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26 de marzo de 2012

Turín 2012: Ciclo de Conferencias sobre Matriarcados (1ª parte)

Paso a resumir el ciclo de conferencias organizado en Turín (Italia) los pasados días 16, 17 y 18 de marzo: Culturas indígenas de paz, Mujeres y hombres más allá del conflicto.

He podido conocer personalmente a personas a las que he citado a menudo en este blog, de quienes he obtenido inspiración e ideas. Mis más sinceros agradecimientos a Morena Luciani, presidenta de la Asociación Cultural Laima, por invitarme a estar presente en este acontecimiento único. Sus esfuerzos han sido premiados, pues según la organización (y yo puedo confirmarlo) ha sido un éxito.

PRESENTACIÓN:

El acto tuvo el patrocinio del Departamento Municipal por la Igualdad de Oportunidades. Su representante felicitó a Laima por mostrar que existen otras formas de vida en sociedad. El patriarcado no ha sido siempre la única opción, ni la más antigua. Inspirándonos en estos pueblos matriarcales, podemos transformar nuestra sociedad y nuestras familias. De ellas aprendemos que la democracia real es mucho más que asistir a votar cada cuatro años: es capacidad de escucha y consenso, practicadas ya desde el seno familiar.

Sarah Perini inició la presentación del acto con la esperanza de que mujeres y hombres cooperásemos desde la tolerancia y el respeto. Se insiste en que la presencia de hombres en el congreso es bienvenida. Y aunque de forma minoritaria, hicimos acto de presencia, destacando la presencia de un círculo de hombres de Turín.

Se trata del quinto congreso tras los anteriores en Texas, Luxemburgo, Toronto y Suíza.

Ake y Najin, las dos mujeres Mosuo,
junto a Francesca Rosati Freeman,
Federica Carmana y Morena Luciani.

Morena Luciani apuntó que este encuentro nació gracias a un grupo de mujeres interesadas en la espiritualidad femenina: escritoras, madres, terapeutas, economistas y educadoras.
El interés por los matriarcados crece a escala internacional. A la vez, es un concepto que genera aún temor e incomprensión. En multitud de ocasiones se usa la palabra "matriarcado" erróneamente para referirse a una sociedad sexista. Pero ningún matriarcado es una dictadura de mujeres. El modelo matriarcal es ante todo maternal. Su política, su espiritualidad y su economía son maternales.

10 de agosto de 2011

Es el momento oportuno.

Artículo escrito por Francesca Rosati Freeman para Universitá delle Donne.
Traducido por Matriarcal.

¡Es el momento oportuno!

"Es el momento oportuno" es el título de la Conferencia celebrada en St.Gallen (Suíza) del 12 al 15 de mayo de 2011. No hay ningún título más apropiado, en un momento en que nuestro planeta está atravesando uno de los períodos más catastróficos de la historia, debido a la irresponsabilidad de los que nos gobiernan y la competitividad sin freno de este sistema económico mundial; y nunca más que ahora se escucha esta necesidad de cambio. Para las mujeres que participaron llegó el momento de recuperar lo que el Patriarcado arrebató. No menos de 500 personas, casi todas mujeres, han ocupado durante tres días el Salón Congreso de Thonhalle, en cuyas paredes fueron suspendidos a modo de banderolas las efigies de diosas de la antigua Europa, símbolos del culto de la Gran Diosa Madre, que comienza en el Paleolítico.


Ha sido el tercer Congreso Internacional sobre Estudios Matriarcales después del organizado en Luxemburgo en 2003 y del celebrado en Texas en 2005, ambos bajo la dirección de la Academia Hagia y el Centro de Estudios de la Economía de la Donación.

La Conferencia ha sido organizada y dirigida por Heide Goettner-Abendroth, filósofa alemana, investigadora, fundadora y directora de Hagia desde 1986, Academia Internacional de Estudios Matriarcales y espiritualidad matriarcal de Alemania; y por Cécile Keller, Suíza, codirectora de Hagia desde 1997, ginecóloga e investigadora de la medicina matriarcal.

La Conferencia contó con la presencia de mujeres de todo el mundo: investigadoras, profesoras universitarias, mujeres pertenecientes a matriarcados, escritoras, autoras, artistas, periodistas, etc... para compartir sobre un mismo tema: el modelo de sociedad matriarcal, un modelo de sociedad no violenta, configurada alrededor de los valores maternos, basado en la igualdad de los sexos, la toma de decisiones por consenso y una forma de espiritualidad que identifica la divinidad con la naturaleza, valores que deben proteger nuestro planeta de la destrucción a manos del patriarcado.

