Luciani.

Morena Luciani apuntó que este encuentro nació gracias a un grupo de mujeres interesadas en la espiritualidad femenina: escritoras, madres, terapeutas, economistas y educadoras.
El interés por los matriarcados crece a escala internacional. A la vez, es un concepto que genera aún temor e incomprensión. En multitud de ocasiones se usa la palabra "matriarcado" erróneamente para referirse a una sociedad sexista. Pero ningún matriarcado es una dictadura de mujeres. El modelo matriarcal es ante todo maternal. Su política, su espiritualidad y su economía son maternales.

29 de noviembre de 2011

Lo que no puede la ley... ¿lo puede la matrilinealidad?



No he podido evitar compartir esta escalofriante noticia. ¡El 80 por ciento de los jóvenes de entre 14 y 18 años piensan que, en una relación de pareja, la chica "debe complacer" al chico!

Si esa creencia perdura en la edad adulta, la pareja heterosexual tendrá un problema serio.
No resulta difícil adivinar de dónde provienen este tipo de ideas. Flota en el aire: en sus propias familias, en los medios, las amistades,... por no hablar de la pornografía al uso dirigida exclusivamente al público masculino, que destaca por degradar a la mujer descaradamente.

Así que, por mucho que nos esforcemos en construir una vida pública con leyes y políticas igualitarias, no parece ser suficiente. Mientras no se solucione el problema de base, reformando la familia, la fuente principal de los valores personales, el inconsciente colectivo seguirá manteniendo y propagando antivalores patriarcales de dominación y sumisión.

En un momento histórico como el que se avecina, donde por muy igualitarias que sean las leyes faltará presupuesto para hacerlas cumplir, no quedará más remedio, si queremos enmendar esta situación, que actuar desde la primera escuela en valores: la familia.

Pido mil disculpas si esto ha sonado a eslogan ultracatólico, no era mi intención. Ni por asomo, sabéis que soy un feminista radical. Es decir, un humanista radical.


La familia matrilineal, la mejor escuela de igualdad.

La familia patriarcal nuclear (con el varón como cabeza de familia) sigue siendo la fórmula hegemónica a escala mundial, pero ya ha cosechado suficientes injusticias, neurosis y desigualdades como para que sigamos confiando en ella. Sois libres de adoptarla como vuestra en vuestros hogares, pero por favor, dejad de mentir diciendo que es el único modelo viable de familia.

Las familias bicéfalas (con dos cabezas de familia), basadas en un ideal abstracto de igualdad, funcionan bien cuando no hay hijxs. Pero la paternidad termina desenmascarando vicios ocultos cuando toca arrimar el hombro con tareas propias de la crianza y el cuidado: la pugna de egoísmos ya no sirve cuando hay niñxs.

Sin embargo, la familia matrilineal (donde la mujer es cabeza del hogar), abierta a diversidad de fórmulas y tolerante por naturaleza con la multiculturalidad, nacida de la decisión última de una mujer libre, decisión de ser madre o no ser madre, con o sin compañero, pero apoyada por una red de familias que han rechazado conscientemente todo residuo de dominación y egocentrismo patriarcales, puede dar lugar a una nueva generación de gente joven empapada de humanismo y cultivada en la cooperación para resolver los problemas.

Noticias como la anterior me confirman en mis convicciones. La familia matrilineal es la mejor vacuna contra la cosificación de la mujer. En ella, lxs jóvenes crecen aprendiendo a anteponer el bien común al individualismo rampante propio de las sociedades patriarcales.

Aprenden a respetar el amor incondicional y el trabajo desinteresado, porque lo han recibido de sus madres, y no se les oculta el valor importantísimo de esa dedicación. En la familia matrilineal reina un espíritu de cooperación, sin celos ni competitividad. Otorgan a los útiles y propiedades el valor que se merecen, sin endiosar el dinero ni considerarlo la medida de todas las cosas. La propiedad es compartida y transmitida de madres a hijas. Los hombres descubren que son más libres sin propiedad privada que con ella, y aprenden a amar y respetar a sus hermanxs para hacerse un lugar en la comunidad. No existe el "derecho a acumular cosas hasta el infinito", el derecho a la propiedad privada tal y como nosotros hoy lo entendemos. Y los apellidos, lógicamente, pasan por vía materna.

