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5 de junio de 2014

Mujeres bereber y sus cuentos curativos.


"En los umbrales de los tiempos, sólo existía el día y era cuando las hijas de Lilith eran iguales a los hijos de Adán.
No existía la noche ni su oscuridad. El tiempo nunca se apagaba y el placer de vivir jamás dormía.
Un día, los hijos de Adán quisieron ir lejos, a buscar lo desconocido. Caminaron durante días. Agotados, cerraron sus ojos y conocieron la noche, con sus pesadillas. Desde entonces, los hijos de Adán no tienen luz necesaria en sus ojos para ver nítidamente a las hijas de Lilith.
Si el cansancio no fuera mayor que la ilusión por la vida, tal vez las noches dejarían de llorar estrellas para iluminar la ceguera y, tal vez, los hijos de Adán sabrían descubrir nuevamente el placer de la vida, acompañados con las hijas de Lilith." Hammu Mohamed, antropólogo bereber cuentacuentos.

"Durante siglos, las mujeres bereberes suelen encontrarse todas las noches de luna mora para contarse historias transmitidas de generaciones a generaciones y, siempre, secretamente hacia los hombres. Nunca inician sus narraciones sin haber creado el ambiente adecuado para iniciar la suavidad de las emociones que se disponen a exteriorizar. El honor principal de iniciar estas veladas suelen dárselo a la anciana mayor e iniciado el acto, entran en un trance deseado, en un mundo mágico donde todo es posible."  nos cuenta Hammú Mahomed.

El nombre de la cultura es conocida en Occidente como Bereber, pero a ellos no les gusta ese término, ya que fue un nombre acuñado por Roma, cuando todos aquellos pueblos que no eran romanos eran designados como salvajes, bárbaros, y eso es lo que significa bereber. Pero es el pueblo de Imazighen, y la lengua es la Zamazight, una lengua tan antigua que ni siquiera se puede datar.

El cuenta cuentos Hammú sabía que en su pueblo se difundía su cultura a través de cuentos contados por mujeres. El problema era acercarse a ellas con aparatos de grabación, además en un mundo donde un hombre sólo puede acercarse a una mujer que ya haya perdido la menstruación, porque se cree esas mujeres ya han perdido el apetito sexual. Las ancianas no querían hablar delante de todos esos aparatos, porque el que escucha debe apropiarse no sólo de las historias sino de una cierta energía, reconstruir la historia, tocar las manos del cuenta cuentos y permanecer fijo con su mirada. Contar cuentos no es cualquier cosa, supone una preparación de todo un día, acudir descargadas de cualquier problema que pudiera distraerles para estar sumidas en una constante escucha y asimilación de algo grande, la Palabra. Estos cuentos tienen una propiedad terapéutica y curativa.

El día de la semana en que se produce este acontecimiento es un día muy especial. El cuento lo cuenta siempre la mujer más mayor del poblado, quien para poder estar totalmente vacía y poder ser mediadora y bálsamo de las demás mujeres, durante la mañana no hace ninguna labor, ni siquiera peinarse. Las demás mujeres son las que tienen que peinarle y lavarle. Después de hacer todas las tareas, esperan pacientes en las puertas hasta el atardecer, que es cuando la anfitriona de la casa abre las puertas y da acceso al ritual.

Cada vez se cambian a una casa diferente. La casa elegida tiene que estar limpia, perfumada, purificada, y sin falta de comida y bebida. A este espacio tienen que entrar despojadas de todo aquello que les amarre o agobie, desconectadas del exterior. Lo primero que se les ofrece es lavarse, para estar limpias por dentro y fuera. En la antesala del patio se despojan de sus ropas y materiales para despojarse también de su clase social y ser dignificadas como iguales. Se recibe a la anfitriona con un abrazo grande e íntimo y toman té dulce, de hierbabuena, para borrar cualquier atisbo de amargura. Todas se sientan en el suelo, ninguna tiene una tribuna especial. Se agarran de las manos y se inicia el primer relato, cerrando los ojos, a excepción de la anfitriona.

Las mujeres comienzan el cuento con una frase:

"Hay una historia entre vosotras, quien la busque la encontrará..."

Todas tienen el mismo turno de palabra. Se interiorizan con todos los sentidos, se produce un estado emocional de tranquilidad, paz y armonía para el espíritu. 

"Muchas mujeres entran en trance cuando escuchan estas historias. Se levantan y empiezan a agitarse, como danzando y tienen que ser sujetadas por las demás mujeres para no darse ningún golpe, y de esta manera se liberan como con una catarsis. Algunas veces lloran desmesuradamente, y otras se carcajean." cuenta Hammú.

"La palabra contada, al narrarla en vivo, activa los sentidos y aísla el dolor para dar lugar a la compañía de las presentes y empequeñece la soledad cotidiana y sus miedos." "Es una forma que tiene la mujer de mantener su espacio, ya que tienen muchos lugares prohibidos para poder acceder. Por eso, ha mantenido de manera clandestina este espacio para la palabra contada, no sólo para contar historias, sino para curarse el alma, la pena, la locura. Al igual que los cuentos de Sherezade, no son cuentos sobre el culto a la belleza, sino sobre la superviviencia. El objetivo de estas reuniones es contar algo que sirva para tener amor, para aliviar toda esa tristeza y miseria."

"La historia más valorada no es la más bella ni larga, sino la más profunda, la que emociona. Son historias contadas por milenios. Historias muy cínicas y sarcásticas, pero a la vez muy sutiles. Son mujeres catalogadas como analfabetas, pero están cargadas de sabiduría. Yo solo puedo contar las historias menos trascendentales, porque las más profundas... la sociedad no está tan evolucionada para escuchar esas historias. He tratado de contarlas en sociedades catalogadas como desarrolladas, como Noruega, y las han definido como demasiado violentas."

"Yo tengo mucho miedo a lo que llaman "lo políticamente correcto" en los cuentos, porque no lo entiendo. En África no hay edades en los cuentos, no hay cuentos para mayores o para niños. Aunque se hagan pequeños filtros para los niños, para nada se traiciona el mensaje."

"Yo sentía como que había perdido mucho tiempo. Que si me habrían enseñado antes ese espacio, me habría ayudado mucho, me habría desarrollado con más facilidad, tendría una visión sobre la humanidad muy distinta. Creo que la humanidad debería conocerlo."