Las organizadoras han asegurado un justo equilibrio entre ejemplos prácticos de matriarcados, perspectivas teóricas e intelectuales.

"La Madre Tierra es valiosa. La explotación y la contaminación deben cesar inmediatamente". Ésta es la demanda de las mujeres que se definen a sí mismas como "madres e hijas de madres".

"El mundo cambia y empeora rápidamente", recoge el "Manifiesto" escrito por un grupo internacional de veinte mujeres especializadas en sociedades matriarcales del pasado y del presente.

"¿Acaso no lo vemos? ¿Permaneceremos calladas? Estamos asistiendo a una serie de terribles cambios acelerados a diferentes niveles: la radiación contamina el mar, el aire y el suelo; la Madre Tierra nos sorprende en Haití, Nueva Zelanda y Japón porque antes no escuchamos sus gritos en Nueva Orleans y Tailandia; las mujeres son aplastadas bajo una pesada carga; hombres y niños emigran en busca de supervivencia y esperanza; los combatientes por la libertad son sacrificados y perseguidos; la explotación de los recursos de la Madre Naturaleza no tiene fin; los tesoros y la sabiduría de los pueblos indígenas son saqueados para beneficio de las grandes empresas; unos pocos ejercen poder sobre muchos; el fascismo se expande como un fuego escapado de control; guerras innecesarias e interminables continúan en diversas partes del mundo; muchos son los fieles de la religión del todopoderoso Dólar. Nos acercamos al borde del precipicio por una enfermedad llamada patriarcado capitalista.

Nosotros, los humanos, hemos herido a la Madre Naturaleza de muchas maneras: alterando el equilibrio natural, profanando la tierra y el agua, el cuerpo y la dignidad de las mujeres, los niños, los trabajadores y los pueblos indígenas. Es hora de detener esta locura: ¡Hay que tomar otros caminos! ¡Basta de destrucción! ¡Basta de energía nuclear! ¡La guerra no es nuestro idioma! ¡No toleramos más violencia contra la naturaleza y la humanidad! ¡La vida es preciosa! ¡La naturaleza es valiosa! ¡Una sociedad de paz es posible, y HOY le damos inicio! ¡Nosotras, que somos madres e hijas de madres apoyamos la economía de la donación que siempre hemos practicado, los valores maternos del cuidado, la alimentación, la responsabilidad, la construcción de la paz y la redistribución, practicada por todas las comunidades indígenas y matriarcales que viven en armonía con la Madre Tierra! Hacemos un llamamiento a todas las naciones a deponer las armas, a desmantelar las instalaciones nucleares, a poner fin a la destrucción de la naturaleza, a limpiar el agua, el suelo y el aire AHORA".

La solución a estos problemas reside en el modelo matriarcal, nos dicen por unanimidad las ponentes de este tercer Congreso Internacional que, llegadas de todo el planeta, exponen sus experiencias, sus investigaciones, sus estudios y políticas matriarcales, que consisten en la creación de una sociedad pacifista marcada por la igualdad entre los géneros.

30 de junio de 2011

Europa Indígena.

Fuente: Europa Indígena.

Hubo un tiempo en el que la cosmovisión de las primeras culturas europeas en nada se diferenciaba de la del resto de pueblos indígenas de nuestro planeta. Durante un inmenso periodo de más de 35.000 años (del Paleolítico al Neolítico) y según las evidencias del arte simbólico prehistórico y las mitologías arcaicas, una misma cosmovisión en torno a la figura de la Gran Madre Naturaleza fue compartida en todo el continente euroasiático: desde el Cantábrico hasta Siberia, llegando hasta Oriente Próximo y el Valle del Indo.

Esta visión de la naturaleza como una Gran Madre era ya plasmada en el arte prehistórico hace nada menos que 40.000 años (Venus de Hohle Fels) y sobrevivió como figura central de la mitología Europea hasta hace unos 5.000 años, cuando los primeros pueblos militarizados comenzaron a imponer una nueva forma de concebir el mundo que se prolonga hasta nuestros días.

