Disfrutamos la conciencia creciente de nuestra identidad en relación con el todo cósmico al que pertenecemos.
Ivonne Gebara
En la realidad cuántica, la relacionalidad es verdaderamente creativa. Es aquí, en el dominio de la relacionalidad, que la realidad cuántica es más alucinante y revolucionaria.
Danah Zohar
En el primer capítulo jugué el papel deconstruccionista para apartar esas ideologías que se interponen en nuestro camino al intentar comprender a Jesús en el siglo XXI. Nos ha tomado dos mil años alcanzar a Jesús, algo que en términos evolutivos es un logro. Ahora que estamos en este umbral evolutivo de la fe cristiana y la búsqueda de sentido que evoca, enfrentamos un momento fresco de reconstrucción. Es una tarea apasionante, que trataré en dos niveles: (1) reclamar el contexto arquetípico del Jesús original -que es el tema de este capítulo; 1 y (2) permitir que la historia de Jesús sea contada por el contexto del siglo XXI, que constituirá la tercera y última sección de este libro.
El movimiento Sacerdotisas Católicas Romanas (Roman Catholic Womenpriests) es una valiente iniciativa de feligresas de la Iglesia Católica que empezó con la ordenación de siete mujeres en el río Danubio en 2002. Reclamando el ancestral patrimonio espiritual de la humanidad, éstas sacerdotisas desean formar una iglesia más inclusiva, centrada en Cristo y su mensaje de igualdad, en el siglo XXI. Mujeres obispo (¿obispas?) ordenadas en plena sucesión apostólica continúan con la tarea de ordenar a otras mujeres en el seno de la Iglesia Católica y Romana. Defienden un nuevo modelo de ministerio sacerdotal, en íntima unión con el resto de personas a las que sirven. Su denominador común con Jesús es el deseo de una sociedad más igualitaria, en la que mujeres y hombres puedan vivir el Evangelio sin restricciones.
Quienes presumen de ser los verdaderos y únicos intérpretes de Cristo dicen que las excomunican...¿de qué? No sé de qué hablan, su "autoridad" me parece bastante infundada. Si ellas han desobedecido una ley injusta, han actuado muy evangélicamente. ¡Jesús también desobedeció las leyes y convenciones de su época!
El grupo intercongregacional de religiosas "Beguinas" (Argentina), me ha facilitado una traducción al español del primer capítulo de "Alcanzando a Jesús", escrito en 2005 por Diarmuid O'Murchú (web). "Beguinas" ha realizado una enorme labor de traducción de su obra, que Matriarcado Cristiano hará pública progresivamente. Estoy sumamente agradecido por su participación y ganas de compartir, en especial a Nelda Etchenique por su amabilidad.
Como ya comenté en un reciente post sobre Diarmuid O'Murchú, su obra tiene dificultades para ser traducida al castellano. Las editoriales no detectan beneficio económico y se evita repetir la polémica que ya tuvo lugar con los obispos españoles.
Por tanto, y tras obtener la aprobación personal del mismo Diarmuid y su editorial inglesa, el blog Matriarcado Cristiano se ofrece para publicar su obra traducida al español, sin ánimo de lucro y sin otra intención que la de poner al alcance del público general la obra de un autor que ha sido un éxito de ventas en el mundo anglosajón y ve limitada su aparición en nuestro mundo editorial.
Este primer capítulo (incluído más abajo en el mismo post) trata de liberar al mismo Jesús de aquellas cadenas que la cultura y las iglesias le han impuesto, manipulando de forma interesada el mensaje liberador e inclusivo de su visión del Reino de Dios.
Escrito para el público general, y para aquellos que buscan dotar de sentido común y mayoría de edad su fe cristiana, es un texto que abre nuevos horizontes de comprensión para la cristología, más coherentes con una espiritualidad comprometida y humana.
La radical necesidad de superación del patriarcalismo está presente en toda su obra, como la más urgente de las tareas pendientes del cristianismo. Reivindica la importancia del 'andrógino' como modelo de persona que se ha liberado de los estereotipos culturales de género; critica la inutilidad de una espiritualidad insípida, el reduccionismo del clásico concepto de encarnación, etc...
Desde la ventana de mi lugar de trabajo se alcanza a ver un pequeño prostíbulo de día, camuflado bajo un letrero poco original, donde se ven entrar y salir con frecuencia hombres de entre unos 20 a 60 años. Se escapan de sus trabajos y quehaceres para darse un rato de placer. Alguno de ellos conocido por mí, como el propietario de un pequeño comercio de alimentación junto a mi casa, casado y con varios hijos. Son, hablando claro, nuestros "respetables" puteros del barrio: gente de clase media, bien vestida y agradable al trato. Cuentan entre sus "derechos" con el de disfrutar de un cuerpo femenino cuando les apetezca pagando por ello, y aunque ese "derecho" no figure en la declaración universal de los derechos humanos, va en camino de hacerlo.
Diarmuid O'Murchú nació en 1950 en Cork, Irlanda, y durante muchos años de su ministerio ha ejercido de psicólogo social, principalmente tocando de cerca los problemas humanos más comunes en nuestra sociedad: depresión, adicciones, falta de autoestima, etc... Es un escritor prolífico, religioso y presbítero.