 "Y me puse el calzado nuevo, y anduve de aquí para allá, y se me rompió" terminan los cuentos de las mujeres del pueblo Imazighen.


Página de Hammú: www.hammutopia.com


http://unaantropologaenlaluna.blogspot.com.es/

11 de junio de 2013

El feminismo negro y la guerra de las mujeres Igbo.

"Creemos que las políticas sexuales en el patriarcado dominan las vidas de las mujeres negras, así como lo hacen las políticas de clase y de raza. Además, con frecuencia, nos es difícil separar la raza de la clase, y de la opresión sexual, dado que en la mayoría de los casos las experimentamos simultáneamente en nuestras vidas" The Combahee River Collective.
“Las mujeres blancas que se dedican a publicar ensayos y libros sobre cómo “desaprender el racismo” continúan teniendo una actitud paternalista y condescendiente cuando se relacionan con mujeres negras (...). Nos convierten en el “objeto” de su discurso privilegiado sobre la raza. Como “objetos” continuamos siendo diferentes, inferiores” 
bell hooks.


bell hooks (escrito en minúsculas), escritora y activista feminista, opina:

"A menudo las feministas blancas actúan como si las mujeres negras no supiesen que existía la opresión sexista hasta que ellas dieron voz al sentimiento feminista. Creen que han proporcionado a las mujeres negras «el» análisis y «el» programa de liberación. No entienden, ni siquiera pueden imaginar, que las mujeres negras, así como otros grupos de mujeres que viven cada día en condiciones opresivas, a menudo adquieren conciencia de la política patriarcal a partir de su experiencia vivida, a medida que desarrollan estrategias de resistencia ―incluso aunque ésta no se dé de forma mantenida u organizada." 
"La fuerza que permite a las autoras blancas no hacer referencia a la identidad racial en sus libros sobre «mujeres», y que son en realidad libros sobre mujeres blancas, es la misma que obligaría a cualquier autora que escribiera exclusivamente sobre mujeres negras a hacer explícita su identidad racial. Esa fuerza es el racismo. Es la raza dominante la que puede hacer parecer su experiencia como la representativa." 
Mientras el feminismo moderno ilustrado se desarrolló a partir de Simone de Beauvoir y su afirmación «No se nace mujer. Se llega a serlo», los discursos de género en el feminismo negro parten de una negación, de una exclusión. Como dice Audre Lorde «Las herramientas del amo nunca desmontan la casa del amo. Quizá nos permitan obtener una victoria pasajera siguiendo sus reglas del juego, pero nunca nos valdrán para efectuar un auténtico cambio». Para dejar de ser constituidas como objetos y pensarse como sujetos, tuvieron que volver a montarse, tomar la palabra, recuperar la voz.

Hazel V. Carby en su ¡Mujeres blancas, escuchad! criticó y cuestionó supuestos conceptos universales centrales en la teoría feminista, que demostró problemáticos en su aplicación a las vidas de las mujeres negras, como «familia», «patriarcado» y «reproducción»:

"No es que deseemos negar que la familia pueda ser una fuente de opresión para nosotras, sino que deseamos examinar, además, cómo la familia negra ha funcionado en su origen como fuente de resistencia a la opresión. Necesitamos reconocer que durante la esclavitud, en los periodos coloniales y bajo el actual Estado autoritario, la familia negra ha sido terreno de resistencia política y cultural contra el racismo.

Las feministas negras venimos explicándolo desde el siglo pasado, cuando Sojourner Truth señaló la forma en que se negaba la «feminidad» a las mujeres negras.":

"Ese hombre de allí dice que las mujeres necesitan ayuda al subirse a los carruajes, al cruzar las zanjas y que deben tener el mejor sitio en todas partes. ¡Pero a mí nadie me ayuda con los carruajes, ni a pasar sobre los charcos, ni me dejan un sitio mejor! ¿Y acaso no soy yo una mujer? ¡Miradme! ¡Mirad mi brazo! He arado y plantado y cosechado, y ningún hombre podía superarme. ¿Y acaso no soy yo una mujer? (...) He tenido trece hijos, y los vi vender a casi todos como esclavos, y cuando lloraba con el dolor de una madre, ¡nadie, sino Jesús me escuchaba! ¿Y acaso no soy yo una mujer?

Ustedes hablan de esa cosa en la cabeza. ¿Cómo es que le dicen? ¡Eso es, cielo! INTELECTO. ¿Qué tiene que ver eso con los derechos de las mujeres o de los negros? Si mi copa no tiene espacio más que para una pinta, y la tuya para un cuarto de galón, ¿no es feo por tu parte no dejarme tener mi pequeña media medida llena?

Entonces ese hombre pequeño de negro allá, él dice que las mujeres no podemos tener tantos derechos como los hombres, ¡porque Cristo no era una mujer! ¿De dónde viene tu Cristo? ¿De dónde viene tu Cristo? ¡De Dios y de una mujer! El hombre no ha tenido nada que ver con Él.

Si la primera mujer que Dios hizo fue lo suficientemente fuerte para dar vuelta al mundo sola, estas mujeres juntas deben ser capaces de darle la vuelta al mundo en sí mismo ¡y ponerlo del lado correcto para arriba de nuevo! Y ahora que ellas piden hacerlo, ¡los hombres mejor las dejan!"

Familia negra:



Hazel V. Carby continúa:

"El uso del concepto de «dependencia» supone también un problema para las feministas negras. Se ha argumentado que proporciona la conexión entre «la organización material del hogar y la ideología de la feminidad». Pero, ¿cómo podemos considerar entonces las situaciones en las que las mujeres negras son cabeza de familia, o en las que, debido a un sistema económico que genera de forma estructural un alto desempleo masculino negro, no son dependientes económicamente de un hombre negro?"

"Las estructuras de la familia negra han sido consideradas patológicas por el Estado y están en proceso de constituirse como patológicas en la teoría feminista blanca. Aquí, irónicamente, la estructura de la familia nuclear occidental y las ideologías propias del «amor romántico» formadas en el capitalismo pasan por más progresistas que las estructuras de la familia negra."

"Las estructuras de la familia negra se ven como propias de sistemas económicos menos avanzados y sus extensas redes parentales se asumen como más opresivas para las mujeres."


