15 de mayo de 2011

¿Qué mundo reciben nuestras hijas e hijos? El renacimiento de la cultura matrística.

José Luís Sampedro describe sucintamente el panorama...



Seguidamente, un fragmento de un artículo escrito por Marcos Arruda:

¿Qué es la Economía Solidaria?
El renacimiento de una sociedad humana matrística.

La cultura patriarcal (...) se desarrolló en la historia, primero, como apropiación o privatización de recursos y bienes comunes (es decir, privando al otro del acceso normal a algo que es legítimamente suyo), segundo, como poder de dominar e imponer obediencia (negación de sí mismo y del otro con el objetivo de poseer algo) y, tercero, como jerarquía y autoridad (negación del otro y de uno mismo hecha aceptable por argumentos racionales, abstractos o transcendentes). La cultura matrística, anterior a la patriarcal, desabrochó en la historia, con base en el cuidado, la confianza total, el respeto mutuo y la colaboración solidaria que marcaron la convivencia de nuestros primeros ancestros y marcan la relación niño-madre en nuestra niñez

Traducida en base a las relaciones económicas y políticas contemporáneas, la cultura neomatrística promueve la democracia económica y política, entendida como cooperación, el compartir y la coparticipación en cuanto partes de las emociones fundamentales que inspiran la acción de superar la escasez y en cuanto distribución participativa en vez de apropiación y centralización. Éste es el momento que puede ser llamado de una Socioeconomía Mixta, en el cual dos modos diferentes de producción coexisten, uno informado por la cultura patriarcal, el otro por la cultura matrística.


Una cultura neomatrística puede volverse hegemónica como resultado de la conservación de las consecuencias positivas de las interacciones de los agentes socioeconómicos entre sí con base en la cooperación, el compartir y la coparticipación. Los medios para realizar esto son la creación de una praxis educativa, que promueva el despertar en las personas y comunidad de sus deseos y añoranzas más profundas de conquistar formas de coexistencia que se expresan en el cuidado mutuo y en la emancipación de todos los miedos, de la niñez a la edad adulta y madura. Esto incluye el establecimiento concreto de una igualdad colaboradora en las relaciones socioeconómicas, así también en las relaciones hombre-mujer y Ser Humano-Naturaleza.

Igualdad colaboradora quiere decir compartir la abundancia colectiva de acuerdo con las necesidades y deseos (racionalidad económica), en vez de la apropiación privada y la escasez crónica (irracionalidad económica). Esta igualdad colaboradora es el único ambiente que puede generar el espacio psíquico que hace que hombres y mujeres, de todas las edades y ocupaciones, colaboren en la igualdad, en la convivencia que constituye la vida social.

Si conseguimos hacer de estas redes socioeconómicas de colaboración solidaria una realidad viva, ellas pueden volverse suficientemente fuertes como para operar un cambio cultural de gran magnitud y consecuencias para la historia humana: el nacimiento de una economía y de una cultura neomatrísticas, ahora transformadas en un ethos planetario.