¿Existe el matriarcado?
Joan Manuel Cabezas, antropólogo, explica que lo que existe en occidente es “un mito sobre el matriarcado, fruto de la
burguesía occidental europea, y cuyo principal ideólogo fue Bachofen,
(jurista y antropólogo suizo) con la publicación en 1861 del libro El Derecho de la Madre."
Según
Bachofen, en los inicios de los tiempos hubo una época de gran tiranía
sexual de los hombres, el ‘Hetairismo’, que causó que algunas mujeres se
rebelaran y establecieran un matriarcado o ‘geritocracia’,
Según Cabezas “ahora pasamos a ver el matriarcado que todavía existe en algunos pueblos del mundo, un matriarcado no como dominación por parte de las mujeres, sino de un sistema donde los dos sexos cooperan y se reparten el poder y las diferentes funciones sociales, con roles que no están ligados al hecho de ser hombre o mujer. Las mujeres, por supuesto, tenían poder, y esto se refleja en las diosas de diversas culturas, como las chinas Ma Tsu o Kuan Yin, las egipcias Isis o Nut o las griegas Demeter o Hera. Hay múltiples ejemplos de sociedades matriarcales a lo largo de la historia, como los Igbo en Nigeria, o los Bashi en el actual Congo."
Amadiume es una antropóloga africana que estudió su propia cultura (Igbo
de Nnobi en Nigeria). Su libro documenta que antes
del siglo XIX, la cultura Nnobi exhibía un fuerte principio
matricéntrico/matrifocal en la organización familiar; madres e hijxs
formaban distintas unidades económicas autosuficientes. Su sistema de género permitió crear la institución de las
"hijas masculinas" (hijas que heredaban el patrimonio del padre y su
linaje) y las "marido femeninas" (el matrimonio entre mujeres). Tras el colonialismo
británico, el alto estatus social de la mujer fue
suprimido por los sistemas occidentales de religión,
educación y gobierno basados en principios patriarcales. De esta manera,
la autora critica el actual etnocentrismo de los estudios sociales
occidentales sobre
la situación de las mujeres africanas.
Henrietta L. Moore también denunció el etnocentrismo de la Antropología y del Feminismo:
"Demasiados antropólogos han estado buscando una sociedad en la cual las
mujeres controlan todos los aspectos de la vida cotidiana, incluido el
gobierno”, dice Reeves. “Este modelo (y una perspectiva muy occidental
sobre el poder) no encaja muy bien cuando observas culturas no
occidentales, como los Minangkabau. En Sumatra Occidental mujeres y
hombres se relacionan más como socios que desean alcanzar el bien común
que como competidores gobernados por el egocéntrico interés propio. El
prestigio social lo obtienen aquellos que promueven las buenas
relaciones siguiendo la costumbre y la religión.”
“Mientras que Occidente
glorifica la dominación masculina y la competencia, los Minangkabau
glorifican a su mítica Reina Madre y la cooperación”.
Sin embargo Britt-Marie Thurén, también antropóloga, tiene mucho cuidado al hablar de "patriarcado"
"Como antropóloga me muevo en
debates feministas con personas de otras disciplinas, veo muchas veces
que dan ciertas cosas por hechas del patriarcado, y parten de realidades
europeas. Entonces es mi obligación como antropóloga decir que no es
necesariamente así y mostrar otros ejemplos."
El
patriarcado es más o menos universal. Esto hay que matizarlo de muchas
maneras, pero en algún sentido, en casi todo el mundo en muy pocas
excepciones (y las excepciones dudosas) las mujeres normalmente tienen
menos posibilidades que los hombres de su misma sociedad, de su misma
categoría social, etc. Eso es triste, es por eso por lo que me he hecho
feminista.
Un hombre del público me dijo en una conferencia:
"Entonces lo que estas diciendo es que el patriarcado es inevitable, si
siempre ha existido y esta en todas partes no hay más remedio" (puso
cara de contento ante esta constatación). Pero dije que no, porque hay
cosas que nunca ha habido en el mundo y que en un momento dado empiezan a
existir, como la agricultura. Los seres humanos estuvimos viviendo
miles de años sin agricultura, ¿Por qué no va a empezar a suceder algo
parecido con las relaciones de género?
Podemos tener una esperanza de la
evidencia abrumadora...