Mercedes Jabardo, antropóloga, explica: 

"De hecho, lo que ocurrió en las plantaciones es que los esclavos reinventaron el concepto de familia. Y lo hicieron a partir de su propio bagaje, adaptándolo (adaptándose) a un entorno no solo nuevo, sino hostil. Los términos “hermano” y “hermana”, por ejemplo, son centrales en la experiencia negra en Estados Unidos. Son términos políticos que inmediatamente establecen solidaridad y sentido de conexión entre la gente negra. Ambos términos, inexistentes en lenguas africanas, fueron utilizados por primera vez en América y su uso está muy relacionado con la experiencia de la esclavitud. La conciencia de afinidad racial como base de solidaridad se debió desarrollar en el mismo momento en que los africanos se pusieron en el mismo barco en compañía de esclavistas blancos. Fue entonces cuando tuvieron conciencia de raza, como signo identitario. En ese momento –tal ycomo argumenta Oyebumi (2001), la conciencia racial transformó el significado de parentesco. Ambos términos (brother / sister), que los afroamericanos utilizan a la par, expresan parentesco en el feminismo negro. El término “sisterhood” (sororidad), que hace referencia a la igualdad entre mujeres, ahora utilizado por las feministas blancas, como signo de expresión identitaria, se lo apropiaron de las comunidades negras aquellas feministas que participaron en el movimiento pro derechos civiles.

Junto a estos conceptos, en las plantaciones también se redefinió el concepto de madre, que tuvo entre las comunidades negras una dimensión colectiva, fundamentalmente en los matrimonios polígamos, donde todas
las mujeres adoptan el papel de madres tanto para sus hijos naturales como para los hijos de sus coesposas. En este caso, la tradición africana fue adaptada para hacer frente a las necesidades de la comunidad esclava en América. Este concepto alude tanto a la madre natural como a todas las mujeres esclavas que se ocupaban del mantenimiento y cuidado de los niños. Como ocurría inicialmente con los conceptos de hermano/hermana era, de nuevo, una estrategia de lucha y de supervivencia emocional. La socialización colectiva de los hijos era una forma de prepararse, emocional y psicológicamente, para una posible separación, tan habitual en las condiciones de la esclavitud (Sparks, 1996). La reinvindicación de la figura de la madre –central incluso entre los poetas afroamericanos- ha sido uno de los ejes del discurso feminista, así como el énfasis en el concepto de familia negra como un locus de resistencia. Es más, en torno al concepto de familia, las feministas negras norteamericanas plantearon uno de los ejes de su discurso teórico frente a los planteamientos del feminismo blanco, que seguía hablando de la familia como uno de los ejes de la opresión de las mujeres.

Reproducción, aborto o fertilidad.

Hazel V. Carby:
"Al cuestionar la aplicación de los conceptos de «familia» y «patriarcado» necesitamos también problematizar el uso del concepto de «reproducción». ¿Qué significa el concepto de reproducción en una situación en la que las mujeres negras han realizado el trabajo doméstico fuera de sus propios hogares al servicio de familias blancas? En este ejemplo, las mujeres negras se sitúan fuera de la relación salarial industrial, pero aseguran la reproducción de la mano de obra en su propia esfera doméstica y, simultáneamente, la reproducción de la mano de obra blanca en el hogar «blanco». Fueron vistas simultáneamente como trabajadoras, como esposas y como madres. Las mujeres negras eran malas madres, precisamente, por su posición como trabajadoras."

Mercedes Jabardo: 
"Por lo que respecta al último de los ejes del discurso feminista, el control de la reproducción, las asimetrías entre ambos feminismos son también evidentes. Mientras las mujeres blancas han promovido sus luchas para defender el derecho al aborto, la lucha de las mujeres negras es por el control de su fertilidad. Sería recurrente volver a mencionar en este apartado las diferencias de las entidades médicas hacia unas y otras, o incluso de las políticas públicas que discriminan racialmente a las madres de los futuros ciudadanos. Mientras en unos casos se promueven campañas para incentivar la natalidad, en el otro se adoptan medidas para frenar la fertilidad."

La her-story y la his-tory.

Hazel V. Carby:
"La teoría feminista en Gran Bretaña es casi toda eurocéntrica y cuando no omite la experiencia de las mujeres negras «en casa», las sitúa en el escenario como «mujeres del Tercer Mundo», en el que sólo actúan como víctimas de prácticas «bárbaras» y «primitivas» en sociedades «bárbaras» y «primitivas».

"La herstory de las mujeres negras está entretejida con la de las mujeres blancas, pero esto no significa que sean las mismas historias. Tampoco necesitamos que las feministas blancas escriban nuestra herstory por nosotras, pues podemos hacerlo y estamos haciéndolo por nosotras mismas. Sin embargo, cuando ellas escriben su herstory y la llaman historias de mujeres, e ignoran nuestras vidas y niegan su relación con nosotras, ése es el momento en que están actuando dentro de las relaciones racistas y escribiendo así his-tory."
"Llegadas a este punto, podemos empezar a concretar la petición feminista
negra con respecto a las feministas blancas, para comenzar así con nuestras
diferentes herstories. Generalmente, en los sistemas de sexo / género africanos y asiáticos, el contacto con las sociedades blancas no ha conducido a un cambio más «progresista». El colonialismo trató de destruir los patrones de parentesco no amoldados a las estructuras de la familia nuclear.
Los acontecimientos que sucedieron en las provincias de Calabar y Owerri, en el sur de Nigeria, en los meses de invierno de 1929, dan testimonio de esta interferencia y de la consecuente debilitación de la posición de las mujeres. Como señala Judith van Allen, estos sucesos son conocidos en la literatura sociológica occidental como los «Disturbios de Aba»; un término que no sólo minimiza el confl icto en sí mismo, sino que también hace invisible la implicación de las mujeres igbo. «Disturbios» implica una violencia no sistemática y sin sentido; es un ejemplo perfecto de las construcciones de history. El pueblo igbo, por otro lado, recuerda este conflicto como Ogu Umuniwanyi (la «Guerra de las Mujeres»). En noviembre de 1929, miles de mujeres igbo se reunieron en los centros de «administración nativa». Corearon, bailaron, entonaron canciones de burla, y demandaron las placas identificativas de los llamados Jefes de Garantía, los igbo elegidos de cada pueblo por los británicos como miembros de las Cortes Nativas. En algunos lugares las mujeres irrumpieron en las prisiones y liberaron a los detenidos.
Dieciséis Cortes Nativas fueron atacadas y la mayoría de ellas fueron destrozadas o quemadas. El «área de los disturbios» cubrió unos 9.650 km2 y contó con la participación de unos dos millones de personas. No se sabe cuántas mujeres estuvieron involucradas, pero la cifra estimada era de decenas de miles. En dos ocasiones, Agentes de Distrito británicos llamaron a la policía y a las tropas, quienes dispararon contra las mujeres y dejaron un total de más de cincuenta muertas y cincuenta contusionadas. Ninguna persona de la otra parte fue gravemente herida. 
Los colonizadores británicos en Nigeria rechazaron todas las formas tradicionales de organización social, que tildaron de «anarquía organizada», e impusieron de inmediato un sistema de administración que ignoraba las estructuras políticas femeninas y negaba a las mujeres igbo cualquier forma de representación, de toma de decisiones o de gobierno en el poder instituido."

