Cuando las niñas son capaces de obtener una educación secundaria, el crecimiento de la economía de un país mejora mediante el aumento de la fuerza de trabajo, la participación, la productividad y los ingresos de las mujeres. Se ha encontrado que cuando una muchacha educada obtiene un ingreso, reinvierte el 90 por ciento de éste en su familia, en comparación con los hombres, que sólo dedican el 35 por ciento de sus ingresos a sus familias. (Según Naciones Unidas)