Recuerdo a Emilio en las clases de ética y antropología cultural como alguien afable y honesto. Su vida intelectual estaba llena de pasión por una causa justa, la defensa radical de la mujer en el terreno que él mejor dominaba, la antropología bíblica.
En su obra ¿Es cristiano ser mujer?(1992) ya nos planteaba cómo la cultura semita y cristiana presentaban una visión del hombre exclusivamente patriarcal, a través de numerosas citas y relatos. Dicho planteamiento lo sostiene en Contra Eva (2008), donde acusa de forma tajante el machismo explícito de los textos sagrados. En ambos libros vierte gran cantidad de fragmentos, bíblicos y exegéticos, que atribuyen el origen de todos los males a la mujer.
"La Biblia que narra la historia de la salvación es el documento de la exclusión de la mujer de esa historia. El proyecto salvífico (...) es un proyecto masculino. Lo que cuenta el Libro, en efecto, es una historia de salvación, pero una historia de patriarcas."
"El patriarcalismo cristiano, al poner a María adorando a su hijo, pone al hijo por encima de la madre, pervirtiendo así todo el orden natural" (E.García Estébanez, Contra Eva)
Para Estébanez, hay que alejarse de la Biblia si queremos reclamar la dignidad de la mujer. Ni en el antiguo ni en el nuevo testamento encontraremos nada que sirva para dignificarla, sinó todo lo contrario. La antropología bíblica rezuma una declarada aversión a la figura de la mujer. El antiguo testamento proclama el nihilismo moral. Y San Pablo es heredero de esa aversión a lo femenino, también propia del mundo greco-romano.
En ocasiones, Estébanez parece demasiado radical, pues encontramos algunos pasajes del Evangelio que, incluso siendo escritos sin duda por plumas patriarcales, sorprenden por el declarado feminismo de Jesús.
A mi parecer, también se muestra demasiado duro con la teología feminista naciente por querer buscar fundamentos feministas donde no los hay: "A estas teólogas feministas que rebuscan en las escrituras algún indicio que afirme la igual dignidad de la mujer les ocurre lo que a los varones de Hesíodo, que aman lo que las degrada y excluye." (E.García Estébanez, Contra Eva)
Sin embargo, gracias a Emilio apareció en mí la conciencia feminista. Él purgó a muchos de nosotros de los patrones sexistas que nos inculcó la enseñanza religiosa. Él fue quien sometió mi fe cristiana a una de las mayores pruebas, y tras ella ya siempre me acerqué a las Escrituras y la teología del magisterio con cierta desconfianza. Él había comprendido que ser cristiano es ponerse de parte de los excluídos sociales, y en nuestra opinión, la masa social más marginada de la historia habían sido las mujeres.
"Lo de Eva no es un caso de curiosidad femenina, ni un caso de desobediencia a la orden de no comer del árbol, es un intento de emanciparse del plan establecido por Dios para el hombre y para la naturaleza y substituirlo por uno propio." (Contra Eva)
Seguimos con la labor, Emilio. Descansa en paz.