13 de mayo de 2013

Matriarcado, patriarcado, feminismo y antropología.

¿Existe el matriarcado?

Joan Manuel Cabezas, antropólogo, explica que lo que existe en occidente esun mito sobre el matriarcado, fruto de la burguesía occidental europea, y cuyo principal ideólogo fue Bachofen, (jurista y antropólogo suizo) con la publicación en 1861 del libro El Derecho de la Madre."

Según Bachofen, en los inicios de los tiempos hubo una época de gran tiranía sexual de los hombres, el ‘Hetairismo’, que causó que algunas mujeres se rebelaran y establecieran un matriarcado o ‘geritocracia’,


Según Cabezas “ahora pasamos a ver el matriarcado que todavía existe en algunos pueblos del mundo, un matriarcado no como dominación por parte de las mujeres, sino de un sistema donde los dos sexos cooperan y se reparten el poder y las diferentes funciones sociales, con roles que no están ligados al hecho de ser hombre o mujer. Las mujeres, por supuesto, tenían poder, y esto se refleja en las diosas de diversas culturas, como las chinas Ma Tsu o Kuan Yin, las egipcias Isis o Nut o las griegas Demeter o Hera. Hay múltiples ejemplos de sociedades matriarcales a lo largo de la historia, como los Igbo en Nigeria, o los Bashi en el actual Congo."


Amadiume es una antropóloga africana que estudió su propia cultura (Igbo de Nnobi en Nigeria). Su libro documenta que antes del siglo XIX, la cultura Nnobi exhibía un fuerte principio matricéntrico/matrifocal en la organización familiar; madres e hijxs formaban distintas unidades económicas autosuficientes. Su sistema de género permitió crear la institución de las "hijas masculinas" (hijas que heredaban el patrimonio del padre y su linaje) y las "marido femeninas" (el matrimonio entre mujeres). Tras el colonialismo británico, el alto estatus social de la mujer fue suprimido por los sistemas occidentales de religión, educación y gobierno basados en principios patriarcales. De esta manera, la autora critica el actual etnocentrismo de los estudios sociales occidentales sobre la situación de las mujeres africanas.

Henrietta L. Moore también denunció el etnocentrismo de la Antropología y del Feminismo:
"Demasiados antropólogos han estado buscando una sociedad en la cual las mujeres controlan todos los aspectos de la vida cotidiana, incluido el gobierno”, dice Reeves. “Este modelo (y una perspectiva muy occidental sobre el poder) no encaja muy bien cuando observas culturas no occidentales, como los Minangkabau. En Sumatra Occidental mujeres y hombres se relacionan más como socios que desean alcanzar el bien común que como competidores gobernados por el egocéntrico interés propio. El prestigio social lo obtienen aquellos que promueven las buenas relaciones siguiendo la costumbre y la religión.”

“Mientras que Occidente glorifica la dominación masculina y la competencia, los Minangkabau glorifican a su mítica Reina Madre y la cooperación”.

Sin embargo Britt-Marie Thurén, también antropóloga, tiene mucho cuidado al hablar de "patriarcado"
"Como antropóloga me muevo en debates feministas con personas de otras disciplinas, veo muchas veces que dan ciertas cosas por hechas del patriarcado, y parten de realidades europeas. Entonces es mi obligación como antropóloga decir que no es necesariamente así y mostrar otros ejemplos."
 

El patriarcado es más o menos universal. Esto hay que matizarlo de muchas maneras, pero en algún sentido, en casi todo el mundo en muy pocas excepciones (y las excepciones dudosas) las mujeres normalmente tienen menos posibilidades que los hombres de su misma sociedad, de su misma categoría social, etc. Eso es triste, es por eso por lo que me he hecho feminista. 
 


Un hombre del público me dijo en una conferencia: "Entonces lo que estas diciendo es que el patriarcado es inevitable, si siempre ha existido y esta en todas partes no hay más remedio" (puso cara de contento ante esta constatación). Pero dije que no, porque hay cosas que nunca ha habido en el mundo y que en un momento dado empiezan a existir, como la agricultura. Los seres humanos estuvimos viviendo miles de años sin agricultura, ¿Por qué no va a empezar a suceder algo parecido con las relaciones de género? 


Podemos tener una esperanza de la evidencia abrumadora...




17 de noviembre de 2012

La Asociación de la Orquídea Dorada.

La Asociación de la Orquídea Dorada, un precedente inigualable (1644-1912) con Virginia Garzón.
(Ir a enlace original)

En una provincia del sur de China llamada Guangdong muchas mujeres se rebelaron contra el matrimonio heterosexual impuesto por la sociedad en la que vivían. Y lo hicieron creando la Asociación de la Orquídea Dorada, una interesante comunidad en la que se prometía no tener relaciones sexuales con hombres.

Aunque no está muy claro cuándo nació, sí se tiene constancia de su existencia y el gran número de seguidoras que tuvo durante toda la dinastía Qing (de 1644 a1911 D.C.). Por aquel entonces las mujeres eran tratadas como sirvientas. Las familias organizaban los matrimonios y era frecuente que las jóvenes no conocieran a sus maridos hasta el momento de la boda. Además, no podían ni heredar ni ser titulares de ninguna propiedad.

