23 de diciembre de 2010

Orango: donde las mujeres proponen.

Mi matriarca me propuso el matrimonio hará unos once años, tras sólo tres meses de noviazgo. Coincidencia o no, en Orango Grande también son las mujeres (heterosexuales) quienes proponen matrimonio a los hombres: ellas siempre son las que eligen.

Para los amantes del ecoturismo, respetuoso con la naturaleza y la cultura locales, una ONG española ecologista (Fundación CBD-habitat) gestiona un proyecto turístico de calidad, sin injerencias en la cultura local, cuyos beneficios se distribuyen entre la población nativa.
Para más información al respecto: www.orangohotel.com

Me apena confirmar que una desviación patriarcal del cristianismo es el principal enemigo de esta peculiar cultura, tal como explica este artículo que he traducido de USA Today...


Fotografía de Rebecca Blackwell

Sociedades sin prostitución.

¡Lo que más me fascina de las sociedades matriarcales es que en ellas no existe la prostitución!

Es la parte más digna de estudio de esas sociedades.

Durante toda mi infancia-adolescencia he vivido familiarizado con la prostitución. De camino a la escuela, la acera de mi callejón estaba plagada de condones usados. De noche, era fácil encontrar a "clientes" disfrutando de una felación en el asiento del coche, justo ante el portal de mi casa. Mi madre lanzó algún cubo de agua por el balcón para ahuyentarlos, hará décadas. Sí, mi pequeño callejón, antes rodeado de "clubs" y "pubs", sigue siendo frecuentado por ese tipo de "clientela",... aunque ahora en locales más "discretos", envuelto en un halo de respetabilidad.

9 de diciembre de 2010

Umoja: la esperanza inquebrantable.




Artículo en Dominio Público.

En un lugar de clima duro e inaccesible, donde la población masculina consideran "normales" la violación, la poliginia, la mutilación genital femenina, el abuso marital y maltrato de la mujer, donde ellas no tienen derecho a la propiedad, donde ser madre es ser una esclava, y de niñas se ven obligadas a contraer matrimonio con hombres que les triplican la edad... Allí un grupo de valientes mujeres decidió romper con la "tradición" y formar su propia comunidad, con sus propias leyes, su educación, igualdad de oportunidades y justicia social.

Sin venganza, sin violencia. Sin despreciar a los hombres, pero con la voluntad de empezar de nuevo.
Ellas, simplemente, llegado un día... se fueron de sus casas.