Existen suficientes evidencias arqueológicas, mitológicas y antropológicas para asegurar sin miedo a equivocarse que en aquel tiempo los europeos entendían a la naturaleza como sagrada y que las primeras sociedades humanas estuvieron basadas en la fraternidad y el apoyo mutuo, según muestra, entre otros, el extraordinario trabajo de la arqueóloga Marija Gimbutas.

Europa Indígena nace pues, con el objeto de recuperar la memoria robada de nuestro continente, aquella que nos permita re-conectarnos con las verdaderas raíces del árbol de nuestros antepasados y derrumbar de este modo, los falsos mitos en los que se sustenta la llamada Civilización Occidental.

Guillermo Piquero.

15 de mayo de 2011

¿Qué mundo reciben nuestras hijas e hijos? El renacimiento de la cultura matrística.

José Luís Sampedro describe sucintamente el panorama...



Seguidamente, un fragmento de un artículo escrito por Marcos Arruda:

¿Qué es la Economía Solidaria?
El renacimiento de una sociedad humana matrística.

La cultura patriarcal (...) se desarrolló en la historia, primero, como apropiación o privatización de recursos y bienes comunes (es decir, privando al otro del acceso normal a algo que es legítimamente suyo), segundo, como poder de dominar e imponer obediencia (negación de sí mismo y del otro con el objetivo de poseer algo) y, tercero, como jerarquía y autoridad (negación del otro y de uno mismo hecha aceptable por argumentos racionales, abstractos o transcendentes). La cultura matrística, anterior a la patriarcal, desabrochó en la historia, con base en el cuidado, la confianza total, el respeto mutuo y la colaboración solidaria que marcaron la convivencia de nuestros primeros ancestros y marcan la relación niño-madre en nuestra niñez

Traducida en base a las relaciones económicas y políticas contemporáneas, la cultura neomatrística promueve la democracia económica y política, entendida como cooperación, el compartir y la coparticipación en cuanto partes de las emociones fundamentales que inspiran la acción de superar la escasez y en cuanto distribución participativa en vez de apropiación y centralización. Éste es el momento que puede ser llamado de una Socioeconomía Mixta, en el cual dos modos diferentes de producción coexisten, uno informado por la cultura patriarcal, el otro por la cultura matrística.


Una cultura neomatrística puede volverse hegemónica como resultado de la conservación de las consecuencias positivas de las interacciones de los agentes socioeconómicos entre sí con base en la cooperación, el compartir y la coparticipación. Los medios para realizar esto son la creación de una praxis educativa, que promueva el despertar en las personas y comunidad de sus deseos y añoranzas más profundas de conquistar formas de coexistencia que se expresan en el cuidado mutuo y en la emancipación de todos los miedos, de la niñez a la edad adulta y madura. Esto incluye el establecimiento concreto de una igualdad colaboradora en las relaciones socioeconómicas, así también en las relaciones hombre-mujer y Ser Humano-Naturaleza.

Igualdad colaboradora quiere decir compartir la abundancia colectiva de acuerdo con las necesidades y deseos (racionalidad económica), en vez de la apropiación privada y la escasez crónica (irracionalidad económica). Esta igualdad colaboradora es el único ambiente que puede generar el espacio psíquico que hace que hombres y mujeres, de todas las edades y ocupaciones, colaboren en la igualdad, en la convivencia que constituye la vida social.

Si conseguimos hacer de estas redes socioeconómicas de colaboración solidaria una realidad viva, ellas pueden volverse suficientemente fuertes como para operar un cambio cultural de gran magnitud y consecuencias para la historia humana: el nacimiento de una economía y de una cultura neomatrísticas, ahora transformadas en un ethos planetario.

14 de mayo de 2011

Nashira, ciudadela ecológica.

A través de este blog, en el que leemos un apunte de lo que sería un posible "Manifiesto Matriarcal", he llegado a conocer la comunidad de mujeres "Nashira", un proyecto real y efectivo de organización ecofeminista. ¡Mis felicitaciones por la valentía de llevar adelante un proyecto de tal envergadura!

NASHIRA (Colombia)

El proyecto se encuentra ubicado en el municipio de Palmira, Colombia, en una vereda del corregimiento del Bolo.


En un predio de 30.345 m2 sembrado de árboles de mandarina, naranja, limones, hortalizas, legumbres, plantas aromáticas y cultivos de pan, se desarrolla un proyecto de vivienda sostenible, productiva y comunitaria, que beneficia a 88 mujeres cabeza de familia y a las personas que dependen de ellas.