En el siglo XIX la industria de la seda aumentó de forma notable en Guangdong, en gran medida debido a la alta demanda extranjera de tan valorado producto. A menudo se contrataba solo a personas del sexo femenino, permitiéndoles así no sólo tener sus propios ingresos, sino también relacionarse entre ellas. A medida que empezaron a tener independencia económica, aumentó la práctica de la resistencia al matrimonio tradicional y prosperaron las socias de la Orquídea Dorada. Marjorie Topley sostiene en su obra La resistencia al matrimonio en el Guangdong rural que la oposición se limitaba a esta área geográfica bastante pequeña donde la industria de la sericicultura era prominente. Suponía mucho trabajo y por ello se necesitaba mucha mano de obra. Por esta razón, Topley señala que además de aumentar los matrimonios de mujeres en la provincia, eran poco frecuentes tanto la tradición de los pies vendados, como la del infanticidio femenino.

En esta peculiar comunidad de la Orquídea Dorada, el noviazgo y el matrimonio diferían del tradicional porque la unión era entre dos damas. No obstante, era similar en cuanto a rituales se refiere: si una deseaba casarse con otra, le ofrecía a su amada y a la familia de esta, regalos como té y pasteles de boda. Si los aceptaba, se consideraba que la pareja estaba comprometida. Como consecuencia del enlace las enamoradas cambiaban su peinado de trenza, símbolo de soltería, por un moño, distintivo de matrimonio. Durante la ceremonia la pareja se prometía fidelidad y honraba a familiares y antepasados.

Beguinatos, comunidades de mujeres autónomas en la edad media.

Fuente original: Viajeros.com
(...) no muy lejos de la animada Plaza del Mercado, el ritmo se ralentiza para adaptarse a la serenidad que destila el Begijnhof, un beaterio superviviente del siglo XIII y máximo exponente de las antiguas casas de retiro medievales que aún conservan la mayoría de las ciudades flamencas. Las beguinas eran religiosas sin votos, viudas o solteras que optaban por llevar una vida piadosa, basada en las enseñanzas evangélicas y centradas en la oración, las obras de caridad y el cuidado de pobres y enfermos, pero conservando su independencia. Rechazaban la clausura, trabajaban, gozaban de total libertad y vivían con sus familias o en comunidades, los beguinatos o beaterios.
No tenían, sin embargo, votos de pobreza, y de hecho, las mujeres a menudo provenían de familias acomodadas, ganándose la vida mediante sus labores textiles (encajes, por ejemplo) o gracias a benefactores que pagaban para que rezaran por ellos. Las beguinas fueron un movimiento religioso femenino autónomo, lo cual les convierte en una rareza dentro de la estructura religiosa medieval. Aparecieron en Flandes en el siglo XIII, se dice que debido al desequilibrio de sexos que provocaron las Cruzadas: muchos hombres embarcaron a Tierra Santa, buen número de los cuales nunca regresaron.

31 de marzo de 2012

Turín 2012: Ciclo de Conferencias sobre Matriarcados (2ª parte)

Crónica de las conferencias del domingo 18 de marzo de 2012, Culture indigene di pace.

IOLE NATOLI

Expuso un tema que a mí me parece de sentido común: el derecho que tenemos lxs hijxs a recibir como primer apellido el de nuestras madres.

En Italia sigue existiendo sólo un apellido: el del padre. Está claro el origen de esa costumbre: la patrilinealidad romana ha excluido del linaje familiar la memoria de las madres.

En muchas escuelas a lxs niñxs se les llama, no por su nombre, sino por el apellido del padre (esto me trae recuerdos de infancia). Sólo en la mayoría de edad puede uno mismo elegir cambiar su apellido por el de la madre. Iole Natoli ha trabajado intensamente desde 1979 para que esto pueda cambiar y el apellido de la madre sea igualmente reconocido.

26 de marzo de 2012

Turín 2012: Ciclo de Conferencias sobre Matriarcados (1ª parte)

Paso a resumir el ciclo de conferencias organizado en Turín (Italia) los pasados días 16, 17 y 18 de marzo: Culturas indígenas de paz, Mujeres y hombres más allá del conflicto.

He podido conocer personalmente a personas a las que he citado a menudo en este blog, de quienes he obtenido inspiración e ideas. Mis más sinceros agradecimientos a Morena Luciani, presidenta de la Asociación Cultural Laima, por invitarme a estar presente en este acontecimiento único. Sus esfuerzos han sido premiados, pues según la organización (y yo puedo confirmarlo) ha sido un éxito.

PRESENTACIÓN:

El acto tuvo el patrocinio del Departamento Municipal por la Igualdad de Oportunidades. Su representante felicitó a Laima por mostrar que existen otras formas de vida en sociedad. El patriarcado no ha sido siempre la única opción, ni la más antigua. Inspirándonos en estos pueblos matriarcales, podemos transformar nuestra sociedad y nuestras familias. De ellas aprendemos que la democracia real es mucho más que asistir a votar cada cuatro años: es capacidad de escucha y consenso, practicadas ya desde el seno familiar.

Sarah Perini inició la presentación del acto con la esperanza de que mujeres y hombres cooperásemos desde la tolerancia y el respeto. Se insiste en que la presencia de hombres en el congreso es bienvenida. Y aunque de forma minoritaria, hicimos acto de presencia, destacando la presencia de un círculo de hombres de Turín.

Se trata del quinto congreso tras los anteriores en Texas, Luxemburgo, Toronto y Suíza.

Ake y Najin, las dos mujeres Mosuo,
junto a Francesca Rosati Freeman,
Federica Carmana y Morena Luciani.

Morena Luciani apuntó que este encuentro nació gracias a un grupo de mujeres interesadas en la espiritualidad femenina: escritoras, madres, terapeutas, economistas y educadoras.
El interés por los matriarcados crece a escala internacional. A la vez, es un concepto que genera aún temor e incomprensión. En multitud de ocasiones se usa la palabra "matriarcado" erróneamente para referirse a una sociedad sexista. Pero ningún matriarcado es una dictadura de mujeres. El modelo matriarcal es ante todo maternal. Su política, su espiritualidad y su economía son maternales.

7 de marzo de 2012

La clásica teoría marxista sobre el matriarcado, por Evelyn Reed.

Ante todo, las mujeres no han sido siempre el sexo oprimido o “segundo sexo”. La antropología o los estudios de la prehistoria nos dicen todo lo contrario. En la época del colectivismo tribal las mujeres estuvieron a la par con el hombre y estaban reconocidas por el hombre como tales.

En segundo lugar, la degradación de las mujeres coincide con la destrucción del clan comunitario matriarcal y su sustitución por la sociedad clasista y sus instituciones: la familia patriarcal, la propiedad privada y el Estado.