No se define como un teólogo, ni como un filósofo, sino más bien como un explorador espiritual, con una espiritualidad amplia, inclusiva, ecuménica y multi-fe. Siempre ha tratado de estar al día, es un asiduo lector, atento a los últimos descubrimientos científicos y antropológicos, poniéndolos al alcance de un público abierto a escuchar sus reflexiones, integrando espiritualidad y ciencia, pero sin encerrarse en verdades absolutas, rehuyendo siempre el dogmatismo y manteniendo una humilde independencia intelectual. Ha organizado muchos talleres como facilitador de grupos para comunidades religiosas, desde la perspectiva de la fe adulta.
Durante un año entero (1996) Diarmuid fue mi maestro de noviciado, de quien aprendí, entre otras, el arte de la meditación y otro modo de entender la vida y la fe mucho más asentada en el sentido común. Mi vida espiritual sigue estando en plena forma gracias a la lectura de obras como la suya. Aún sigue siendo un amigo, a quien estoy muy agradecido.
Su nombre se rodeó de polémica en nuestro país con la traducción al castellano en 2005 de su libro "Rehacer la vida religiosa" (Publicaciones Claretianas, 2000 -link a extracto en Koinonia-). El libro demuestra ser un éxito entre religiosas y jóvenes religiosos. En él habla de la necesidad de dotar de sentido a la vida consagrada, revisar la naturaleza de los votos recuperando su carácter profético, en oposición directa a las estructuras sociales y eclesiales basadas en esquemas patriarcales de dominación. Muchas monjas, principalmente, encontraron inspiración en su obra: feminismo, ecologismo, autonomía espiritual y justicia social, colocadas en el centro de la agenda religiosa.
En este otro vídeo se describen algunas repercusiones, positivas y negativas, de la noticia de la existencia de esta milenaria etnia matriarcal en China, mostrada a la luz pública en los años 90.
"El matrimonio no es algo bueno, nos quita la libertad", afirma la joven del video. Se ha creado una imagen falsa de esta etnia y hay muchos malentendidos sobre el matriarcado de los Mosuo. Uno de ellos es la falsa creencia de que tod@s l@s niñ@s desconocen quien es su padre. Hay parejas estables, aunque cada uno vive en la casa de su madre.
Otro malentendido muy extendido es pensar en la promiscuidad sexual como la norma general. Como el resto de personas, ell@s también se enamoran y pueden mantener relaciones estables durante años con exclusividad. Simplemente, no tienen la obligación de eternizar la relación más allá de lo necesario. No desean ligarse a nadie de por vida. Y en toda relación priman el amor y la confianza. El sexo es visto como algo natural derivado del amor que sienten dos personas.
"Somos matriarcales porque la familia reside en las relaciones de sangre maternas", explica un entrevistado en el vídeo. La autoridad materna tiene por ello mismo un peso decisivo, y moldea las relaciones de todos los miembros del clan con la matriarca: por eso puede hablarse de matriarcado, la madre es respetada en cada familia.No es una ginecocracia porque las mujeres no ostentan la autoridad política, sólo la familiar. A nivel político, sorprendentemente delegan tal responsabilidad en un hombre, a quienes ellas eligen anualmente para mantener el orden y actuar de portavoz de la comunidad.
Es curioso ver cómo las propietarias de la autoridad familiar depositan a su vez la autoridad política en un hombre. En esta reciprocidad está el equilibrio. El hombre sirve a la comunidad porque se siente parte de ella.
En las entrevistas los hombres muestran gran seguridad y amor propio, en contra de la tendenciosa teoría de que el matriarcado crea hombres dependientes de la madre, infantilizados, débiles, afeminados y domesticados. En realidad esos hombres matriarcales saben que no están sólamente al servicio de una mujer, la matriarca de su familia, sino al servicio de la comunidad familiar en su totalidad. Es una sociedad donde el individualismo es secundario, y el bien común es la prioridad.
"Algunos dicen que la cultura Mosuo desaparecerá, pero eso es imposible", según la joven de 20 años. A mi entender, tiene toda la razón, no puede desaparecer algo que funciona, a no ser que se destruya por la fuerza desde el exterior, algo que puede terminar ocurriendo si no se toman medidas. La asociación Mosuo Cultural Development Association hace lo posible para que sean los mismos Mosuo quienes decidan sobre el desarrollo de su cultura, sin injerencias externas, sin que nadie les diga qué deben hacer respecto a su propio futuro.
El turismo ha beneficiado económicamente a los Mosuo y les ha permitido mejorar su calidad de vida y salir de la pobreza. Pero, por otro lado, ha atraído a su tranquila comunidad la oleada del turismo sexual, turistas esclavos de su propia satisfacción, obsesionados por sus genitales alienantes, y portavoces de una cultura que antepone el sexo egoísta a la dignidad de las personas. Prostíbulos que antes no existían se han establecido en las fronteras de esta región. Una triste consecuencia de su publicidad.