Aprendemos una nueva forma de ser hijos y hombres: si con nuestra renovada conciencia ayudamos a romper el nexo masculinidad=violencia, los hombres seremos parte esencial de la comunidad, valorados y reconocidos. El patriarcado ha desacralizado al hombre, lo ha embrutecido, enfrentando a madres con hijxs, haciéndole creer al varón que él es el rey padre todopoderoso. Puede que algún día los hombres volvamos a ser sagrados, como nuestras hermanas, aunque eso conllevará necesariamente la pérdida de todo poder sobre ellas.

Una paternidad que consiste en el servicio desinteresado a la familia, y no es ya un conjunto de privilegios propios del "padre biológico", sí merece la pena.
De otra forma, insisto, el padre biológico sobra, es un estorbo.

El matriarcado, o la ausencia total de patriarcado, es el orden natural de convivencia humana, y la matrilineal me parece la estructura familiar más liberadora.

Maternidad libre, paternidad humilde y filiación amorosa para todxs.

10 de agosto de 2011

Es el momento oportuno.

Artículo escrito por Francesca Rosati Freeman para Universitá delle Donne.
Traducido por Matriarcal.

¡Es el momento oportuno!

"Es el momento oportuno" es el título de la Conferencia celebrada en St.Gallen (Suíza) del 12 al 15 de mayo de 2011. No hay ningún título más apropiado, en un momento en que nuestro planeta está atravesando uno de los períodos más catastróficos de la historia, debido a la irresponsabilidad de los que nos gobiernan y la competitividad sin freno de este sistema económico mundial; y nunca más que ahora se escucha esta necesidad de cambio. Para las mujeres que participaron llegó el momento de recuperar lo que el Patriarcado arrebató. No menos de 500 personas, casi todas mujeres, han ocupado durante tres días el Salón Congreso de Thonhalle, en cuyas paredes fueron suspendidos a modo de banderolas las efigies de diosas de la antigua Europa, símbolos del culto de la Gran Diosa Madre, que comienza en el Paleolítico.


Ha sido el tercer Congreso Internacional sobre Estudios Matriarcales después del organizado en Luxemburgo en 2003 y del celebrado en Texas en 2005, ambos bajo la dirección de la Academia Hagia y el Centro de Estudios de la Economía de la Donación.

La Conferencia ha sido organizada y dirigida por Heide Goettner-Abendroth, filósofa alemana, investigadora, fundadora y directora de Hagia desde 1986, Academia Internacional de Estudios Matriarcales y espiritualidad matriarcal de Alemania; y por Cécile Keller, Suíza, codirectora de Hagia desde 1997, ginecóloga e investigadora de la medicina matriarcal.

La Conferencia contó con la presencia de mujeres de todo el mundo: investigadoras, profesoras universitarias, mujeres pertenecientes a matriarcados, escritoras, autoras, artistas, periodistas, etc... para compartir sobre un mismo tema: el modelo de sociedad matriarcal, un modelo de sociedad no violenta, configurada alrededor de los valores maternos, basado en la igualdad de los sexos, la toma de decisiones por consenso y una forma de espiritualidad que identifica la divinidad con la naturaleza, valores que deben proteger nuestro planeta de la destrucción a manos del patriarcado.

Las organizadoras han asegurado un justo equilibrio entre ejemplos prácticos de matriarcados, perspectivas teóricas e intelectuales.

"La Madre Tierra es valiosa. La explotación y la contaminación deben cesar inmediatamente". Ésta es la demanda de las mujeres que se definen a sí mismas como "madres e hijas de madres".

"El mundo cambia y empeora rápidamente", recoge el "Manifiesto" escrito por un grupo internacional de veinte mujeres especializadas en sociedades matriarcales del pasado y del presente.

"¿Acaso no lo vemos? ¿Permaneceremos calladas? Estamos asistiendo a una serie de terribles cambios acelerados a diferentes niveles: la radiación contamina el mar, el aire y el suelo; la Madre Tierra nos sorprende en Haití, Nueva Zelanda y Japón porque antes no escuchamos sus gritos en Nueva Orleans y Tailandia; las mujeres son aplastadas bajo una pesada carga; hombres y niños emigran en busca de supervivencia y esperanza; los combatientes por la libertad son sacrificados y perseguidos; la explotación de los recursos de la Madre Naturaleza no tiene fin; los tesoros y la sabiduría de los pueblos indígenas son saqueados para beneficio de las grandes empresas; unos pocos ejercen poder sobre muchos; el fascismo se expande como un fuego escapado de control; guerras innecesarias e interminables continúan en diversas partes del mundo; muchos son los fieles de la religión del todopoderoso Dólar. Nos acercamos al borde del precipicio por una enfermedad llamada patriarcado capitalista.