Los factores clave que llevaron al derrocamiento de la posición social de la mujer tuvieron origen en el paso de una economía basada en la caza y en la recogida de comida, a un tipo de producción más avanzado, basado en la agricultura, la cría de animales y el artesanado urbano. La primitiva división del trabajo entre los sexos fue sustituida por una división social del trabajo mucho más complicada. La mayor eficacia del trabajo permitió la acumulación de un notable excedente productivo que llevó, primero, a diferenciaciones, y después a profundas divisiones entre los distintos estratos de la sociedad.

En virtud del papel preeminente que habían tenido los hombres en la agricultura extensiva, en los proyectos de irrigación y construcción, así como en la cría de animales, se apropiaron poco a poco del excedente, definiéndolo como propiedad privada. Estas riquezas potencian la institución del matrimonio y de la familia y dan una estabilidad legal a la propiedad y a su herencia. Con el matrimonio monogámico, la esposa fue colocada bajo el completo control del marido, que tenía así la seguridad de tener hijos legítimos como herederos de su riqueza.

Con la apropiación por parte de los hombres de la mayor parte de la actividad social productiva, y con la aparición de la familia, las mujeres fueron encerradas en casa al servicio del marido y la familia. El aparato estatal fue creado para reforzar y legalizar la institución de la propiedad privada, el dominio masculino y la familia patriarcal, santificada luego por la religión.

Este es, brevemente, el punto de vista marxista sobre el origen de la opresión de la mujer. Su subordinación no se debe a ninguna deficiencia biológica como sexo, sino que es el resultado de los acontecimientos sociales que destruyeron la sociedad igualitaria de la gens matriarcal, sustituyéndola por una sociedad clasista patriarcal que, desde sus inicios, se caracterizó por la discriminación y desigualdad de todo tipo, incluida la desigualdad de sexos. El desarrollo de este tipo de organización socio-económica estructuralmente opresiva, fue la responsable de la caída histórica de las mujeres.

18 de enero de 2012

15 de febrero, fecha límite para suscripción a "Culturas Indígenas de Paz"



Recordamos que el límite para la suscripción es hasta el 15 de febrero.

La Asociación Laima (Italia) ya ha publicado el programa de conferencias.
Tendremos la oportunidad de escuchar de viva voz a personas que integran las pocas sociedades matrifocales que quedan en el planeta, junto a estudiosxs de la materia, académicxs y activistas. Concretamente, participarán:

- Dos mujeres Mosuo (China)
- Dos mujeres Khoesan (Sudáfrica)
- Heide Göttner Abendrot, prof. de filosofía, Alemania.
- Peggy Reeves Sanday, antropóloga, USA
- Genevieve Vaughan, Luciana Percovich, Mario Bolognese, Francesca Freeman, Iole Natoli, Diarmuid O'Murchú (Irlanda), Russell Means, nativo americano Lakota, etc...

Se trata de dar continuidad a las conferencias sobre matriarcados que se han venido realizando los últimos años por iniciativa de HAGIA. Consistirá en ponencias, seminarios, momentos de fiesta y celebración ritual.

¡En Revolución Matriarcal deseamos que la conferencia tenga mucho éxito!

16 de enero de 2012

Nacen más niñas como mecanismo natural contra las crisis.

Artículo original escrito por César-Javier Palacios para 20 Minutos.

Nacen más niñas como mecanismo natural contra la crisis.


Un reciente estudio publicado en la revista Science confirma que el miedo reduce el número de crías en los gorriones. Incluso aunque no haya depredadores cerca, si estos pájaros perciben el riesgo de que pueden ser cazados disminuye el tamaño de su descendencia hasta en un 40% . Es el coste del miedo, un intenso sentimiento generalizado en todos los animales como prudente comportamiento de supervivencia.

Nosotros también lo tenemos, y es en épocas de incertidumbre, como la terrible crisis económica que nos está tocando vivir a los españoles, donde la generalización de esta emoción se manifiesta de forma más sorprendente. Sin darnos cuenta, nuestra naturaleza animal ha puesto en marcha sus mecanismos de defensa. Hemos pasado a tener menos hijos por pareja y a que nazcan más niñas que niños.


La razón es puramente biológica. Como explica el profesor de genética humana Bryan Sykes en su famoso libro ‘La maldición de Adán’, la producción de machos en los mamíferos es muy cara, pues la competencia entre ellos consume mucha energía y es más fácil asegurar la pervivencia de nuestra carga genética con las hembras. En los humanos, la mayor vulnerabilidad y agresividad de los machos explica que en condiciones normales nazcan como media en el mundo 103,5 chicos por cada 100 chicas.

Sin embargo, como resalta el biólogo y neurocientífico Gerald Hüther, en épocas de gran estrés ambiental, como las guerras o las grandes crisis, donde las mujeres no se sienten bien, nacen menos niños que niñas, pues ante un futuro incierto los embriones masculinos mueren en los primeros dos meses de gestación.

Además, y según han demostrado varios estudios científicos, cuanta menos testosterona tienen los hombres menos hijos machos se engendran. Y estas épocas de vacas flacas le bajan las hormonas al más entusiasta ¿no os parece?

Yo tengo además otra teoría. Este desastroso mundo masculino sólo lo podrán salvar las mujeres. Y la naturaleza es sabia. Muy sabia.

César-Javier Palacios es geógrafo, naturalista, escritor, periodista y miembro de la Fundación Félix Rodríguez de la Fuente.

7 de septiembre de 2011

Para reflexionar (I)

"Tras un rápido repaso de estas sociedades lideradas por mujeres, son obvias algunas diferencias fundamentales respecto a las comunidades lideradas por hombres. Sorprendentemente, estas culturas poseen un punto de vista bastante distinto al occidental sobre el sentido de la propiedad: colocan mayor énfasis en la participación comunitaria que las hegemónicas sociedades patriarcales. La infancia, por ejemplo, pertenece a la comunidad más que a una sola familia, y la tierra es compartida en vez de dividida. Desde luego, se trata de una primera impresión, teniendo en cuenta lo complejas y únicas que resultan estas comunidades alrededor del planeta, pero si sirve de indicador, las sociedades lideradas por mujeres se alzan como las más igualitarias, las más pacíficas y, probablemente, las más justas."
Traducido de artículo de Corrina Laughlin para "The Utopianist".

1 de septiembre de 2011

La inteligencia espacial de mujeres y hombres matriarcales, superior al resto.