Desde hace cuatro años este grupo de mujeres cabeza de familia se capacita en técnicas productivas y autosostenibles como el manejo de residuos y la elaboración de productos derivados de ellos. La buena utilización del suelo facilita la producción de hortalizas y la cría y cuidado de especies menores.

Las ochenta y ocho familias están divididas en 11 núcleos productivos de 8 familias cada uno, que corresponden a los 11 bloques de viviendas. Los núcleos son: codornices, patos, conejos, cuyes, gallinas ponedoras, producción de noni, plátanos, jugos naturales, lombricompuesto, agro-turismo y mercado verde, cuya función es el mercadeo de los productos.

Con el apoyo del municipio de Palmira y de la Gobernación del Valle del Cauca se han logrado obtener 41 subsidios de vivienda de la nación pero aún faltan 47 más para las otras mujeres cabeza de familia.

La construcción de las viviendas es el resultado del esfuerzo conjunto del grupo organizado de las mujeres de Nashira.




Enlaces:
- Web de Nashira
- Proyecto realizado por la Asociación Mujeres Cabeza de Familia

9 de mayo de 2011

Cultura patriarcal y cultura matrística

Escrito por Humberto Maturana.

Tomado del blog librepensador MALPENSADOS.

Consideraré ahora dos casos particulares: uno, la cultura básica en la cual los seres humanos modernos occidentales estamos inmersos, la cultura patriarcal europea, el otro, la cultura que sabemos ahora (Gimbutas, 1982 y 1991) la precedió en Europa, y que vamos a llamar cultura matrística. Como tales, estas dos culturas constituyen dos modos diferentes de vivir las relaciones humanas, y, según lo dicho antes, las redes de conversaciones que las caracterizan realizan dos configuraciones de coordinaciones de acciones y emociones distintas que abarcan todas las dimensiones de ese vivir.
  
Caracterizemos ahora a la cultura patriarcal y a la cultura matrística en términos de las conversaciones básicas que las constituyen a partir de cómo éstas aparecen en lo que hacemos en nuestra vida cotidiana.


Cultura patriarcal:

Los aspectos puramente patriarcales de la manera de vivir de la cultura patriarcal europea a la cual pertenece gran parte de la humanidad moderna, y que de aquí en adelante llamaré cultura patriarcal, constituyen una red cerrada de conversaciones caracterizada por las coordinaciones de acciones y emociones que hacen de nuestra vida cotidiana un modo de coexistencia que valora la guerra, la competencia, la lucha, las jerarquías, la autoridad, el poder, la procreación, el crecimiento, la apropiación de los recursos, y la justificación racional del control y de la dominación de los otros a través de la apropiación de la verdad.

31 de marzo de 2011

G.Vaughan: la economía de la donación.

Traducción del italiano de artículo escrito por Morena Luciani, quien preside la Asociación Cultural Laima.

Está de moda hablar sobre el liderazgo femenino. El mundo necesita un cambio importante, y quizá esta crisis global marca el final de esa calle de sentido único que la humanidad comenzó hace cinco mil años. En primer lugar, se desprende de la valiosa labor de los estudiosos y académicos como Marjia Gimbutas, Riane Eisler, Robert Graves y James Mellaart, sin olvidar a las italianas Momolina Marconi y Luciana Percovich, que ciertas sociedades funcionan de manera diferente, en un sistema pacífico e igualitario.

Se ha hablado de una era matriarcal, porque la arqueología y el análisis de los mitos contienen una presencia femenina fuerte, tanto en arte como en lo religioso y lo político. No hay pruebas de jerarquías entre los sexos, ni entre las clases sociales.

La principal característica de la sociedad neolítica es el papel central de la madre en las estructuras sociales y la religión, y esta centralidad del principio de la madre parece tener el secreto del espíritu de afirmación de la vida y la ausencia de la destructividad. Ya Erich Fromm en Anatomía de la destructividad humana había argumentado que las sociedades matrilineales y matricéntricas se caracterizan por niveles muy bajos de agresión.

23 de septiembre de 2010

Casilda Rodrigáñez y el deseo materno.