Nosotros, los humanos, hemos herido a la Madre Naturaleza de muchas maneras: alterando el equilibrio natural, profanando la tierra y el agua, el cuerpo y la dignidad de las mujeres, los niños, los trabajadores y los pueblos indígenas. Es hora de detener esta locura: ¡Hay que tomar otros caminos! ¡Basta de destrucción! ¡Basta de energía nuclear! ¡La guerra no es nuestro idioma! ¡No toleramos más violencia contra la naturaleza y la humanidad! ¡La vida es preciosa! ¡La naturaleza es valiosa! ¡Una sociedad de paz es posible, y HOY le damos inicio! ¡Nosotras, que somos madres e hijas de madres apoyamos la economía de la donación que siempre hemos practicado, los valores maternos del cuidado, la alimentación, la responsabilidad, la construcción de la paz y la redistribución, practicada por todas las comunidades indígenas y matriarcales que viven en armonía con la Madre Tierra! Hacemos un llamamiento a todas las naciones a deponer las armas, a desmantelar las instalaciones nucleares, a poner fin a la destrucción de la naturaleza, a limpiar el agua, el suelo y el aire AHORA".

La solución a estos problemas reside en el modelo matriarcal, nos dicen por unanimidad las ponentes de este tercer Congreso Internacional que, llegadas de todo el planeta, exponen sus experiencias, sus investigaciones, sus estudios y políticas matriarcales, que consisten en la creación de una sociedad pacifista marcada por la igualdad entre los géneros.

5 de agosto de 2011

Testimonio real de la etnia Minangkabau.



Matrilinealidad: los Minangkabau (Sumatra occidental, Indonesia) son la mayor población matrilineal del planeta. Son una excepción, el resto de Indonesia es patrilineal y patriarcal.

El rol de la mujer: comparado con otras comunidades, los Minangkabau otorgan un rol específico a la mujer. Ellas no son más "importantes" que los hombres, pero poseen una posición privilegiada; ellas gobiernan la familia y los recursos de la sociedad. La tierra y las casas pasan de madres a hijas. Ellas resultan centrales, a nivel cultural y socioeconómico. Simbolizan la unidad y la sabiduría.

El rol del varón: desde jóvenes estudian, viajan y se preparan para volver más adelante a ayudar a su comunidad en aquello que haga falta.

La cultura Minangkabau: el sistema matrilineal permite relaciones más igualitarias entre los sexos que el sistema patriarcal. La mujer posee la tierra, pero la posee para el colectivo. Igualmente, los hombres dirigen su trabajo al bien de la comunidad, no al de un solo individuo o unos pocos.

Expresión política: carecen de ejército, a diferencia de todas las sociedades patriarcales, como las que los han invadido en el pasado: musulmanes, colonialistas e indonesios.

28 de julio de 2011

Recuperar la matrilinealidad.

"Debemos estudiar nuestro pasado matriarcal en busca de ayuda para definir una cultura que sea una extensión lógica de la naturaleza. Con lo esencial de la maternidad y un sentido de la preservación de la vida impreso en nuestros genes, la descendencia matrilineal se convertirá en la organización natural de la sociedad en la que soñamos."

Kathleen Barry, Dra. en Sociología y Educación, Univ. de Berkeley.

16 de julio de 2011

La centralidad de la mujer en el simbolismo Minangkabau.

Escrito por Peggy Reeves Sanday.

http://www.sas.upenn.edu/~psanday/eggi2.html

Durante toda mi carrera he sentido interés por el auténtico significado de la palabra "matriarcado". Desde un punto de vista teórico, sentía curiosidad por la naturaleza de su estructura social, significados de género, estética y visión del mundo de las llamadas sociedades matriarcales. Preguntas sobre la calidad de las relaciones interpersonales también me intrigaban. ¿Habría más o menos violencia interpersonal, más o menos abuso infantil y doméstico en una sociedad matriarcal? También me preguntaba sobre el "gobierno femenino" que acompaña todas las discusiones sobre el matriarcado. ¿Cómo se expresaría el poder político en manos femeninas? ¿Se sentirían las mujeres más cómodas y la vida sería más apacible? ¿Dónde encajarían los hombres en una sociedad así, y cómo interactúan los sexos?

¿Quiénes son los Minangkabau?