Fuente: Diario Público, 30-8-2011.

Durante años, la sociedad ha desarrollado imágenes estereotipadas de hombres y mujeres. Una de las más extendidas es la que asocia a los hombres una mayor capacidad innata para realizar labores que requieren inteligencia espacial, como las ingenierías o las ciencias técnicas como física o química. Hoy, un estudio publicado en PNAS asegura que las habilidades relacionadas con la inteligencia espacial no dependen del género, sino del entorno social en el que se desarrollan los seres humanos.

El equipo de investigadores, liderado por Moshe Hoffman, de la Universidad de California, no niega que en la actualidad existan diferencias entre hombres y mujeres, pero los resultados de su investigación muestran que es la educación, y no las capacidades innatas, la que tiene un papel más importante en la brecha de género existente. "Mediante la comparación de dos sociedades que sólo diferían en su cultura, podemos concluir que la educación tiene un gran impacto en las diferencias de género", afirma Moshe.



"La educación tiene un gran impacto en las diferencias de género"

El estudio fue realizado entre dos tribus del noreste de India que presentan el mismo origen biológico, desarrollan actividades agrícolas parecidas y tienen una dieta similar. Sin embargo, ambas tribus presentan una clara diferencia en cuanto al tratamiento dado a hombres y mujeres. Mientras los khasi poseen una sociedad matriarcal, en la que las mujeres son las únicas propietarias de la tierra, los karbi son patriarcales y son los hombres los que suelen heredar los terrenos familiares.

El experimento consistió en proponer la resolución de un puzzle a los miembros de las dos tribus. Lo más destacable es que, pese a que en la sociedad patriarcal los hombres resolvían el rompecabezas mucho más rápido que sus mujeres, eran bastante más lentos que los hombres y las mujeres de la sociedad matriarcal, entre los que no había diferencias apreciables. El experimento también mostró que, dentro de la sociedad patriarcal, los resultados eran bastante mejores en los hogares que tenían como propietario a una mujer.

El estudio concluye que el entorno tiene un gran impacto en la brecha de género y que las medidas políticas que se tomen pueden ser cruciales para reducirlo.

Más información:

Publicación original en la revista científica Proceedings of the National Academy of Sciences.
(Sólo accesible a usuarios registrados).

- En esta página se muestra la media de tiempo que tardaron en resolver el puzzle: las mujeres y hombres khasi (matriarcales) tardaron poco más de 30 segundos, mientras que los hombres karbi (patriarcales) tardaron 42 segundos y las mujeres karbi 57 segundos. Participaron en el estudio unos 1.300 sujetos. La inteligencia espacial de individuos criados en una sociedad matriarcal demostró ser un 36,4% más rápida.

10 de agosto de 2011

Es el momento oportuno.

Artículo escrito por Francesca Rosati Freeman para Universitá delle Donne.
Traducido por Matriarcal.

¡Es el momento oportuno!

"Es el momento oportuno" es el título de la Conferencia celebrada en St.Gallen (Suíza) del 12 al 15 de mayo de 2011. No hay ningún título más apropiado, en un momento en que nuestro planeta está atravesando uno de los períodos más catastróficos de la historia, debido a la irresponsabilidad de los que nos gobiernan y la competitividad sin freno de este sistema económico mundial; y nunca más que ahora se escucha esta necesidad de cambio. Para las mujeres que participaron llegó el momento de recuperar lo que el Patriarcado arrebató. No menos de 500 personas, casi todas mujeres, han ocupado durante tres días el Salón Congreso de Thonhalle, en cuyas paredes fueron suspendidos a modo de banderolas las efigies de diosas de la antigua Europa, símbolos del culto de la Gran Diosa Madre, que comienza en el Paleolítico.


Ha sido el tercer Congreso Internacional sobre Estudios Matriarcales después del organizado en Luxemburgo en 2003 y del celebrado en Texas en 2005, ambos bajo la dirección de la Academia Hagia y el Centro de Estudios de la Economía de la Donación.

La Conferencia ha sido organizada y dirigida por Heide Goettner-Abendroth, filósofa alemana, investigadora, fundadora y directora de Hagia desde 1986, Academia Internacional de Estudios Matriarcales y espiritualidad matriarcal de Alemania; y por Cécile Keller, Suíza, codirectora de Hagia desde 1997, ginecóloga e investigadora de la medicina matriarcal.

La Conferencia contó con la presencia de mujeres de todo el mundo: investigadoras, profesoras universitarias, mujeres pertenecientes a matriarcados, escritoras, autoras, artistas, periodistas, etc... para compartir sobre un mismo tema: el modelo de sociedad matriarcal, un modelo de sociedad no violenta, configurada alrededor de los valores maternos, basado en la igualdad de los sexos, la toma de decisiones por consenso y una forma de espiritualidad que identifica la divinidad con la naturaleza, valores que deben proteger nuestro planeta de la destrucción a manos del patriarcado.

Las organizadoras han asegurado un justo equilibrio entre ejemplos prácticos de matriarcados, perspectivas teóricas e intelectuales.

"La Madre Tierra es valiosa. La explotación y la contaminación deben cesar inmediatamente". Ésta es la demanda de las mujeres que se definen a sí mismas como "madres e hijas de madres".

"El mundo cambia y empeora rápidamente", recoge el "Manifiesto" escrito por un grupo internacional de veinte mujeres especializadas en sociedades matriarcales del pasado y del presente.

"¿Acaso no lo vemos? ¿Permaneceremos calladas? Estamos asistiendo a una serie de terribles cambios acelerados a diferentes niveles: la radiación contamina el mar, el aire y el suelo; la Madre Tierra nos sorprende en Haití, Nueva Zelanda y Japón porque antes no escuchamos sus gritos en Nueva Orleans y Tailandia; las mujeres son aplastadas bajo una pesada carga; hombres y niños emigran en busca de supervivencia y esperanza; los combatientes por la libertad son sacrificados y perseguidos; la explotación de los recursos de la Madre Naturaleza no tiene fin; los tesoros y la sabiduría de los pueblos indígenas son saqueados para beneficio de las grandes empresas; unos pocos ejercen poder sobre muchos; el fascismo se expande como un fuego escapado de control; guerras innecesarias e interminables continúan en diversas partes del mundo; muchos son los fieles de la religión del todopoderoso Dólar. Nos acercamos al borde del precipicio por una enfermedad llamada patriarcado capitalista.