Por un comentario de María llegué a la web de Casilda Rodrigáñez y a su blog. Empecé a leer y me di cuenta de que todo lo que ella escribía era una forma ordenada y razonada de explicar lo que para mí eran sólo intuiciones caóticas e informes, vivencias dispersas que intento, desde mi condición de hijo, ordenar, por la liberación de mi madre y de todas las madres, incluída la de mi matriarca, mi mejor amiga.

Gracias María por remitirme a esta autora, ha sido toda una revelación.


Extraigo unos pocos párrafos de su libro que me han parecido geniales:

22 de abril de 2010

Matriarcado: una perspectiva contemporánea.

Revisando nuestra comprensión de lo matriarcal:



"El feminismo no quiere imponer un matriarcado basado en la violencia contra el hombre, como ha sido el patriarcado hasta ahora. No desea dejarlos sin voto, ni violarlos en las guerras, ni mutilar sus genitales en pro de una tradición cultural, ni confinarlos en el ámbito doméstico, ni quiere matarlos por adulterio. El feminismo no pretende que los hombres sean propiedad de sus madres y luego de sus mujeres, ni desea que los hombres cobren salarios más reducidos, ni tampoco querría desterrarlos de las cúpulas de poder mediático, empresarial y político. No quiere traficar con cuerpos masculinos para el disfrute de los femeninos, ni desea que los niños varones estén desnutridos o abandonados en orfanatos, ni, por supuesto, promovería su marginación social o económica. Tampoco vetaría que los niños varones pudiesen ir a la escuela, ni les prohibirían el acceso a la sanidad y la Universidad. Comprendan que eso es una locura que no promueve el feminismo."

Coral Herrera Gómez



A pesar de que los antropólogos califican a las pocas sociedades matriarcales (matrilineales, matrísticas, matrilocales, gilánicas,...) como las más pacíficas e inofensivas del planeta, el término matriarcado sigue generando rechazo y confusión entre gran número de personas. Injustamente.
He intentado enumerar aquí algunas de falacias que se han construído alrededor de dicho término. Analizaré uno a uno los principales malentendidos que han contribuido a juzgar tan negativamente el concepto de "matriarcado":

14 de abril de 2010

Riane Eisler, El cáliz y la espada

¡No podía faltar,
al menos una breve entrada como esta,
haciendo referencia a la magnífica obra de Riane Eisler,
con prólogo de Humberto Maturana!

Ir al link de El cáliz y la espada.

Saltar al capítulo 9
para leer su reflexión sobre Jesús.

19 de marzo de 2010

David Korten, economía alternativa.

Durante muchos años David Korten fue director ejecutivo de grandes multinacionales, además de profesor en Harvard. Tras observar el impacto destructivo de dichas multinacionales, especialmente en Filipinas, se convirtió en uno de los líderes más críticos contra la globalización.

Distingue claramente entre la cultura del Imperio y la de Comunidad-Tierra, sugiriendo que muchos de los modelos empleados en política, economía, política, sociología y religión se basan principalmente en valores imperialistas, con el consiguiente enriquecimiento de aquellos que ya son ricos. Ésta es otra de las formas en las que se manifiesta el patriarcado.

Con el concepto de Comunidad-Tierra estamos haciendo referencia al sistema de valores matrísticos, mejor simbolizados en el círculo que en la pirámide. Priorizan la mutualidad, el empoderamiento, la movilización de la diversidad de talentos, así como una mayor confianza y sensibilidad hacia el proceso evolutivo de la vida, a todos los niveles. Lo más revolucionario es el hecho  de que la Tierra en sí misma es contemplada como un organismo vivo, y no meramente un recurso a ser explotado como en la cultura del Imperio.

En el nivel humano aún queda mucho trabajo por hacer para conseguir relaciones justas y equilibradas. Pero el mayor reto que se nos presenta, en mi opinión, es el cambio de paradigma hacia el compromiso matrístico que denota el concepto de Comunidad-Tierra. Unos se quedan en el nivel puramente social, más localizado o de ámbito más general. Para nosotros, se trata además del gran reto de intentar efectuar una transformación de la propia conciencia (siguiendo el principio "la acción sigue a la razón").
Creo que gente como David Korten están marcando la diferencia en este aspecto.