Tales preguntas me inspiraron para iniciar mi trabajo de campo antropológico entre los Minangkabau, quienes se refieren a sí mismos como un "matriarcado". El cuarto de los mayores grupos étnicos de Indonesia, los Minangkabau, son conocidos por los antropólogos como la sociedad matrilineal moderna más extensa hoy en el mundo. Constituyen un 3% de toda Indonesia, y una cuarta parte de la población de Sumatra. La provincia de Sumatra Occidental, hogar de los Minangkabau, es una de las ocho provincias de Sumatra. Ellos hablan un dialecto del Malayo, que formó la base del idioma nacional de Indonesia, y que algunos linguistas consideran el padre del Malayo moderno. Son famosos en Indonesia y Malasia por su sistema social matrilineal y el ancestral modelo de propiedad heredado por las mujeres.



http://www.sas.upenn.edu/~psanday/eggifemale.html


24 de enero de 2011

Los hombres Mosuo: ¿sometidos o felices?

Los hombres Mosuo: ¿sometidos o felices?
por Francesca Rosati Freeman, autora del libro "Benvenuti nel paese delle donne".


La mayoría de películas sobre la sociedad matriarcal Mosuo, así como artículos ocasionales escritos por varios periodistas, presentan a los varones de esta comunidad como hombres perezosos que descansan durante todo el día para estar en forma durante la noche cuando van a ver a sus amadas, o como víctimas de las mujeres de las que dependen para recibir algo de dinero para sus gastos, o como personas que no tienen ningún poder de decisión, etc... No hay mejor manera de utilizar los medios de comunicación para crear clichés y estereotipos que no se ajustan de ningún modo a la realidad, con el objetivo común de infravalorar una sociedad donde los hombres no tengan poder y control sobre todas las cosas, incluyendo el poder y el control sobre el cuerpo y la sexualidad de las mujeres. En una sociedad machista como la nuestra, hablar de una sociedad matriarcal resulta alarmante para los hombres en general: miedo a perder el poder, el control de todo, pero también miedo a perder su identidad masculina transmitida por el modelo patriarcal y, por tanto, su virilidad.

Llevo cinco años viajando regularmente a la tierra de los Mosuo, estoy con ellos, observo, hago preguntas y participo en su vida diaria para tratar de entender esta sociedad en su esencia más profunda. Fue sólo después de liberarme de nuestros criterios occidentales cuando empecé a darme cuenta de que todos los significados que se atribuyen a conceptos tales como la paternidad, la maternidad, el poder, la matriarca, la familia, el parentesco, el amor, el matrimonio, la cabeza de la familia, etc... adquieren para los Mosuo una connotación tan diferente que altera totalmente nuestro sistema de valores.

5 de noviembre de 2010

El apellido del padre ya no será preferente.

Leer noticia entera en La Vanguardia

El proyecto de ley del Registro Civil, que se encuentra en trámite de enmiendas en el Congreso, prescinde de la histórica preferencia del apellido paterno frente al materno y permite que sean ambos progenitores los que decidan el orden de los apellidos, primando en caso de desacuerdo el orden alfabético.

Un gran paso para poner fin al monopolio del patrilinaje universal.

La forma más inofensiva y pacífica de poner fin a milenios de patrilinealidad obligatoria.

Por fin se apunta a uno de los símbolos más sagrado del patriarcado: el apellido paterno como herencia incuestionable.

Imponer el apellido paterno ha sido la manera más "normalizada" de retirar toda autoridad a las madres, incluso para nombrar a su propia descendencia.

Este debate levanta ampollas en mis círculos más cercanos... ¡Qué alegría!
 :D

¡Todos los hombres (patriarcales) con los que hablo del tema están irritados, refunfuñan, se enfadan y terminan mostrando su cara más misógina!

¡Señal de que vamos en la dirección correcta!

23 de septiembre de 2010

Casilda Rodrigáñez y el deseo materno.

Por un comentario de María llegué a la web de Casilda Rodrigáñez y a su blog. Empecé a leer y me di cuenta de que todo lo que ella escribía era una forma ordenada y razonada de explicar lo que para mí eran sólo intuiciones caóticas e informes, vivencias dispersas que intento, desde mi condición de hijo, ordenar, por la liberación de mi madre y de todas las madres, incluída la de mi matriarca, mi mejor amiga.

Gracias María por remitirme a esta autora, ha sido toda una revelación.


Extraigo unos pocos párrafos de su libro que me han parecido geniales:

28 de julio de 2010

A (M)otherworld is possible.

