Patriarcado equivale a Imperio:
El imperio nace con el patriarcado. El imperialismo penetra en todas las esferas de la experiencia humana. Nace del deseo de dominar, de conquistar, de controlar y poseer.
Lo patriarcal y lo imperial se coimplican hasta tal punto que el término "patriarcado" podría ser perfectamente reemplazado por la palabra "imperialismo".
El patriarca es el padre convertido en monarca, el pequeño emperador de la familia. No por ser más servicial o más amable, sino por ser más fuerte, capaz de dominar al resto a través del miedo. Las mujeres y madres no están exentas: ellas también pueden ser seducidas por el deseo de dominación. Todxs somos susceptibles de ceder a tal deseo.
Toda nuestra era patriarcal es un entramado de dominaciones, a todos los niveles: de la conciencia (represión-culpabilización), de la familia (patriarcal), de las instituciones (estructuras jerárquicas), de la economía (multinacionales), de la naturaleza (explotación del medio), de los cuerpos (industria del sexo), de las almas (religiones), etc.
Dominar lo otro, lo diferente, parece ser el fín último de la razón patriarcal.
Lo opuesto a dominar es liberar.
El deseo de liberar(nos) es lo que fundamenta nuestra fe en el matriarcado.
El matriarcado gestiona el poder de forma distinta, no a través del miedo, sino a través del amor.
Quien ama de verdad no desea dominar a su amadx, porque desea su libertad.
El amor siempre es liberador.