Nosotros, los humanos, hemos herido a la Madre Naturaleza de muchas maneras: alterando el equilibrio natural, profanando la tierra y el agua, el cuerpo y la dignidad de las mujeres, los niños, los trabajadores y los pueblos indígenas. Es hora de detener esta locura: ¡Hay que tomar otros caminos! ¡Basta de destrucción! ¡Basta de energía nuclear! ¡La guerra no es nuestro idioma! ¡No toleramos más violencia contra la naturaleza y la humanidad! ¡La vida es preciosa! ¡La naturaleza es valiosa! ¡Una sociedad de paz es posible, y HOY le damos inicio! ¡Nosotras, que somos madres e hijas de madres apoyamos la economía de la donación que siempre hemos practicado, los valores maternos del cuidado, la alimentación, la responsabilidad, la construcción de la paz y la redistribución, practicada por todas las comunidades indígenas y matriarcales que viven en armonía con la Madre Tierra! Hacemos un llamamiento a todas las naciones a deponer las armas, a desmantelar las instalaciones nucleares, a poner fin a la destrucción de la naturaleza, a limpiar el agua, el suelo y el aire AHORA".

La solución a estos problemas reside en el modelo matriarcal, nos dicen por unanimidad las ponentes de este tercer Congreso Internacional que, llegadas de todo el planeta, exponen sus experiencias, sus investigaciones, sus estudios y políticas matriarcales, que consisten en la creación de una sociedad pacifista marcada por la igualdad entre los géneros.

5 de agosto de 2011

Testimonio real de la etnia Minangkabau.



Matrilinealidad: los Minangkabau (Sumatra occidental, Indonesia) son la mayor población matrilineal del planeta. Son una excepción, el resto de Indonesia es patrilineal y patriarcal.

El rol de la mujer: comparado con otras comunidades, los Minangkabau otorgan un rol específico a la mujer. Ellas no son más "importantes" que los hombres, pero poseen una posición privilegiada; ellas gobiernan la familia y los recursos de la sociedad. La tierra y las casas pasan de madres a hijas. Ellas resultan centrales, a nivel cultural y socioeconómico. Simbolizan la unidad y la sabiduría.

El rol del varón: desde jóvenes estudian, viajan y se preparan para volver más adelante a ayudar a su comunidad en aquello que haga falta.

La cultura Minangkabau: el sistema matrilineal permite relaciones más igualitarias entre los sexos que el sistema patriarcal. La mujer posee la tierra, pero la posee para el colectivo. Igualmente, los hombres dirigen su trabajo al bien de la comunidad, no al de un solo individuo o unos pocos.

Expresión política: carecen de ejército, a diferencia de todas las sociedades patriarcales, como las que los han invadido en el pasado: musulmanes, colonialistas e indonesios.

16 de julio de 2011

La centralidad de la mujer en el simbolismo Minangkabau.

Escrito por Peggy Reeves Sanday.

http://www.sas.upenn.edu/~psanday/eggi2.html

Durante toda mi carrera he sentido interés por el auténtico significado de la palabra "matriarcado". Desde un punto de vista teórico, sentía curiosidad por la naturaleza de su estructura social, significados de género, estética y visión del mundo de las llamadas sociedades matriarcales. Preguntas sobre la calidad de las relaciones interpersonales también me intrigaban. ¿Habría más o menos violencia interpersonal, más o menos abuso infantil y doméstico en una sociedad matriarcal? También me preguntaba sobre el "gobierno femenino" que acompaña todas las discusiones sobre el matriarcado. ¿Cómo se expresaría el poder político en manos femeninas? ¿Se sentirían las mujeres más cómodas y la vida sería más apacible? ¿Dónde encajarían los hombres en una sociedad así, y cómo interactúan los sexos?

¿Quiénes son los Minangkabau?

Tales preguntas me inspiraron para iniciar mi trabajo de campo antropológico entre los Minangkabau, quienes se refieren a sí mismos como un "matriarcado". El cuarto de los mayores grupos étnicos de Indonesia, los Minangkabau, son conocidos por los antropólogos como la sociedad matrilineal moderna más extensa hoy en el mundo. Constituyen un 3% de toda Indonesia, y una cuarta parte de la población de Sumatra. La provincia de Sumatra Occidental, hogar de los Minangkabau, es una de las ocho provincias de Sumatra. Ellos hablan un dialecto del Malayo, que formó la base del idioma nacional de Indonesia, y que algunos linguistas consideran el padre del Malayo moderno. Son famosos en Indonesia y Malasia por su sistema social matrilineal y el ancestral modelo de propiedad heredado por las mujeres.



http://www.sas.upenn.edu/~psanday/eggifemale.html


30 de junio de 2011

Europa Indígena.

Fuente: Europa Indígena.

Hubo un tiempo en el que la cosmovisión de las primeras culturas europeas en nada se diferenciaba de la del resto de pueblos indígenas de nuestro planeta. Durante un inmenso periodo de más de 35.000 años (del Paleolítico al Neolítico) y según las evidencias del arte simbólico prehistórico y las mitologías arcaicas, una misma cosmovisión en torno a la figura de la Gran Madre Naturaleza fue compartida en todo el continente euroasiático: desde el Cantábrico hasta Siberia, llegando hasta Oriente Próximo y el Valle del Indo.

Esta visión de la naturaleza como una Gran Madre era ya plasmada en el arte prehistórico hace nada menos que 40.000 años (Venus de Hohle Fels) y sobrevivió como figura central de la mitología Europea hasta hace unos 5.000 años, cuando los primeros pueblos militarizados comenzaron a imponer una nueva forma de concebir el mundo que se prolonga hasta nuestros días.

Existen suficientes evidencias arqueológicas, mitológicas y antropológicas para asegurar sin miedo a equivocarse que en aquel tiempo los europeos entendían a la naturaleza como sagrada y que las primeras sociedades humanas estuvieron basadas en la fraternidad y el apoyo mutuo, según muestra, entre otros, el extraordinario trabajo de la arqueóloga Marija Gimbutas.

Europa Indígena nace pues, con el objeto de recuperar la memoria robada de nuestro continente, aquella que nos permita re-conectarnos con las verdaderas raíces del árbol de nuestros antepasados y derrumbar de este modo, los falsos mitos en los que se sustenta la llamada Civilización Occidental.

Guillermo Piquero.