La Universidad de York (Toronto, Canadá) acogió el octubre pasado a intelectuales y activistas de todo el mundo para seguir profundizando sobre el paradigma matriarcal como una alternativa real y efectiva, bajo el título de Otro mundo es posible - Un mundo maternal es posible.

El único vídeo en español muestra la ponencia de Marina Meneses (Juchitán, Mexico) sobre las tradiciones de su pueblo matriarcal.


Lo que más me llamó la atención sobre su exposición:

- Todos reconocen el prestigio social de las madres, quienes no lo usan para provecho propio, sino para cohesionar la comunidad. Los hombres son respetados por su trabajo en pro del bien común.
- No existe obligación para la mujer de ser madre. Mujeres solteras pueden optar por una carrera profesional y su prestigio es igualmente reconocido.
- La generosidad y la participación en el espacio público son valores importantes, tanto para hombres como para mujeres.
- Los hijos varones solteros entregan el salario a sus madres, eje central de la economía familiar, excepto una pequeña parte para sus gastos personales.
- Cada mujer tiene su propia casa.
- Su vida es una fiesta constante, honrando los ciclos de vida y muerte en la naturaleza. Las fiestas mueven la economía del lugar. ¿Quién sufre depresiones en un mundo así? Todo está inundado de flores.
- Los hijos varones interesa casarlos pronto, siendo la madre la que corre con los gastos de la boda. Las hijas ya disfrutan de autonomía para ser madres desde los quince años.
______

Para quienes entendáis el inglés, su web ofrece vídeos de las ponencias de las diversas participantes.

No tengo tiempo de traducirlo, pero podéis leer una inexacta traducción automática aquí:
(es tan inexacta que traduce 'matriarchies' por 'preindoeuropeos', para sorpresa mía)



In this time of world economic crisis it is more important than ever to find deep alternatives to a system that is proving itself to be dysfunctional. It is not surprising that such alternatives would have to do with women, and especially with mothers, whose roles of directly providing for the needs of their children form patterns of care that can be generalized.

Mothering can be seen as a mode of distribution, a vestigial or nascent gift economy, which co exists with the market but could be taken as the model for a way of organizing society as a whole. The fact that the values of care, necessary for mothering, are in opposition to the values of greed and domination, which have motivated the present economic crash, demonstrates that an economic system based on mothering could be a radical and positive alternative. The fact that mothers are now uniting in movements of consciousness and solidarity can allow us to expect that they will support a change of the economy towards care and away from exploitation.

10 de junio de 2010

Conclusiones tras un año de "experimento matriarcal".



Ya llevo casi un año con mi "experimento matriarcal", y puedo afirmar que ha sido muy positivo.

Lógicamente, veo que llevo toda una vida sentando inconscientemente las bases teóricas para tal experimento, pero ha sido en los últimos diez meses que me he propuesto llevarlo a la práctica y estudiar los cambios producidos en mi familia. Dicho experimento empezó tras la lectura del Reino de las mujeres de Ricardo Coler. La maternidad de mi diosa también me ayudó a replantearme muchas cosas. Después, empecé este blog.

22 de abril de 2010

Matriarcado: una perspectiva contemporánea.

Revisando nuestra comprensión de lo matriarcal:



"El feminismo no quiere imponer un matriarcado basado en la violencia contra el hombre, como ha sido el patriarcado hasta ahora. No desea dejarlos sin voto, ni violarlos en las guerras, ni mutilar sus genitales en pro de una tradición cultural, ni confinarlos en el ámbito doméstico, ni quiere matarlos por adulterio. El feminismo no pretende que los hombres sean propiedad de sus madres y luego de sus mujeres, ni desea que los hombres cobren salarios más reducidos, ni tampoco querría desterrarlos de las cúpulas de poder mediático, empresarial y político. No quiere traficar con cuerpos masculinos para el disfrute de los femeninos, ni desea que los niños varones estén desnutridos o abandonados en orfanatos, ni, por supuesto, promovería su marginación social o económica. Tampoco vetaría que los niños varones pudiesen ir a la escuela, ni les prohibirían el acceso a la sanidad y la Universidad. Comprendan que eso es una locura que no promueve el feminismo."