David Korten es una persona bastante espiritual y un pensador muy holístico. Su uso de la metáfora del Imperio no sólo es usada para organizaciones patriarcales de carácter vertical que piensan en el beneficio individual y la fama, sin preocuparse para nada del bien común. En nuestra opinión, el "bien común" ya no está confinado a los seres humanos, sino que incluye todas las demás formas de vida, incluyendo el planeta Tierra e incluso el Cosmos en su totalidad. Es esta amplitud de miras sobre la realidad, y la llamada a respetar y cuidar todo lo que fluye en ella, lo que a veces se traduce por "matrístico".

Si os interesa el concepto de Imperio tal como se está explorando actualmente en los estudios bíblicos, el académico americano John Dominic Crossan ha escrito un libro fantástico sobre el asunto, titulado: God & Empire (2007).

(Artículo escrito por Diarmuid O'Murchú)

Material adicional:
Discurso en audio en inglés, pronunciado por David Korten en 2008 para la Dunstan Foundation Lecture, University of Adelaide (Australia)

15 de marzo de 2010

Jesús también era matrístico.

Fuente: entrevista a Humberto Maturana, biólogo (link).

Jesús es un intento, no explícito, de volver a la confianza en el mundo natural, matrístico. Jesús tiene muchos rasgos matrísticos en su relato. Jesús en verdad, yo diría, es prácticamente un intento de recuperar las dimensiones matrísticas.

Él habla, por ejemplo, del Reino de Dios. Todo su discurso sobre el Reino de Dios es un discurso ecológico, no con nuestro lenguaje actual, pero habla de las coherencias, del mundo natural, donde los pájaros no tienen que trabajar, las flores se visten naturalmente de bellos colores, y cómo uno tiene que tener confianza en el Reino de Dios, por la armonía del Reino de Dios.
Ése es un discurso que tiene que ver con una visión matrística del mundo natural. Jesús hace una cosa muy interesante. Dejemos de lado por un momento nuestras creencias sobre la divinidad y pensémoslo como un maestro espiritual. Él como maestro espiritual, de alguna manera, pertenece a una corriente mucho más antigua que Él, que ve el sufrimiento humano centrado esencialmente en el apego.

En ese sentido, su visión básica es parecida a la visión budista y a la visión de las muchas religiones orientales antiguas. Su prédica es precisamente eso, la búsqueda del desapego, pero su práctica para el desapego es el amor. En el budismo, la práctica para el desapego es la meditación.

El judaísmo del Antiguo Testamento es un ejemplo gráfico de una cultura patriarcal, que tiene también de elementos matrísticos que están siendo continuamente dominados, sometidos por lo patriarcal a través de la ley, de la norma. El conflicto de Jesús es con la ley judaica, con lo externo, con la norma que destruye lo espiritual. Entonces, él era judío, él retoma también de sus tradiciones elementos que tienen que ver con el amor, pero lo que él hace es plasmar al amor como la práctica fundamental de liberación espiritual, de salvación del ser humano al liberarlo del apego.

Se podría decir que en este Cristo del que estamos hablando hay elementos matrísticos, revolucionarios por decirlo así, que atentan contra la cultura patriarcal fijada sobre todo en la ley, en lo externo, en la dominación, en la violencia, etc. Pero que, sin embargo, el cristianismo como religión se habría transformado o habría modificado su mensaje inicial tomando características propias de la cultura patriarcal.

Humberto Maturana

1 de marzo de 2010

Humberto Maturana y lo matrístico.

Extraído del sitio web del instituto co-fundado por Maturana: http://www.matriztica.org/

Maturana, el Amor y lo Neo Matristico

Bordeando los 80 años de edad, Humberto Maturana es de seguro uno de esos Hombres sabios de nuestro país. Proveniente del mundo de la ciencia, con la profundidad, sensibilidad e inteligencia de su línea de pensamiento se ha convertido en un referente para toda la humanidad.

Nacido en Santiago de Chile. Estudió medicina en sus inicios y se doctoró en Biología en Harvard. Plantea que: “Los humanos somos fruto de la cooperación para la conservación, no de la lucha por la supervivencia: bioevolutivamente somos porque amamos”.
Ha tenido desde pequeño una conexión con lo que podríamos llamar la cultura matrística porque su madre fue feminista, fue cofundadora del Movimiento de Emancipación Femenina en la década del 30.

A continuación extractos del diálogo entre María de la Luz Urquieta con Humberto Maturana. En donde nos habla del amor, del respeto, de las culturas matristicas y neo-matristicas.