Coral Herrera Gómez



A pesar de que los antropólogos califican a las pocas sociedades matriarcales (matrilineales, matrísticas, matrilocales, gilánicas,...) como las más pacíficas e inofensivas del planeta, el término matriarcado sigue generando rechazo y confusión entre gran número de personas. Injustamente.
He intentado enumerar aquí algunas de falacias que se han construído alrededor de dicho término. Analizaré uno a uno los principales malentendidos que han contribuido a juzgar tan negativamente el concepto de "matriarcado":

9 de febrero de 2010

Una sociedad sin matrimonio


He tenido el placer de conversar vía e-mail con John Lombard, canadiense fundador de la Mosuo Cultural Development Association, organización destinada a financiar proyectos para proteger la especificidad cultural de esta etnia matriarcal china. En ese país ha trabajado durante años, y su pasión por la diversidad cultural se vió gratamente sorprendida por el descubrimiento de la etnia Mosuo. Muchos compartimos la fascinación por esta cultura matriarcal de reciente divulgación, con sus virtudes y sus problemas. Tal es el fin de su asociación, proveer a dicha sociedad de los bienes materiales y culturales básicos para su autonomía y supervivencia, siempre dejando en manos de las Mosuo la toma de decisiones.
Tiene dificultades para aceptar donaciones desde el exterior de China, debido a la complicada política del país y la vigilancia del gobierno chino sobre las ONGs.

He traducido sus palabras del inglés:

He escuchado todo tipo de opiniones sobre el matrimonio: los que piensan que la monogamia es la norma apropiada, los que piensan que el matrimonio es una herramienta de opresión de la mujer, los que se aterrorizan nada más pensar en la poligamia, quienes ven la poligamia como algo natural,…

Pero todas las sociedades del planeta tienen algún tipo de matrimonio, por el cual se idealiza una unión estable para toda la vida, acompañada de ceremonias para “bendecir” a hombre y mujer, o demás variantes. Sociedades que educan a la infancia desde temprana edad en tales ideales, hasta el punto de confundir el matrimonio con algo connatural al ser humano. Las formas en que se da el matrimonio pueden diferir entre culturas, pero éste aparece en todas ellas.

Se cumple, menos en una cultura excepcional, los Mosuo, una minoría étnica china que vive en la cordillera del Himalaya, cerca del borde con el Tíbet. En 2005 creé una organización no lucrativa para trabajar con los Mosuo, centrándonos en varios aspectos (educación, desarrollo, etc…), pero también promoviendo la concienciación sobre lo único de esta cultura y ayudando a conservar su especificidad.

En la cultura Mosuo no existe el matrimonio, ni ceremonias matrimoniales. No se espera de las parejas que se unan de por vida. A los niños y niñas se les educa sin expectativas de encontrar una pareja ideal, y muy a menudo ni saben quien es su padre (ni les importa).

17 de diciembre de 2009

¡En España la matrilinealidad es posible!

En España, desde el 5 de noviembre de 1999, se puede elegir el orden de los apellidos, tanto en el momento de inscribir a una persona al nacer (condicionando el resto de inscripciones de hijos de los mismos padres) como tras la mayoría de edad.

No lo olvidemos, nuestras leyes lo permiten.

"Es, por tanto, más justo y menos discriminatorio para la mujer permitir que ya inicialmente puedan los padres de común acuerdo decidir el orden de los apellidos de sus hijos, en el bien entendido de que su decisión para el primer hijo habrá de valer también para los hijos futuros de igual vínculo, lo cual no impide que, ante el no ejercicio de la opción posible, deba regir lo dispuesto en la Ley."
Ley 40/1999, de 5 de noviembre, sobre nombre y apellidos y orden de los mismos.

Sin embargo, no sé de muchos padres que ofrezcan a sus parejas/madres de sus hijos la posibilidad de colocar el apellido materno en primer lugar.
Yo, por supuesto, ya le he ofrecido esa posibilidad a mi pareja, y ella tiene la última palabra.

Creo que la matrilinealidad es la forma más pacífica de socavar los cimientos del patriarcado.

Igualmente, pensamos educar a nuestros hijos en la libertad de poder ejercer este derecho, enseñándoles que el apellido materno debería ser el principal.

Por sentido común y por amor a su madre, sin por ello perder la dignidad.


Pero tras siglos de "patrilinealidad", no es tarea fácil cambiar las costumbres de una sociedad machista. El entorno, la familia, las amistades... se preguntan por tan extraña decisión: "¿Por qué no quieres que lleven tus apellidos?", "¿Renuncias a ser su padre?", "¿Qué dirá su abuelo?"... son los comentarios que saltan al instante.
Porque, al fin y al cabo, ¿qué significa ser padre, y más aún, padre-no-patriarcal? ¿acaso no es mucho más que transmitir unos apellidos, asegurarse un linaje para transmitir la herencia, o rodearse de pequeños vástagos que deberán imitar al patriarca?